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La izquierda brasileña sale en defensa de Rousseff

Activistas de 26 movimientos sociales brasileños salieron a las calles en 17 Estados para decir “no” a la destitución de la presidenta

Imagen de la protesta de Sao Paulo.
Imagen de la protesta de Sao Paulo. SEBASTIÃO MOREIRA (EFE)

Activistas de 26 movimientos sociales brasileños salieron a las calles en 17 Estados y el Distrito Federal el pasado jueves para defender los derechos sociales y decir “no” a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Aunque arroparon a la mandataria, los manifestantes dejaron claro su descontento con el Gobierno y su plan de ajuste fiscal.

Los activistas de numerosos movimientos sociales se echaron a la Avenida Paulista, en São Paulo, para defender los programas y los derechos sociales y laborales del Gobierno de Rousseff. No fueran pocas, ni leves, las críticas a la actual Administración del PT, especialmente a su ministro de Hacienda, Joaquim Levy, y a Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara que ha propuesto una agenda de medidas conservadoras.

El Movimiento de los Trabajadores Sin Techo fue el protagonista de la protesta paulista, la mayor de todas, que reunió cerca de 100.000 manifestantes, según la organización; y 40.000, según la Policía Militar. Fue el acto más grande de todos.

Aunque había algunos carteles de apoyo a Rousseff y al tesorero del partido, Joao Vaccari Neto, detenido en el marco de la operación Lava Jato, en la mayoría se podía leer un “no al golpe”. La frase hace referencia a la solicitud de destitución de la presidenta, exigida en una multitudinaria marcha el pasado domingo, que reunió a 135.000 personas en São Paulo, según Datafolha. También hubo muchas consignas en contra del ajuste fiscal, planeado por Levy.

Presencia del PT

Algunos políticos del Partido de los Trabajadores (PT) asistieron a las manifestaciones, pero tuvieron una participación discreta. Uno de ellos fue el presidente de la organización, Rui Falcão, que suavizó ante la prensa las diferencias entre políticos y activistas. Dijo que tanto ellos como los organizadores, el movimiento de los Sin Techo, tenían una agenda en común: la defensa de la democracia.

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“Hoy el pueblo... quiere presentar claramente la agenda de los de abajo”, afirmó Guilherme Boulos, líder del movimiento de los Sin Techo, en la apertura del acto. “Estamos en contra de ese banquero prepotente llamado Joaquim Levy. Nadie aquí le defiende”, destacó.

El presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, la gran esperanza del ala anti-Dilma para llevar a buen puerto la destitución de la presidenta, también fue duramente criticado por las victorias de la agenda conservadora que impulsa, como la rebaja de la edad penal y el financiamiento privado de la campaña electoral. “Hemos venido aquí para defender la democracia y la continuidad del mandato de Dilma Rousseff, pero también queremos una Asamblea Constituyente soberana para discutir la reforma política y el fin de la financiación privada”, afirmó Flavia Bigai, 33 años, del movimiento feminista Marcha Mundial de las Mujeres. Los gritos de “Fuera Cunha” acompañaban la celebración de la noticia de que Cunha ha sido acusado de corrupción el marco de la operación Lava Jato.

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