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El presidente de Burundi es reelegido con el 69% de los votos

Nkurunziza concurrió para lograr un tercer mandato pese a la prohibición de la Constitución La oposición boicoteó los comicios en el país africano, que lleva meses sumido en el caos

Pierre Claver Ndayicariye, jefe de la comisión electoral, informa de los resultados electorales en Burundi, el 24 julio de 2015.
Pierre Claver Ndayicariye, jefe de la comisión electoral, informa de los resultados electorales en Burundi, el 24 julio de 2015.PHIL MOORE

El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, ha sido reelegido para un tercer mandato de cinco años al ganar las elecciones celebradas este martes con un 69,41% de los votos, según los resultados provisionales difundidos este viernes por la comisión electoral. Los comicios, boicoteados por la oposición, se celebraron después de casi tres meses de violencia en las calles del país a raíz del anuncio de Nkurunziza de concurrir a las elecciones para obtener un tercer mandato, algo prohibido por la Constitución.

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Pierre Claver Ndayicariye, jefe de la comisión electoral, ha informado de que Nkurunziza ha obtenido 50 puntos de ventaja frente a su rival más cercano, el líder del Frente Nacional de Liberación (FNL), Agathon Rwasa, que ha logrado el 18,99% de los sufragios. El cabeza de lista del UPRONA, Gerard Nduwayo, ha conseguido un apoyo del 2,14% de los electores. Los tres principales candidatos de la oposición anunciaron unos días antes que se retiraban de la carrera presidencial al considerar que este proceso era una "farsa".

Organizaciones internacionales como la Unión Africana o la Comunidad del África Oriental pidieron a Burundi que no celebrara los comicios dada la escasa legitimidad que tendrían sus resultados y manifestaron su preocupación por el clima de violencia que atraviesa el país. Las elecciones se han caracterizado por un elevado nivel de tensión. Los enfrentamientos entre los grupos anti-Nkururnziza y las fuerzas que le son fieles —Ejército, policía y milicianos— han dejado al menos 100 muertos y 150.000 personas han huido del conflicto. Y en las horas previas a la apertura de los colegios electorales se registraron tiroteos y explosiones en la capital del país, Bujumbura.

El caos se desencadenó el pasado mes de abril, cuando Pierre Nkurunziza anunció que se presentaría a un tercer mandato, pese al veto de la Constitución, que solo contempla la posibilidad de acumular dos legislaturas. En mayo, mientras el mandatario viajaba a Tanzania para participar en una reunión de líderes de la Comunidad Económica de África del Este, el exgeneral Nyombare anunció su destitución con un intento de golpe de Estado. Fuerzas leales al presidente y militares golpistas se enfrentaron duramente, hasta que se decidió convocar nuevas elecciones.

La victoria de Nkurunziza difícilmente asegurará la estabilidad y la paz en el país. El pasado martes, el departamento de Estado de EE UU afirmó que las elecciones presidenciales de Burundi no serían creíbles. Y Didier Reynders, ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica —de la que Burundi fue colonia— añadió que el país africano podría arrepentirse de haber optado por esta organización de los comicios, recordando que podría afectar a la relación de "cooperación" entre ambos países.

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