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Putin afirma que estaba dispuesto a activar armas nucleares en Crimea

El presidente arguye que defendió a los rusos de los nacionalistas ucranios

Pilar Bonet
Una mujer sigue el documental en el que Putin revela detalles de la anexión de Crimea, este domingo en Moscú.
Una mujer sigue el documental en el que Putin revela detalles de la anexión de Crimea, este domingo en Moscú.DMITRY SEREBRYAKOV (AFP)

Vladímir Putin estaba preparado para poner en disposición de combate el arma nuclear durante la operación militar de Rusia en Crimea (febrero y marzo de 2014). Así lo manifestó el presidente ruso en la entrevista que vertebra un largo documental emitido este domingo por el primer canal de la televisión rusa con motivo del primer aniversario de la anexión de la península.

La cinta, de más de dos horas, da la versión rusa de aquellos acontecimientos y presenta sus propias reescenificaciones, realizadas sobre el terreno con la ayuda de centenares de personas (en traje de civil y de uniforme) y vehículos civiles y militares.

Putin atribuyó su actuación en Crimea a la necesidad de defender a la población local de una supuesta agresión de los “nacionalistas” del Maidán, que habían realizado un “golpe de Estado” en Kiev.

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El presidente dijo que “en la primera etapa del trabajo” había tenido que dar “órdenes directas” sobre el “posible comportamiento de Rusia” y sus fuerzas armadas “en cualquier desarrollo de los acontecimientos”. Inquirido por si eso significaba que las fuerzas nucleares rusas se habían puesto en disposición de combate, el comandante en jefe de Rusia dijo: “Estábamos dispuestos a hacerlo”. La toma del parlamento de Crimea en Simferópol fue realizada por las tropas especiales rusas en “30 minutos”, dijo el presidente, quien confirmó que en la operación Crimea habían participado los servicios de espionaje del Ejército (GRU) y la Infantería de Marina.

Putin admitió que el GRU había neutralizado el sistema de comunicaciones de los uniformados ucranianos, unos 20.000 en la península. “Controlábamos sus conversaciones [abiertas] y sabíamos de su estado de ánimo”, dijo el presidente. Y refiriéndose a los mandos en Kiev añadió: “Todos intentaban evadir responsabilidades”. Los militares ucranianos en Crimea “se encontraban en una difícil situación”, porque esperaban ordenes de sus jefes. Sin embargo, el general que fue a Crimea a llevarles esas órdenes fue secuestrado y no pudo entregárselas, según cuenta la película.

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Para desarmarlos “di orden al Ministerio de Defensa, por qué vamos a ocultarlo, con el pretexto de reforzar la vigilancia de nuestras instalaciones militares en Crimea de enviar allí a unidades especiales del GRU y fuerzas de la Infantería de Marina y paracaidistas”. Según el documental, 14 helicópteros rusos fueron emplazados en dos de los aeropuertos de la península y cinco aviones de carga militares Il -76 viajaron de forma continua con lo que “en pocos días se llevaron a la península miles de oficiales y soldados de distintas unidades”. Con todo, Putin afirma que los refuerzos enviados por Rusia al territorio de Ucrania estaban dentro del contingente militar que le era permitido a Moscú de acuerdo con sus obligaciones internacionales. Aparentemente, Putin se refería al acuerdo ruso-ucraniano de 2008, según el cual la cifra máxima de efectivos humanos rusos estacionados por la Flota del Mar negro era de 25.000. De acuerdo con el documental, Rusia estaba en 3.500 por debajo de ese límite.

“Nuestra ventaja era que me ocupaba yo personalmente”, alardeó Putin. El espionaje militar ruso detectó que Ucrania había llevado a la península un sistema de misiles, a lo que Rusia contestó desplegando en Crimea el sistema de misiles Bastión. Si los sistemas ucranianos hubieran disparado “los hubiéramos aniquilado”, afirmó. Añadió que se trata del complejo de misiles más eficaz del mundo para la defensa del litoral y explicó que los habían instalado de manera que fueran visibles desde el espacio, como muestra de la determinación rusa.

Putin admitió que Crimea había quedado convertida en una “fortaleza”. La película atribuye al poder disuasivo de esos misiles el cambio de rumbo radical del destructor norteamericano Donald Cook, que se encontraba en el mar Negro y se dirigía hacia Crimea. El documental afirma también que varios pilotos norteamericanos habían dejado el trabajo tras las incursiones peligrosamente cercanas de los cazas rusos. Putin afirmó que los pilotos rusos “habían hecho gamberradas sin decir nada”.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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