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Primeras derrotas de Boko Haram

La intervención de Nigeria, Chad, Níger y Camerún y la llegada de mercenarios permiten retomar 36 localidades

José Naranjo
Varios soldados nigerianos patrullan en Chibok, al noreste del país, el pasado domingo.
Varios soldados nigerianos patrullan en Chibok, al noreste del país, el pasado domingo.EFE

El viento parece estar cambiando en el noreste de Nigeria y las riberas del lago Chad, donde desde finales de enero se está librando una guerra sin cuartel contra Boko Haram, el grupo terrorista más sanguinario de África, que desde 2009 ha asesinado a unas 13.000 personas y que el pasado 7 de marzo declaró su obediencia al Estado Islámico. La intervención militar conjunta de los países vecinos, en concreto de Chad, Níger y Camerún, sumada a la presencia de mercenarios sudafricanos y de la ex Unión Soviética en las filas nigerianas y al apoyo francés y estadounidense en tareas de información y uso de drones, han logrado frenar el avance de los terroristas y han supuesto la recuperación de 36 localidades que estaban bajo su control.

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En un alarde quizás de optimismo y con las miras puestas en las elecciones presidenciales que se celebran el próximo día 28, el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, ha llegado a asegurar en una reciente entrevista concedida a la radio La Voz de América que Boko Haram será derrotado en tres semanas. Precisamente los comicios se retrasaron seis semanas por la situación de violencia creada, que ponía en riesgo que millones de personas pudieran votar. Está por verse si esta primera ofensiva coordinada contra Boko Haram se traduce en un resultado favorable a Jonathan en las urnas, ya que muchos acusan al presidente de haber reaccionado demasiado tarde.

Pero al menos Goodluck Jonathan sí puede reivindicar que la pinza contra Boko Haram está dando sus primeros resultados. Mientras desde el este el Ejército camerunés trata de contener la contraofensiva de los terroristas, una unidad chadiano-nigeriana que forma parte de la fuerza militar conjunta de 8.700 efectivos aprobada por la Unión Africana lanza ataques desde el norte para tratar de recuperar ciudades bajo control de los terroristas. Esta semana se han vivido violentos combates en los alrededores de la localidad nigeriana de Damasak y, según fuentes militares, en cuestión de días los terroristas serán derrotados. Lo mismo ha ocurrido en el bosque de Lame-Burra y en la ciudad de Madagali, última localidad bajo control de los terroristas en el Estado de Adamawa.

Dos firmas privadas han aportado decenas de “técnicos e instructores”

Pero los nigerianos no están solos. Junto a sus tropas están luchando decenas de mercenarios. El propio Jonathan aseguró que dos compañías privadas habían aportado “instructores y técnicos” al Ejército nigeriano en la presente ofensiva. Pero es mucho más que eso. Según la agencia Reuters, se trata de soldados vinculados a los responsables de la antigua empresa sudafricana de seguridad Executive Outcomes, cuya participación fue clave a finales del pasado siglo en conflictos como los de Angola y Sierra Leona. Cobran unos 400 dólares (377 euros) al día.

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Por otra parte, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está negociando el texto de una resolución en la que muestre su apoyo logístico y financiero a la misión militar emprendida por la Unión Africana, así como sanciones a quienes financien a Boko Haram. La resolución prevé la celebración de una conferencia de donantes en abril que permita apoyar los esfuerzos de países como Chad, que ha desplegado 3.000 soldados, Camerún (950), Benín (750), Níger (750) y la Nigeria (3.250). Se espera que la resolución, propuesta por los miembros africanos del Consejo de Seguridad, en concreto Angola, Chad y Nigeria, sea presentada en la próxima semana y aprobada en el plazo de un mes.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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