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Montevideo y el interior repiten el reparto de poderes

La izquierda es favorita en la capital y el centro derecha domina otros territorios, ante las elecciones municipales

Lucía Topolansky, en campaña, acompañada por su esposo José Mujica
Lucía Topolansky, en campaña, acompañada por su esposo José MujicaAP

Los departamentos del interior de Uruguay habrán vuelto a pasar sin pena ni gloria durante la campaña electoral, casi exclusivamente centrada en Montevideo. Así, los territorios que conforman la mayoría del país y concentran su riqueza habrán sido una vez más lugares inaudibles, casi ilusorios, ausentes de los debates y la prensa de la capital. Nada parece a punto de cambiar en las elecciones municipales y departamentales de este domingo: como desde hace 25 años el izquierdista Frente Amplio es el favorito absoluto en Montevideo mientras que el Partido Nacional (centro derecha) conservará su dominio en el interior.

Pero hay una corriente de cambios subterráneos que podrían dar la sorpresa en los próximos años, empezando por Montevideo, una ciudad que concentra el poder político, la influencia cultural y un tercio de la población de Uruguay. Los sondeos coinciden en darle la victoria a Daniel Martínez, un socialista, exsenador y exministro de Industria. Martínez, de 58 años, era ya uno de los favoritos dentro del Frente Amplio (FA) en las elecciones del 2010, pero en virtud de los equilibrios dentro de la coalición de izquierdas se postuló a la comunista Ana Olivera, por aquel entonces poco conocida entre la población. El FA volvió a ganar en la capital pero hubo un 14% de votos en blanco, señal de rechazo por parte de muchos electores. Así, pasaron cinco años en los que muchos habitantes de la capital se entregaron a una de sus conversaciones favoritas: criticar y vilipendiar a la intendencia.

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Señalada en todos los informes de calidad de vida como la mejor capital latinoamericana, Montevideo tiene una realidad que muchas veces no se mide desde el extranjero. El transporte público es caótico y deja sin servicio a las zonas más alejadas y pobres de la ciudad; además es caro, casi un dólar el trayecto cuando el salario mínimo es de unos 380 dólares. En esta campaña electoral la prensa comparó la carga impositiva (tributos locales, patente de rodados, etc) en varias capitales mundiales y Montevideo resultó más cara que Madrid o Santiago de Chile. Los servicios de limpieza o de seguridad muestran graves carencias. Las sucesivas administraciones han sido incapaces de mejorar la gestión que tiene un lastre de peso: el pago de los salarios de los funcionarios engulle la casi totalidad del presupuesto municipal. A esto hay que sumar el estado de deterioro de los edificios, plazas y espacios verdes de la capital.

Así, todo indica que Martínez llegará a la intendencia montevideana generando más dudas que esperanzas. Fabiana Goyeneche, número dos del candidato, asegura que habrá cambios en la ciudad: “Se elegirá a los responsables sin tener en cuenta la cuota política, sólo en función de la idoneidad. La izquierda controlará esta vez el poder a nivel nacional, departamental y municipal, es una ocasión que no podemos desperdiciar”.

En estas elecciones, el FA aceptó varias candidaturas y la principal competidora de Martínez ha sido la exsenadora Lucía Topolanksy. La esposa del expresidente José Mujica ha defendido el balance de la intendencia de Montevideo, que en los últimos años concentró su magro presupuesto en los barrios más pobres y carentes de saneamiento, reduciendo el número de asentamientos de la periferia de la capital. Pero a pesar de sus propuestas, Topolansky quedó asociada al sector más duro de la izquierda, criticado por dogmatismo y falta de capacidad de gestión.

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La oposición, golpeada por su derrota en las elecciones nacionales del pasado mes de octubre, no parece haber aprovechado el clima favorable a una alternancia en Montevideo, ciudad que tiene la clave de cualquier vuelco político en el país. El centro derecha definió tarde una alternativa común y su candidato, Álvaro Garcé, aparece en los sondeos muy lejos del FA e incluso se ve superado por un outsider, el empresario Edgardo Novick.

El Partido Nacional (PN) ha perdido toda vitalidad hasta el punto de desaprovechar su vigencia en la mayoría de los departamentos del interior. Según los sondeos, el PN podría conservar 12 de las 19 regiones del país mientras que el FA rondaría los cinco departamentos y el Partido Colorado tiene opciones en dos intendencias de las zonas del interior.

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