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Nisman: una nueva prueba apunta al asesinato pero sigue el misterio

Ocho meses después, la fiscal insiste en que no puede saber si lo mataron o se mató

Carlos E. Cué
Alberto Nisman, el fiscal argentino muerto en extrañas circunstancias
Alberto Nisman, el fiscal argentino muerto en extrañas circunstanciasAP

El caso Nisman es ya una gran novela de misterio argentina en la que cada avance de la investigación, lejos de ofrecer certezas, abre más dudas. La última prueba oficial realizada en los laboratorios especializados de Salta, en el norte del país, apunta hacia la hipótesis del asesinato. Los expertos han reproducido las condiciones del disparo de la pistola con la que murió Nisman con un maniquí que tenía piel de cerdo en la mano, para buscar algo similar a la piel del ser humano, y han concluido que un disparo debería dejar restos de pólvora en esa mano. El cuerpo de Nisman no tenía restos de pólvora, con lo que la conclusión más razonable apunta a que otra persona disparó ese arma.

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Sin embargo, la fiscal encargada del caso, Viviana Fein, cree que estas pruebas no son concluyentes porque es imposible reproducir con exactitud las condiciones del crimen y la pistola pudo no dejar rastros de pólvora en la mano de Nisman por otros motivos. Lo cierto es que ocho meses después, y a pesar de que Fein defiende con uñas y dientes su trabajo y acude a los medios para insistir en que todo se está haciendo de forma correcta, las dudas son casi las mismas que el primer día. O mayores. El caso tiene un alto contenido político y su estallido, en enero, supuso el momento de mayor debilidad del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, por lo que cada avance se sigue con mucho detalle en los cuarteles políticos.

El caso se ha convertido sobre todo en una guerra entre la fiscal Fein y Sandra Arroyo Salgado, una conocida juez argentina, exesposa de Nisman y madre de sus hijas. Arroyo lucha para apartar a Fein, a la que ve lanzada a la hipótesis del suicidio, y Fein critica que trate de entorpecer su trabajo. “No podemos decir con la pericia si se suicidó o lo mataron”, ha asegurado la fiscal después de conocer el nuevo estudio. “Acá concluyente vamos a tener cuando tengamos más, por sí sola no es concluyente. Las pericias sobre el arma no se pueden tomar aisladamente, debo considerar otras pruebas para definir si Nisman se suicidó o no", insistió.

"Para nosotros, esta prueba es concluyente", asegura por el contrario Arroyo Salgado. "Según me informaron después de la muerte de Nisman, ese tipo de arma deja rastros en el 100% de los casos", insistió para atacar con dureza a la fiscal: "Pido a la Corte que ponga las cosas en su lugar en este caso. Recordemos que Fein había dicho que 'lamentablemente no había rastros de pólvora' en las manos de Nisman. Pedimos en reiteradas ocasiones que se hiciera esta prueba y tuvimos que esperar ocho meses. Tenemos muchas pruebas que demuestran que esto fue un homicidio".

El Gobierno ha conseguido darle la vuelta al caso y ahora es Nisman el que tiene una imagen pésima entre la sociedad argentina al descubrirse sus cuentas en el extranjero y su nivel de vida. De hecho, en un giro imprevisto, y mientras el caso sobre un posible asesinato no avanza, cada vez está más cerca de ser incriminadas su madre y su hermana por lavado de dinero con las cuentas de Nisman en el extranjero, una acusación que también implica a Diego Lagomarsino, el informático que le dio el arma con el que murió y que tenía acceso a sus cuentas en el extranjero. El misterio crece, mientras uno de los protagonistas fundamentales de la historia, el que fuera hombre fuerte de los servicios secretos argentinos, Antonio Stiuso, continúa desaparecido y el Gobierno sostiene que está en EE UU protegido por los servicios secretos de ese país. Un guión de una película de espías si no fuera porque todo es estrictamente real y se produce a la vista de todos los argentinos, que escuchan a su presidenta acusar abiertamente a la CIA de estar detrás de la protección de Stiuso, que fue un hombre de confianza de los Kirchner hasta que la presidenta decidió romper con él, en diciembre de 2014, y él se revolvió, según la interpretación kirchnerista, empujando a Nisman a que volviera de sus vacaciones en España para presentar una denuncia contra Fernández de Kirchner nada menos que por colaboración en la ocultación del mayor atentado de la historia de Argentina, el de la AMIA en 1994, que dejó 85 muertos. El caso sigue abierto y Fein ha apuntado que no decidirá si se define entre suicidio o asesinato hasta después de las elecciones presidenciales del 25 de octubre.

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