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El secuestro más caro de la historia

Arrasa en Argentina un libro sobre el cautiverio de los hermanos Born en 1975 a manos de Montoneros

Carlos E. Cué
Un secuestrador encapuchado somete a Jorge Born a un simulacro de juicio durante su cautiverio.
Un secuestrador encapuchado somete a Jorge Born a un simulacro de juicio durante su cautiverio.

El secuestro más caro de la historia: 60 millones de dólares de 1975, unos 260 millones de hoy. O, dicho en euros, 232 millones. Un secuestrado, Jorge Born, que terminó siendo amigo y socio de su captor, Rodolfo Galimberti. Un dinero de la familia más rica de Argentina que sirvió para financiar a Montoneros, el grupo armado peronista que protagonizó los setenta y fue aniquilado por la dictadura militar. Un rescate que acabó en Cuba, nunca apareció del todo y sirvió en parte para costear la campaña de Carlos Saúl Menem, que en los noventa indultó a los líderes de Montoneros. Un episodio central de la historia trágica reciente de Argentina, con varios de sus protagonistas aún vivos y que pueden ser entrevistados. Con estos ingredientes,  la periodista María O’Donnell está arrasando con su libro, Born (Sudamericana), sobre el secuestro a manos de Montoneros de los hermanos herederos del mayor imperio argentino. El libro es líder de ventas en el país desde que salió hace dos meses y va camino de superar los 120.000 ejemplares.

La operación fue espectacular. En menos de dos minutos, 15 montoneros desviaron el tráfico de la principal avenida de Buenos Aires, Libertador, simulando una obra en una tubería de gas, para acribillar a los escoltas y sacar de su coche a Jorge y Juan Born, de 39 y 40 años, llamados a dirigir Bunge y Born, el mayor imperio argentino de exportación de granos e industrias químicas, textiles y de alimentación. Eran ricos al modo argentino: amigos de los Rockefeller, en sus mansiones había muebles diseñados por Dalí y lámparas de Giacometti.

Su padre, Jorge Born II, se negaba a pagar el rescate de 100 millones de dólares. Ni siquiera contestaba a las llamadas. Los tuvieron durante nueve meses en una “cárcel del pueblo”, les sometieron a juicio por explotar a sus trabajadores y aprovecharse de sus enormes latifundios. Les grababan en vídeo barriendo su celda en calzoncillos para mostrar su poder sobre una de las grandes familias argentinas. En Montoneros también había hijos de la élite. Los hermanos Born fueron al mismo colegio, el Nacional de Buenos Aires, que Mario Firmenich, líder del grupo, que hoy vive como profesor universitario en Cataluña.

El rescate sirvió para financiar a Montoneros y la campaña del expresidente Menem

Jorge se mantuvo sereno y se convirtió, desde dentro de su zulo, en negociador del rescate. Logró bajarlo a 60 millones y convenció a su padre para que pagara. Le contó la realidad: que su hermano Juan estaba al borde de la locura. A Juan lo sacaron a los seis meses, cuando se pagó la mitad. Jorge aún seguiría tres meses más. Esta semana se han cumplido 40 años de su liberación y Jorge Born III, que mantuvo silencio y vivió en Brasil 18 años después del trauma, ha accedido a hablar con O’Donnell. Tiene 81 años y cuenta que su padre murió destruido por haber pagado ese dinero que sirvió para financiar la lucha armada. Y habla sin tapujos de su amistad con Galimberti en los noventa. “Él quería entrar en la alta sociedad y hacerlo vía Jorge Born era ideal. Yo quería recuperar mi plata”, explica.

Galimberti ayudó a Born: declaró en el juicio contra los herederos del banquero de los Montoneros, David Graiver, lo que sirvió para recuperar parte de los 60 millones. Otra parte llegó, según le explican a O’Donnell líderes montoneros, a la campaña de Menem, que presidió el país entre 1989 y 1999. El presidente los indultó, también a Firmenich, como hizo con los jefes de la dictadura.

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O’Donnell, abrumada por el éxito, cree que se debe a que no se propuso contar los setenta (nació en ese año) sino una historia humana inagotable. Pero así, sin quererlo, ha logrado un relato periodístico de una época clave que hoy está más presente que nunca y es muy reivindicada por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Algunos de los protagonistas de esa lucha contra la dictadura, sobre todo sus hijos, tienen una notable presencia en el poder kirchnerista. Y hasta en su familia: Camilo, hijo de Fernando Vaca Narvaja, uno de los jefes montoneros que secuestraron a los Born, espera una niña con Florencia, la hija de la presidenta.

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