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La retórica de Netanyahu inquieta a los judíos progresistas de EE UU

Obama descarta que las discrepancias mermen la cooperación de seguridad con Israel

Obama y Netanyahu en marzo de 2014 en la Casa Blanca.
Obama y Netanyahu en marzo de 2014 en la Casa Blanca. bloomberg

Las últimas declaraciones de Benjamín Netanyahu y las tensiones entre la Casa Blanca y el reelecto primer ministro israelí inquietan a los judíos progresistas de Estados Unidos. Así lo evidencia el congreso de J Street, el lobby progresista de la comunidad judía norteamericana, favorable a la paz, la creación de un Estado palestino y la presión internacional contra Israel, que desde el sábado se reúne en Washington. “Me preocupa que uno de los factores de la creciente distancia entre los jóvenes judíos no ortodoxos de EE UU y el Estado de Israel sean las políticas y declaraciones de Netanyahu”, dijo este domingo a la prensa el presidente de J Street, Jeremy Ben-Ami.

El conclave de J Street —el lunes participa el jefe de gabinete del presidente Barack Obama— llega tras la victoria electoral de Netanyahu y en pleno distanciamiento —no solo político— de la Casa Blanca con él por su oposición, al final de la campaña, a la creación de un Estado palestino y sus comentarios despectivos sobre los árabes-israelíes.

Son tensiones avivadas por las últimas declaraciones de Obama. “Indiqué [a Netanyahu] que dadas sus declaraciones antes de la elección, será difícil hallar un camino en que la gente crea seriamente que las negociaciones son posibles”, dijo Obama en una entrevista difundida la noche del sábado por The Huffington Post. Se refería a su conversación telefónica con el israelí el jueves, dos días después de los comicios, y al impacto del rechazo —luego matizado— del primer ministro a una solución de dos Estados para el conflicto entre Israel y Palestina.

En línea con lo ya dicho por su portavoz y en una inusual reprimenda a un aliado, Obama minimizó la rectificación de Netanyahu, dijo que su rechazo a un Estado palestino propiciará una revaluación de las “opciones” de EE UU para evitar una posible “situación caótica en la región” y deploró su advertencia sobre la movilización electoral de los árabes-israelíes.

J Street cree que se ha erosionado la unidad  en la comunidad judía estadounidense porque ha perdido peso el argumento de que Israel sufre un "riesgo existencial"

El demócrata Obama descartó que las discrepancias mermen la estrecha cooperación de seguridad con Israel. Y fue cauto sobre las negociaciones con Irán, que Netanyahu y la oposición republicana creen que allanan el acceso de Irán a una bomba nuclear. Los iraníes “no han hecho aún el tipo de concesiones que, creo, serán necesarias para alcanzar un acuerdo final”, dijo Obama. “Pero se han movido, así que existe la posibilidad”.

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Fundado en 2008, J Street defiende el derecho de Israel a defenderse, pero critica la falta de derechos de los palestinos y los asentamientos, y apoya que Washington sopese retirar su protección incondicional a Jerusalén en la ONU tras afirmar Netanyahu que si era reelegido no habría un Estado palestino.

En las sesiones y pasillos de su congreso, es fácil oír ese apoyo a las negociaciones con Irán, reproches a Netanyahu y el temor a que su retórica beligerante agrave la alienación hacia Israel de parte de la comunidad judía de EE UU (la mayor fuera de Israel y de voto mayoritariamente demócrata). El debate sobre la relación política con ese país se presume intenso y puede convertirse en tema relevante en las elecciones presidenciales de 2016.

El lobby progresista se reúne en el mismo centro de convenciones donde, a principios de marzo, el AIPAC, el lobby proisraelí predominante en EE UU con un enfoque conservador y de defensa de la seguridad de Israel, celebró su congreso anual. Esa cita coincidió con la visita de Netanyahu a Washington, 15 días antes de las elecciones nacionales. El conservador israelí intervino en la conferencia y pronunció un discurso en el Capitolio en que criticó las negociaciones nucleares de EE UU y otras cinco potencias con Irán.

Ben-Ami, el presidente de J Street, sostiene que se ha erosionado la sólida unidad que había hasta los años setenta en la comunidad judía estadounidense porque ha perdido peso el argumento de que Israel sufre un "riesgo existencial" que lo justifique todo. "Hay una creciente mala reputación del Gobierno de Israel, no del concepto de Israel", coincide Jacob Droeger, un judío de 19 años presente en el congreso. En un reflejo de esta tendencia, la conservadora Asamblea de Rabinos tildó de "inaceptable" el vídeo de Netanyahu durante la jornada electoral en que alertaba de que los árabes estaban yendo "en manada" a votar.

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