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Ebrard pedirá al PRI “reparación” por dañar su imagen

El exalcalde del Distrito Federal, de izquierda, niega irregularidades en la línea 12 del metro de la Ciudad de México

Marcelo Ebrard, ex alcalde del DF, en la redacción de EL PAÍS en México.
Marcelo Ebrard, ex alcalde del DF, en la redacción de EL PAÍS en México.SAÚL RUIZ

Marcelo Ebrard, el exjefe de Gobierno del Distrito Federal, afirma que las acusaciones contra él por irregularidades en la construcción de la línea 12 del Metro se deben a una maniobra política del PRI previa a las elecciones intermedias del 7 de junio. “Jamás he pedido complicidad o impunidad. Solo he solicitado que se especifique de qué se me acusa”, señaló ayer el exalcalde del PRD durante una charla digital en EL PAÍS.

Ebrard ha emprendido una campaña para dar su visión del conflicto que mantiene cerrada la mitad de la línea construida durante su Gobierno en la capital mexicana (2006-2012). El político perredista acudió en dos ocasiones a la Cámara de Diputados para tratar de ser escuchado por la comisión que investiga el uso de recursos públicos en la obra. “El PRI elaboró un informe final y sin consultar a nadie lo mandó a varios periódicos como si los demás partidos no existieran, luego me impidió hablar en la sesión en la que dieron a conocer su informe y, finalmente, lo presentaron al pleno para afectar mi fama pública”, explicó. Ebrard señaló también que buscará la “reparación del daño [causado a su imagen], especialmente del PRI y sus personeros”.

Ebrard interpuso una demanda ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que se respete su derecho de audiencia y buen nombre. El político acude hoy a la Cámara por tercera ocasión con la esperanza de ser escuchado. Servirá de poco. La comisión ya ha concluido solicitar a la Fiscalía que investigue al exgobernante y a su exsecretario de Finanzas, el hoy senador Mario Delgado.

El exalcalde se comprometió a dar a conocer su declaración patrimonial para probar que no se benefició de la obra

En la entrevista, el exalcalde se comprometió, ante la petición de un lector, a dar a conocer su declaración patrimonial para probar que no se benefició de la obra, que tuvo un costo de 1.700 millones de dólares.“Todas las auditorías de la Auditoría Superior de la Federacion (ASF) concluyen que hubo manejo de recursos conforme a la ley. La ASF, recordemos, es un órgano autónomo”, escribió.

Ebrard explicó que, a diferencia de lo que popularmente se cree, no adelantó la inauguración de la línea para que le beneficiara de cara a las presidenciales de 2012, en la cual tenía altas posibilidades de ser el candidato del PRD. “Se ha repetido hasta el cansancio eso, pero es falso. Retrasé la entrada en operación hasta que se terminó la certificación de todos los sistemas y el Metro dio el visto bueno a los trenes que ya habían llegado y habían sido probados”.

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El servicio en 11 de las 20 estaciones de la línea 12 fue suspendido en marzo de 2014 por el Gobierno de Miguel Ángel Mancera, el relevo de Ebrard en el Gobierno. La suspensión, tras solo 16 meses de uso, se debió a que los trenes eran incompatibles con las vías usadas.

“Lo que el gobierno local debe precisar es qué está mal en el tren. ¿Cómo se va a corregir? Si la responsabilidad es de diseño, el proveedor debe cambiar lo necesario. El primer tren llegó en 2012 y a cada uno de ellos se les hizo el protocolo de pruebas. 23 en mi administración y 7 en la actual. Hasta donde tengo información a ninguno se le observó error de diseño”, afirmó.

El futuro político del exservidor público, que recibió de manos de una organización inglesa el premio al mejor alcalde del mundo en 2010, está atado al caso de la línea 12. Hay expectación por ver si el escándalo impedirá que llegue a la Cámara de Diputados, que se renueva en las elecciones intermedias del 7 de junio. Un lector le preguntó sobre Morena, el nuevo partido de izquierdas creado por López Obrador. “No me ha invitado, pero es un gran esfuerzo y les deseo mucho éxito”, dijo. Él seguirá luchando “por un cambio radical en el PRD”.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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