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Putin culpa a Occidente de la crisis ucrania

El presidente ruso realiza una visita oficial a Egipto e intenta desmentir que esté aislado

Vladimir Putin, junto a Abdelfattá Al-Sisi, este lunes en El Cairo.Foto: reuters_live | Vídeo: Reuters-LIVE!

El presidente ruso, Vladimir Putin, inició este lunes una visita de dos días a Egipto con el objetivo de consolidar su alianza con el régimen del general Abdelfattá al Sisi, sellada el pasado verano, poco después del ascenso definitivo del presidente al poder. Poco antes de emprender su viaje, el mandatario ruso culpó a Occidente del conflicto en Ucrania en una entrevista concedida al diario oficialista egipcio Al Ahram. “La crisis ucrania no la ha causado la Federación Rusa”, declaró. “Ha aparecido en respuesta a los intentos de EE UU y sus aliados occidentales, que se consideran vencedores de la guerra fría, de imponer su voluntad en todo el mundo”, añadió. Putin señaló que lo prioritario ahora es “un alto el fuego inmediato”.

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Las diatribas antioccidentales del mandatario ruso serán bien recibidas en El Cairo. Despechados por los desaires de Washington y la Unión Europea, tanto Putin como Al Sisi han encontrado en su relación una forma de reafirmar la independencia de sus respectivas políticas exteriores. Mientras el presidente ruso exhibe músculo en Oriente Próximo e intenta desmentir la imagen de aislamiento derivada de las sanciones internacionales por su actuación en Ucrania, el presidente egipcio sugiere a EE UU, su tradicional aliado estratégico, que tiene una alternativa en caso de un nuevo deterioro de sus relaciones. Después del golpe de Estado del verano de 2013, el presidente Barack Obama suspendió parcialmente la ayuda militar a Egipto, que en los años anteriores superó los 1.000 millones de euros anuales.

Según fuentes diplomáticas, ambos presidentes, que este lunes asistieron a una representación cultural en el recinto de la Ópera y este martes darán una rueda de prensa conjunta, abordarán varios de los conflictos de la región, especialmente los de Siria y Libia, donde sus perspectivas se han alineado. “Los acontecimientos en Siria e Irak son producto, entre otras cosas, de la interferencia irresponsable del exterior en los asuntos de la región y del uso unilateral de la fuerza, de la doble vara de medir, y de la diferenciación entre terroristas buenos y malos”, afirmó Putin a Al Ahram, entonando una agradable sintonía para los oídos del gobierno egipcio.

Putin ha viajado acompañado de sus ministros de Exteriores y Defensa, además de un grupo de empresarios, lo que indica que cumbre bilateral no tiene solo una dimensión política, sino también económica y militar. Desde hace meses, se ha especulado en la prensa sobre la firma de un suculento contrato de venta de armas rusas a Egipto que, no obstante, nunca se ha confirmado.

Además de la cooperación militar, los intercambios comerciales también serán uno de los puntos de interés de la cumbre. Tras haberse convertido en el primer país de origen de los turistas que visitan Egipto, Rusia aspira a entrar con fuerza en el sector energético en un país sediento de combustible para aliviar los recurrentes cortes de electricidad. Según la prensa local, varias multinacionales rusas están interesadas en establecerse en la zona franca que el gobierno quiere edificar en el canal de Suez, y que debe convertirse en el motor del crecimiento económico del país durante los próximos años.

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La renovada alianza entre ambos países desprende un halo de nostalgia, presente en los discursos oficiales y en los artículos de la prensa. Tras romper con Occidente por su negativa a financiar la presa de Asuán, el raïs Gamal Abdel Nasser firmó una alianza estratégica con la URSS a mediados de los años cincuenta que revocaría su sucesor Anuar Sadat casi dos décadas después. Para los partidarios de al Sisi, el acercamiento a Rusia tiene una alta carga simbólica ya que muchos ven en el raïs una reencarnación del carismático líder del panarabismo.

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