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Una ruta muy popular entre los turistas chinos

El turismo de la tercera edad es un sector en alza en China

Macarena Vidal Liy
Familiares de pasajeros del barco hundido en el Yangtsé.
Familiares de pasajeros del barco hundido en el Yangtsé.AFP

El Estrella de Oriente, el barco hundido la noche del lunes con 458 personas a bordo, es uno de los centenares de cruceros que recorren cada semana el río Yangtsé para cruzar las Tres Gargantas, una de las visitas más populares para los turistas chinos. Aproximadamente un centenar de ellos eran parejas entre los 60 y los 70 años, recientemente jubiladas. Como cada vez más ciudadanos chinos retirados de clase media, querían aprovechar su nuevo tiempo libre y la nueva prosperidad económica del país para ver mundo.

Los pasajeros abordaron el Estrella de Oriente en Nanjing y tras atravesar la presa de las Tres Gargantas, una de las mayores obras de ingeniería del mundo, su destino final iba a ser Chongqing, una de las mayores ciudades de China, en el suroeste del país. Procedentes de Shanghái, habían contratado el viaje a través de la compañía Xiehe Travel Corporation, que en su página de Internet anuncia un “crucero de lujo” de 13 días por el Yangtsé por precios entre los 998 yuanes (apenas 150 euros) en un camarote de tercera compartido entre 6 personas y los 6.888 (unos 1.000 euros) de la cabina más lujosa. El precio medio de un crucero tipo por el río es de unos 300 euros, según las páginas especializadas.

Porque mediante ofertas y descuentos, los tour operadores y agencias de viaje buscan hacerse con una parte del prometedor pastel que representa el “turismo de pelo gris”. El Gobierno chino aspira a que el sector turístico mueva para 2020 cerca de 5,5 billones de yuanes (unos 825.000 millones de euros), más del doble que en 2013. Los turistas que viajen fuera de China alcanzarán los 200 millones de personas, según sus previsiones.

Buena parte serán jubilados. El número de retirados en China ronda hoy día los 200 millones. Dado el ritmo de envejecimiento de la población, según los cálculos de la Academia China de Ciencias Sociales, para la década de 2030 habrá 400 millones.

Muchos quieren aprovechar una prosperidad ganada en los negocios, mediante sus compras en un mercado inmobiliario cuyo valor se multiplicó en los últimos años, o en Bolsa, el recurso de inversión más rentable para los ahorradores en un país donde los depósitos bancarios no rinden intereses. O simplemente emplear en sí mismos algo de los ahorros de toda una vida. Prefieren desplazarse en grupo en viajes organizados, o en familia acompañados de sus hijos y nietos. Hong Kong, Macao o Taiwán son algunos de sus destinos preferidos, según la página red-luxury.com. Pero también ganan popularidad los cruceros, un sector que aspira a lograr 4,5 millones de pasajeros para 2020, el triple que en 2013, según el Ministerio de Transporte.

La calidad de los barcos, naturalmente, varía. El Estrella de Oriente, propiedad de la empresa Chongqing Eastern Shipping Corporation, contaba con cabinas de tres clases, restaurantes e incluso una sala de karaoke. El vicegerente de la empresa armadora, Wang Jianhua, ha asegurado que se trata de la primera vez que sus barcos se ven afectados por un incidente “de esta magnitud”. Según han puntualizado los medios oficiales chinos, el barco había pasado los controles de seguridad y llevaba suficientes chalecos salvavidas a bordo. Tampoco llevaba más pasajeros de los que estaba autorizado.

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Dado el volumen de tráfico a lo largo del Yangtsé, uno de los ríos más transitados del mundo, no es raro que ocurran incidentes, aunque no de esta magnitud, y en general no protagonizados por barcos de pasajeros, sometidos a estrictas regulaciones de seguridad. El último de importancia ocurrió en enero pasado, cuando un remolcador en pruebas se hundió y causó la muerte de 22 de las 25 personas a bordo.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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