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Portugal, el alumno disciplinado de la austeridad

La aplicación por Lisboa de duros recortes ha evitado la bancarrota

Una pintada en el centro de Lisboa.
Una pintada en el centro de Lisboa.JOAO HENRIQUES

Cuento de niños o película de miedo. Portugal ve la crisis griega entre dos perspectivas diferentes, pero con el consuelo de que ha hecho bien los deberes. Es el ejemplo que el FMI, Alemania y la CE enseñan a Grecia para demostrar que las medidas de austeridad dan buenos resultados.

“No es posible que un país no quiera pagar sus deudas, quiera subir salarios, bajar impuestos y encima que los socios europeos le tengamos que garantizar su financiación sin garantías. Eso no existe; eso es un cuento de niños”. Pedro Passos Coelho desenterraba el hacha de guerra en enero y se ponía a la vanguardia de las críticas al plan heleno de reestructuración de su deuda. Si la estrategia de Grecia pasaba por un frente común de los países del Sur, se le había roto nada más comenzar las negociaciones.

“Me gustaría advertir”, contestó poco después Yanis Varufakis, “que la estrategia de amputar a Grecia de Europa, es muy peligrosa. ¿Quién vendrá después de nosotros? ¿Portugal?”.

La china lanzada por el ministro estrella griego sentó muy mal a Portugal, que de 2011 a 2014 ha estado bajo la estricta administración de la troika y aún hoy mantiene fuertes recortes salariales y aún más altos impuestos.

Los portugueses llevan años pagando la luz, el gas y el café con un 23%. Les cuesta entender que los griegos, con dos rescates, paguen muchos menos impuestos

Desde 2011, el paro ha bajado del 17% al 13%, el déficit presupuestario a la mitad, aumentan las exportaciones, se dispara el turismo y el país crece al 1,5%. “Tenemos las arcas llenas”, se ufana la ministra de Finanzas, Maria Luiz Albuquerque, olvidándose del aumento de la deuda y otras nubes

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“Portugal es un buen ejemplo de reformas exitosas”, asegura el presidente de Alemania. “Espero que todos los partidos políticos griegos se inspiren en el ejemplo de los partidos en Portugal e Irlanda”, elogia la directora del FMI, Christine Lagarde.

Portugal es uno de los enfermos por la crisis que ha abandonado la UCI y puede contarlo. El FMI, la CE, Alemania exhiben al país ibérico como estandarte de lo buenas que son sus medicinas, que Grecia se niega a tomar.

Tras una inicial solidaridad hacia el sufrido pueblo griego, en estos seis meses, el portugués se ha enterado que los panaderos griegos se jubilan a los 52 años, y que no tienen IVA en libros o teatro. Los portugueses llevan años pagando el 23% de IVA por la electricidad, el gas, sus cafecitos y hasta por productos farmacéuticos. Ahora, a los griegos, se les pide una subida al 13% o al 6% según los casos.

La pasada semana, antes de dar portazo, Tsipras volvía a mentar a Portugal en un tuit: “Nunca ocurrió que no aceptaran medidas equivalentes. Ni con Irlanda ni con Portugal”.

Una medicina dolorosa

Desde 2011, cuando pidió un rescate de 78.000 millones a la troika para evitar la bancarrota, Portugal ha aplicado recortes de forma sostenida. Ha puesto en marcha una fuerte subida de impuestos -la presión fiscal sobre los ciudadanos ha pasado del 33,4% en 2009 al 37,1% en 2014-, ha eliminado pagas extras a funcionarios y pensionistas. También ha sufrido una bajada de salarios y una subida del IVA (hasta el 23%) que afectaron sobre todo a la clase media.

En estos cuatro años, el paro ha bajado del 17% al 13%; el déficit presupuestario a la mitad, aumentan las exportaciones, se dispara el turismo y el país crece al 1,5%. Sin embargo, la deuda pública ha pasado de 173.000 millones a 234.000 desde entonces.

Las medidas que Europa ofrece a Grecia son, en muchos casos, más benévolas que las que soporta Portugal. Solo hace un año, el Gobierno portugués le quitó al pan con chorizo el impuesto de lujo.

Con la excepción de la izquierda más radical, los partidos portugueses abominan de la comparación con Grecia y más de lo que están viendo. Passos Coelho no niega un contagio, pero lo infravalora. “Europa está mejor preparada que en 2010. Debemos aprovechar el caso griego para avanzar en la unión financiera y monetaria”, declaró ayer. Y recuerda que, gracias a sus arcas llenas, hasta mediados de 2016 el país no necesita pedir dinero.

“Portugal no es inmune al riesgo de que, caída Grecia, los mercados se fijen en otras economías débiles con mucha deuda pública”, explica Teixeira dos Santos, el ministro de Finanzas que firmó la llegada de la troika a Portugal. “De alguna manera puedo decir que ya vi esa película”.

El hermano bueno de Europa desconoce, como todos, si esto acabará como un cuento infantil o una película de miedo.

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