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La policía mata a Richard Matt, uno de los dos presos fugados en Nueva York

Continúa la búsqueda del segundo preso protagonista de una espectacular fuga

Silvia Ayuso

Agentes federales abatieron este viernes a Richard Matt, uno de los dos asesinos cuya espectacular fuga hace casi tres semanas de una cárcel del estado de Nueva York desató una frenética operación de búsqueda y captura cerca de la frontera con Canadá, confirmaron fuentes policiales a medios estadounidenses.

El operativo continúa para localizar al segundo fugitivo, David Sweat, condenado a cadena perpetua por el asesinato de un policía y cuyo rostro, al igual que el de Matt, ha copado las pantallas de televisión y los periódicos en las últimas semanas.

Según fuentes policiales citadas por The New York Times y CNN, Matt, de 48 años y que cumplía una condena de 25 por el secuestro, descuartizamiento y asesinato de su jefe en 1997, murió en un tiroteo con agentes en el condado de Franklin.

La intensa búsqueda de los fugitivos -por tierra y aire y con cientos de agentes- se había concentrado los pasados días en esta boscosa zona próxima a la frontera con Canadá, después de que la policía detectara el rastro de ADN de los huidos en dos cabañas de caza de la zona.

Con este desenlace se pone fin al menos para Matt a una fuga que ha tenido en vilo a los estadounidenses desde que se conoció su espectacular huida, en algún momento entre la noche del 5 de junio y la madrugada del 6. Su escapada solo fue descubierta cuando, al realizar el control de camas en las celdas, a las 5:30 de la mañana, se constató su ausencia. Los fugitivos tuvieron la sangre fría de dejar un mensaje a sus captores, “que tengan un buen día”, acompañado de una cara sonriente. La nota de despedida estaba pegada junto al agujero de una de las tuberías por las que los presos se fugaron tras romper la pared de acero que separaba sus celdas para dar con el sistema de cañerías y túneles que finalmente les llevó hasta la libertad.

Desde el primer momento se tuvo la convicción de que los dos presos habían contado con ayuda externa para hacerse con las herramientas mecánicas y otros elementos necesarios para su no por ello menos espectacular fuga.

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Las sospechas se vieron pronto confirmadas. Joyce Mitchell, una empleada civil de la prisión donde cumplían sus sentencias Matt y Sweat, está ya bajo custodia policial. Ha admitido que introdujo de contrabando las herramientas que les permitieron la fuga a los dos presos, a los que también habría ofrecido acceso a un teléfono celular. En la fuga ayudó presuntamente otro empleado de prisiones, Gene Palmer, quien les habría proporcionado algunas de las herramientas y les habría ayudado a esconderlas. También él está detenido.

La huida de Matt y Sweat ha sido comparada con la fuga de tres presos de la prisión de Alcatraz, en San Francisco, hace más de cinco décadas. El hecho de que nunca se encontrara rastro alguno de los fugitivos de “La Roca”, como se conoce a Alcatraz, hizo que perdurara la leyenda sobre la posibilidad de que, contra todo pronóstico, lograran superar las frías aguas de la Bahía de San Francisco y vivir el resto de sus días en libertad. A Richard Matt, la libertad tan afanosamente buscada no le duró ni tres semanas.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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