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MILAN VAISHNAV Politólogo del Carnegie Endowment

“India va en la buena dirección”

El politólogo ve "bien encaminada" la economía del país

Milan Vaishnav.
Milan Vaishnav.AP

Narendra Modi, primer ministro de la democracia más poblada del mundo, ha emprendido una cruzada exterior para poner a India de nuevo en el mapa, pero en casa se mueve con una prudencia que algunos creen excesiva. Frente a sus antecesores, no ha dado pie a escándalos de corrupción y en cartera tiene una serie de reformas en un país sin sistema fiscal y donde las trabas para comprar tierras lastran el desarrollo de infraestructuras e industrias. Esas reformas, opina Milan Vaishnav, experto del Carnegie Endowment for International Peace, un think-tank con sede en Washington, son esenciales para que India aproveche su potencial. Las perspectivas son buenas. Al contrario de lo que ocurre en otros mercados emergentes, la economía india "está bien encaminada".

Pregunta. ¿Qué opina de la diplomacia del yoga? ¿Ayuda a impulsar la posición global de India?

Respuesta. Modi ha dedicado sus primeros 18 meses de gobierno a viajar por todo el mundo y proclamar que India está de regreso, que tiene vigor, que quiere desempeñar un papel más activo en la política regional y global, y que es un país con mucha tradición, que deriva de una civilización antigua. Intenta explotar las ventajas de ese soft-power.

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P. ¿Tiene India el peso internacional que le corresponde?

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R. Hay dos formas de responder a esa pregunta. Por un lado, India está definitivamente subrepresentada en los foros globales. Resulta muy convincente decir que, dado que tiene una sexta parte de la población mundial, debería contar con un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU. De igual manera, por el tamaño de su economía debería tener más peso en el Banco Mundial o en el FMI. India quiere más peso global, pero al mismo tiempo ha sido muy reacia a aceptar su cuota de responsabilidad en asuntos como la seguridad internacional. Quizás lo que estamos viendo con Modi es un intento de cambiar para decir: al tiempo que nos centramos en nuestro desarrollo interno, no podemos perder de visita que vivimos en una región muy peligrosa, donde se están produciendo muchos cambios.

P. ¿Cuál es su balance sobre la gestión de Modi ¿Ha cumplido las expectativas?

R. No ha estado a la altura porque las expectativas eran demasiado altas y muy poco realistas. Pero incluso aceptando eso, Modi ha sido cauteloso a la hora de impulsar las reformas económicas. Reencaminar la economía india fue su principal promesa electoral y la base de su gran victoria: por primera vez en 30 años un solo partido ganó la mayoría en la Cámara Baja. Ha sido muy cauto en parte porque su lectura del paisaje político le permite deducir que tiene muchas posibilidades de renovar su mandato, y no necesita apresurarse. Y en segundo lugar, porque no quiere repetir lo que percibe como errores del pasado. Cree que una de las razones por las que el BJP [Partido Bharatiya Janata] fue desalojado del poder en 2004 fue porque se movió muy rápidamente en la agenda de reformas y no mostró suficiente preocupación por los pobres, los agricultores, la gente de la base de la pirámide. Por eso vemos una recuperación muy lenta y poco éxito a la hora de impulsar esas grandes reformas.

P. El Gobierno tiene en efecto una ambiciosa agenda de reformas económicas, desde los impuestos a la legislación laboral, cruciales para el desarrollo del país. Pero el Partido del Congreso las bloquea.

R. Hay dos puntos candentes: la tierra y los impuestos. Respecto a la reforma de los impuestos, hay un consenso bastante general. Está claro que la oposición la está bloqueando por oportunismo político, porque cuando estaban en el poder impulsaron ese proyecto de ley. El tema de la tierra es mucho más complejo. El anterior Gobierno del Congreso implantó nuevas restricciones en la adquisición de la tierra, que este Gobierno intenta revertir. Y se topa con un rechazo ideológico.

P. Tierras e impuestos. ¿Qué otros retos hay?

R. Un reto enorme es la provisión de servicios públicos básicos. Una de las razones por las que India ha sido incapaz de crear una base robusta de manufactura es porque se enfrenta a un problema endémico de malas carreteras, mala red eléctrica, mal servicio de agua, e inseguridad en algunas zonas. El Gobierno está usando una parte del margen fiscal que tiene para invertir en carreteras y ferrocarriles, que son estímulos para la economía. En cambio ha prestado menos atención a la red eléctrica y a asuntos vinculados al capital humano, como la educación y la salud.

P. Mientras Brasil, Rusia, China, Sudáfrica están en declive, India ha crecido un 7.5% en el primer trimestre del año. ¿Está ya en cabeza de los emergentes?

R. Hay dos motivos. Uno claramente es el uso de la nueva forma de calcular el Producto Interior Bruto, que puede estar ofreciendo un crecimiento más rápido de lo que realmente es. Pero la segunda razón es que hace dos años, cuando la Reserva Federal empezó a hablar de retirar los estímulos, muchas economías emergentes comenzaron a sufrir y sus monedas empezaron a devaluarse. India se centró en bajar la inflación, en reducir su déficit fiscal y el déficit por cuenta corriente, en reforzar la reserva de rupias. De forma que sus indicadores macro son mucho mejores que los de otros mercados emergentes. Además, India es un importador neto de petróleo, y la caída de los precios del crudo le ha beneficiado enormemente, porque le ha permitido reducir la factura de las importaciones y suprimir algunos subsidios. Digamos que ha habido un manejo macroeconómico muy sensato, que comenzó con el anterior Gobierno y que continúa con este, y una dosis de buena suerte.

P. Las perspectivas son entonces prometedoras.

R. La economía de India está por debajo de su potencial, aunque en el contexto de los mercados emergentes le está yendo bien. La economía está encaminada en la buena dirección, pero algunas de estas reformas deben llevarse a cabo para retomar el crecimiento sostenido de los años 2000, del 9% al 10% anual.

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