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Francia ataca a Schäuble por acusar al Parlamento de frenar reformas

“París detesta que se le fuerce”, contesta el ministro Sapin a su homólogo alemán

Carlos Yárnoz
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, este jueves en Washington.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, este jueves en Washington. NICHOLAS KAMM (AFP)

Francia y Alemania protagonizan de nuevo un capítulo de tensión bilateral a cuenta de las críticas de Berlín ante las escasas reformas emprendidas por París. Esta vez, el desencadenante ha sido un intercambio de duros comentarios entre los ministros de Finanzas de ambos países en Washington, donde asisten a la reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero el incidente ha tenido graves consecuencias en Francia, donde el titular alemán, Wolfgang Schäuble, ha sido atacado e insultado.

El jueves, Schäuble contó en un programa de televisión, que en sus contactos con sus homólogos franceses de Finanzas, Michel Sapin, y Economía, Emmanuel Macron, estos le confían “amplias historias” sobre las dificultades que se encuentran en el Parlamento y en la opinión pública a la hora de abordar una verdadera reforma laboral. “Francia detesta que se le fuerce”, le ha respondido este viernes Sapin, aunque enseguida ha precisado que le contestaba en tono “amigable”.

En París, las respuestas no han sido nada amigables. “Los comentarios de Wolfgang Schäuble no son aceptables”, ha disparado en Twitter el presidente de la Asamblea Nacional, el socialista Claude Bartolone. “La francofobia de Schäuble es insoportable, inaceptable y contraproducente”, ha añadido el primer secretario del partido gubernamental, Jean-Christophe Cambadélis.

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Para Cambadélis, llueve sobre mojado. El pasado verano, ya declaró a EL PAÍS a raíz de críticas similares de la canciller Angela Merkel: “Hay una doble irritación con Alemania. De un lado nos dicen que hemos de hacer las reformas y, de otro, se oponen a políticas de reactivación de la economía. Pido que la derecha alemana no hable mal de Francia, que no se dirija a nosotros de mala manera. No pueden decir que no hacemos verdaderas reformas. Puede dar la imagen de que Alemania nos obliga a hacer las reformas, y eso despierta un sentimiento francés negativo frente a Alemania”.

Las respuestas más duras a Schäuble han partido de los radicales de izquierda y de la extrema derecha. El eurodiputado de izquierdas Jean-Luc Mélenchon ha difundido un comunicado titulado “El odioso Schäuble debe pedir perdón a los franceses” en el que califica al ministro alemán de “pequeño Bismarck” cuyas palabras “ilustran la nueva arrogancia alemana”. “Es el responsable de doce millones de pobres en Alemania”.

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Para el Frente Nacional, las palabras de Schäuble comprometen el honor de Francia, por lo que exige al Gobierno que llame al embajador alemán en París.

Fuentes del ministerio de Macron, encargado de lanzar las reformas, han restado importancia al incidente. Por el contrario, han destacado la “fortaleza” de las relaciones entre los dos países, a la vez que han insistido en la “determinación” de Francia de profundizar en las reformas.

La polémica se produce en la misma semana en que París ha enviado para su examen a la Comisión Europea dos documentos clave: el Programa de Estabilidad y el Programa Nacional de Reformas. Por el primero, París se compromete a reducir su déficit por debajo del 3% en 2017, tras haber logrado una tercera prórroga de dos años por parte del Bruselas, que ha exigido un reajuste suplementario de 4.000 millones de euros este año y de otros 5.000 el que viene.

El jefe de los socialistas franceses considera "insoportable" la "francofobia" del ministro alemán

En el programa de reformas, de 170 páginas, París detalla todos los cambios puestos en marcha y los previstos para los próximos meses, como la reducción del número de regiones (de 22 a 13), la transición energética, la ley para liberalizar la economía o las medidas para favorecer las inversiones. El informe, sin embargo, no incluye una reforma laboral en profundidad, sino cambios en el diálogo social.

Bruselas recomienda en ese terreno a Francia que mejore el funcionamiento del mercado laboral y que acabe con la “rigidez” del modelo, especialmente en casos de empresas en dificultades. También le pide modificar el seguro de desempleo para garantizar su sostenibilidad.

La ley de liberalización económica, que recoge tímidas reformas, tuvo que ser aprobada por decreto hace unas semanas ante el riesgo de ser rechazada en la Asamblea Nacional después de que decenas de diputados socialistas rebeldes se negaran a votarla.

El pasado miércoles, en la presentación del Programa de Estabilidad, Sapin declaró: "El debate de las sanciones de Bruselas a Francia está totalmente superado. Es detestable hablar de coerción, de sanciones. Prefiero hablar de coordinación". Pero también agregó: "No habrá medidas complementarias de austeridad. Nada que frene el crecimiento. Somos el 21% de la economía de la eurozona. Un crecimiento débil nuestro se traduce en un débil crecimiento para toda la eurozona".

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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