Piden 25 años de prisión para el candidato de Humala
El fiscal de Perú acusa a Urresti, como presunto autor del asesinato del periodista Bustío
El fiscal superior de Perú, Luis Landa, ha pedido 25 años de prisión y una reparación civil de 161.650 dólares para el recién defenestrado ministro del Interior, Daniel Urresti, como presunto autor del asesinato en 1988 del periodista Hugo Bustíos, excorresponsal de la revista Caretas en Ayacucho. Entonces, el militar se desempeñaba como oficial de inteligencia, contrainteligencia y seguridad en un cuartel de Ayacucho, epicentro de la violencia de Sendero Luminoso.
Urresti fue inscrito el jueves por la primera dama, Nadine Heredia, en el oficialista Partido Nacionalista, convirtiéndose al momento en el principal candidato del humalismo para las elecciones de 2016. La esposa del mandatario Ollanta Humala es también la presidenta de dicha organización política.
El presidente Humala designó como ministro del Interior a Urresti a finales de junio de 2014, pese a saber que en 2013 un tribunal ayacuchano lo había acusado de participar en el asesinato del periodista.
El pasado jueves, en el acto público en el que la presidenta del Partido Nacionalista le dio la bienvenida e inscribió a Urresti, los simpatizantes ocasionales coreaban “¡Urresti presidente, Urresti presidente!”, aunque los dirigentes aún no precisan si será el principal candidato al Congreso.
Un 44% de aprobación
Urresti ejerció como ministro de Interior hasta el 18 de febrero, después de una gestión en la que privilegió la espectacularización de las operaciones policiales y su presencia en la televisión, hasta dos o tres veces al día. Por otro lado, con tuits altisonantes y distractores se convirtió en el principal crítico del expresidente Alan García, del Partido Aprista Peruano; y de la candidata presidencial Keiko Fujimori, hija del exmandatario Alberto Fujimori, hoy preso por crímenes de lesa humanidad y corrupción.
El político ya ha sido calificado por los observadores como un outsider, es decir, un personaje que llega a la política desde fuera de los partidos y mediante mecanismos que apelan al clientelismo o al populismo para ganar adeptos, como lo fueron en su momento Fujimori y Humala. Según una encuesta de Ipsos de mediados de febrero, Urresti tenía un 48% de desaprobación, en tanto que un 44% aprobaba su gestión en el ministerio de Interior.