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EE UU espió a los tres últimos presidentes de Francia

Hollande convoca una reunión urgente del Consejo de Defensa para este miércoles

Carlos Yárnoz
El presidente francés, François Hollande, atiende a los medios el pasado lunes en Bruselas.
El presidente francés, François Hollande, atiende a los medios el pasado lunes en Bruselas. ERIC VIDAL (REUTERS)

Los tres últimos presidentes de Francia –Jacques Chirac (1995-2007), Nicolas Sarkozy (2007-2012) y François Hollande (desde mayo de 2012)- han sido espiados por los servicios secretos de Estados Unidos, que grabaron muchas de sus conversaciones telefónicas, según asegura Wikileaks en su página web. La organización, que lleva años difundiendo asuntos clasificados de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE UU, afirma que sus espías tenían controlado incluso el móvil de Hollande y varios de sus asesores, así como del embajador de Francia en Washington.

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El Elíseo rechazó de entrada comentar las informaciones, pero poco después anunció que el presidente Hollande ha convocado para este miércoles una reunión urgente de su Consejo de Defensa. Este órgano está integrado por el primer ministro, el ministro de Defensa y los titulares de Interior, Economía, Finanzas y Exteriores. También pueden acudir altos jefes militares, policiales y de los servicios de información.

Una de las conversaciones controlada por la NSA se produjo entre Hollande y la canciller Angela Merkel el 15 de mayo de 2012, el mismo día de la investidura del presidente francés. “Hollande ha encontrado a la canciller obnubilada por el Pacto Presupuestario y, sobre todo, por Grecia, que ella ha dejado caer; Hollande está muy preocupado con Grecia”, señala la nota redactada entonces por los servicios de información estadounidenses, según cuenta el periódico digital Mediapart, que ha recibido documentos de Wikileaks, al igual que el diario Liberation.

Otras conversaciones registradas tuvieron como protagonistas a Hollande y su entonces primer ministro, Jean-Marc Ayrault. O a ambos con algunos de sus asesores y directos colaboradores.

Con fecha 22 de mayo de 2012, la NSA redactó una nota en la que resumía las primeras actividades de Hollande y su Gobierno. Se titulaba “El presidente francés acepta consultas secretas sobre la zona euro; encuentro con la oposición alemana”.

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En esa nota-resumen, se cuenta que Hollande mantendrá en París esos encuentros secretos para discutir sobre todo “las consecuencias de una salida de Grecia de la zona euro”. Los autores del texto hacen gala de conocer las conversaciones de Hollande con Ayrault, porque precisan que el 18 de mayo de ese año Hollande ha ordenado a su jefe de Gobierno que prepare esos encuentros en El Elíseo para una semana después.

A esas citas, señala la nota de la NSA, acudirán los ministros afectados –Economía, Finanzas, Exteriores…-, quienes “insistirán especialmente sobre los efectos para la economía francesa en general, y para los bancos franceses en particular”. “Hollande ha subrayado que la reunión será secreta”. La NSA agrega este comentario interpretativo: “Al presidente francés le preocupa que trascienda el hecho de que París se toma en serio la hipótesis de una salida de Grecia de la zona euro, lo que agravaría la crisis”.

En paralelo, Hollande y Ayrault preparaban su encuentro, igualmente “secreto” para evitar problemas diplomáticos, según el primer ministro, con los socialdemócratas alemanes. Y añade el o los autores de la nota: “Al aludir a problemas diplomáticos, Ayrault hace referencia a lo que podría suceder si la canciller alemana se entera de que Hollande ve a la oposición alemana a sus espaldas”.

Hollande, contaba la NSA, estaba preocupado de que Merkel se enterase de sus contactos secretos con socialdemócratas alemanes en París

Asimismo, la NSA hace alusión a conversaciones entre Merkel y Hollande el mismo día de su investidura y en jornadas previas. “Hollande está muy preocupado por Grecia y por el pueblo griego, que podría reaccionar votando por un partido extremista”. Y añade que, tras hablar con la canciller, Hollande ha contactado con el líder socialdemócrata y ministro Sigmar Gabriel para verse en París. En efecto, Hollande recibió en junio de 2012 en El Elíseo a una delegación del SPD alemán.

El nuevo escándalo de espionaje se produce dos años después de difundirse que la NSA también había espiado a Merkel. Y solo unos meses después de que la prensa alemana asegurase que los espías alemanes colaboraban con los estadounidenses entre otras misiones para controlar a los líderes políticos franceses.

Tras las primeras filtraciones al respecto, Merkel pidió explicaciones al Gobierno norteamericano. En febrero de 2014, el presidente Barack Obama garantizó a Hollande en Washington que la NSA había puesto fin a las prácticas de espionaje de dirigentes en países aliados.

Se da la circunstancia de que precisamente este miércoles la Asamblea Nacional francesa debate y vota en segunda lectura la controvertida ley sobre los servicios secretos, que autoriza la masiva recogida de datos de ciudadanos sin control judicial. Por una enmienda de última hora, los agentes franceses podrán espiar a extranjeros de visita en Francia solo con el permiso del primer ministro. El Gobierno ha anunciado que prevé eliminar esa cláusula porque la considera insconstitucional.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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