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“No será fácil, negociaremos mucho”

El aspirante presidencial del tradicional partido antiperonista prevé un Congreso atomizado

El candidato presidencial opositor Ernesto Sanz en un acto político
El candidato presidencial opositor Ernesto Sanz en un acto políticoRicardo Ceppi

Desde que nació el peronismo en 1945 y durante los siguientes 50 años en Argentina rigió un bipartidismo entre esa fuerza y la Unión Cívica Radical (UCR), una fuerza más inclinada al centro aunque afiliada a la Internacional Socialista. Pero desde 1995 la UCR ha debido aliarse a otros partidos para soñar con el Gobierno. En 2015 integra la coalición Cambiemos, en la que el candidato favorito para las primarias de agosto, el conservador Mauricio Macri, camina hacia una victoria contra el radical Ernesto Sanz. “Lo que se abre es una etapa inédita porque el futuro Gobierno -admitió Sanz, confiado en sus aspiraciones- no tendrá mayoría en el Congreso y en todos los temas habrá necesidad de construir acuerdos, para cada uno habrá mayorías diferentes. No va a ser fácil, va haber que negociar mucho.”

"Nadie va a tener mayoría por si solo porque el kirchnerismo pone en juego los escaños que ganó en 2011 con el 54% de los votos", descartó Sanz que el gubernamental Frente para la Victoria (FpV), que lidera el Partido Justicialista (peronista), logre un resultado tan bueno como hace cuatro años. El también presidente de la UCR espera que si su coalición, Cambiemos, gana las presidenciales, el Congreso aprobará las reformas políticas y económicas que impulse el futuro Ejecutivo. "Si ganamos, vamos a venir apalancados por una mayoría social a favor del cambio, Argentina volverá a transitar un nuevo camino", se esperanzó en la posibilidad de acuerdos legislativos con peronistas, incluso algunos que por ahora son kirchneristas.

En una conferencia con corresponsales de la prensa extranjera, el senador radical confió en llegar a un acuerdo con los 'fondos buitre' por la deuda pública y aboga por un "equilibrio entre no pagarles nada y pagarles todo". También reconoció que debe reducirse el déficit fiscal en forma gradual, pero argumentó que para ello debe darse prioridad al crecimiento económico y su consiguiente aumento de ingresos, sin dejar de "reorganizar el gasto". Pero evitó la palabra "ajuste".

Sanz admite primero su temor a un fraude, pero inmediatamente después lo descarta

Sanz descartó "el mito de que solo el peronismo puede gobernar Argentina". Esa creencia está en boca de muchos votantes que recuerdan los colapsos económicos con los que finalizaron los dos últimos gobiernos radicales, los de Raúl Alfonsín (1983-1989) y Fernando de la Rúa (1999-2001). "Es un mito fruto del propio interés del peronismo y consiste en entender la palabra gobernar como mantenerse en el poder. Pero el peronismo no ha logrado resolver los problemas del país, como la generación de desarrollo", opinó el candidato presidencial.

Uno de los corresponsales le preguntó si tiene miedo al fraude en la provincia de Buenos Aires, bastión peronista desde hace 28 años y donde vota un 37% de los argentinos. "Sí, miedo tengo", dijo primero, pero después se corrigió: "Todos sabemos de ese riesgo. Pasan cosas raras en el conurbano (periferia). Necesitamos fiscalizar bien, pero no quiero decir que puede haber fraude". También cargó contra el movimiento político que creó Juan Domingo Perón en 1945: "No es un partido republicano, fue fundado por un militar".

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