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El Tribunal Supremo respalda la reforma sanitaria de Obama

Los jueces, con 6 votos a favor y 3 en contra, dieron la razón al presidente y dictaminaron que los subsidios federales son legales

Marc Bassets
Personas esperando para entrar en el Supremo.
Personas esperando para entrar en el Supremo.Susan Walsh (AP)

La reforma sanitaria, proyecto central en la presidencia de Barack Obama, obtuvo este jueves una victoria rotunda en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Los jueces dieron la razón al presidente demócrata por seis votos a favor y tres en contra y dictaminaron que los subsidios para adquirir un seguro médico son legales. La decisión consolida la ley, que ha otorgado cobertura a más de diez millones de personas sin seguro, como un nuevo pilar del Estado de bienestar estadounidense. A los republicanos, que llevan años intentando revocar la reforma, les quedan ahora pocas opciones para frenarla.

"La Ley de Cuidados Accesibles está aquí para quedarse", dijo Obama. "Esta es una victoria de los americanos que trabajan duro y cuyas vidas, gracias a esta ley, serán más seguras en una economía en transformación".

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La decisión del tribunal es una victoria política para Obama. Ante el escepticismo de algunos de sus colaboradores y la oposición feroz del Partido Republicano, fio a la reforma sanitaria parte de su legado. Junto a la administración de la Seguridad Social, creada en los años treinta por el presidente, Franklin Roosevelt, y la sanidad pública para los más pobres y los mayores de 65 años, de Lyndon Johnson, la reforma de Obama ya forma parte de la precaria red de protección social de EE UU.

La reforma sanitaria no creó un sistema público como el del resto de los otros países desarrollados, pero ha sido el primer intento en décadas de resolver una anomalía de un país rico —la primera economía mundial— con millones de personas sin cobertura médica.

Las opciones de los detractores de la ley, que ven en ella un monstruo burocrático y un ejemplo de intromisión excesiva de Washington en la economía, se agotan. A los republicanos, que han intentado revocarla decenas de veces en el Congreso, les quedan las vías legislativa y ejecutiva. Necesitarían que en 2016 un republicano ganase las elecciones presidenciales y que el Senado y la Cámara de Representantes tuviesen mayoría del Partido Republicano. Entonces podrían anularla.

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Los candidatos a la nominación republicana prometen intentarlo. “No es el final de la lucha contra Obamacare”, dijo Jeb Bush. Obamacare es el nombre popular con el que se conoce la ley. Está por ver si, una vez consolidada en todo el país y con millones de beneficiarios, algún político se atreverá a dar marcha atrás. El Supremo no se ha atrevido.

Estaba en juego uno de los pilares de una reforma que ha ampliado la cobertura sanitaria pero que, desde su aprobación en 2010, ha afrontado una carrera de obstáculos. Sin los subsidios, 6,4 millones de personas con ingresos bajos podrían haber perdido la cobertura.

La de ayer es la segunda victoria para Obamacare en el Tribunal Supremo. En 2012, la mayoría de jueces concluyó que el llamado mandato individual —la obligación de suscribir una póliza— era legal. Entonces, como ahora, el tribunal, presidido por el conservador John Roberts, salvó al presidente.

Los debates, esta vez, giraban en torno a un tecnicismo: el significado de la palabra “Estado” en el texto de la ley. La norma crea mercados en Internet para que las personas sin seguro médico compren uno privado. Obama ha comparado estos mercados con el comercio online Amazon, donde el cliente elige el seguro más conveniente.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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