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Hungría sella la frontera y criminaliza la entrada ilegal de migrantes

La nueva ley establece penas de tres años de cárcel por entrar ilegalmente en el país

Foto: atlas | Vídeo: Atlas

Hungría ha anunciado esta mañana que ha abierto un procedimiento penal contra 60 migrantes por romper la valla que separa el país con Serbia, según informa AFP. Hungría selló ayer su frontera a los refugiados y solo tramitará peticiones de asilo a ciudadanos de zonas de conflicto con documentación en los puntos de entrada oficiales, mientras que desde hoy se aplica una legislación que establece penas de tres años de cárcel por entrar de forma ilegal, y cinco por el agravante de dañar la alambrada.

Juristas consultados por la televisión pública húngara M1 han asegurado que las primeras sentencias, por procedimiento abreviado, serán solo condicionales y conllevarán la expulsión del detenido del país. En caso de que se le detenga de nuevo intentando entrar en el país de forma ilegal, sí se ejecutaría de forma inmediata la pena de prisión. Un total de 130 jueces aplicarán la nueva normativa por medio de juicios rápidos en la ciudad meridional de Szeged.

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A partir de hoy se establecerán también procedimientos acelerados de asilo que determinarán en pocos días si las solicitudes son aceptadas, y los refugiados que no obtengan ese estatus serán devueltos a Serbia. Se crearán dos zonas de tránsito en la frontera, en las cercanías de Röszke y Tompa, en las que permanecerán los refugiados hasta que se tramite su solicitud. "Ya que es la norma jurídica internacional, habrá que hacerlo de esa manera", ha señalado el portavoz del Gobierno húngaro, Zoltán Kovács, quien ha añadido que "empieza una nueva era, con esta ley y con el cierre físico de la frontera" en el paso fronterizo de Röszke.

El Gobierno húngaro ha declarado además el "estado de crisis" en dos provincias meridionales fronterizas con Serbia por la llegada de miles de refugiados en las pasadas semanas. El estado de crisis durará medio año (con la posibilidad de prologarlo) y en esos seis meses el Gobierno puede intensificar los controles fronterizos, y la policía y el Ejército asumir las tareas de registrar a los solicitantes de asilo. 

Mueren 22 migrantes al volcar su embarcación cerca de Turquía

Al menos 22 migrantes han muerto, cuatro de ellos niños, y otros 211 han sido rescatados con vida este martes tras volcar cerca de la costa turca la embarcación de madera en la que navegaban por el mar Egeo con destino a la isla griega de Kos.

La embarcación, de 20 metros de eslora y que también era utilizada en viajes turísticos, ha volcado frente a la costa del distrito de Datça, en el suroeste de Turquía. La Guardia Costera de Turquía ha desplegado cinco barcos y ha logrado rescatar con vida a 205 inmigrantes. Las labores de rescate continúan en la zona. Este naufragio llega un día después de la muerte de dos inmigrantes sirios tras volcar la lancha neumática en la que viajaban.

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Para frenar la llegada de refugiados el Gobierno húngaro ha construido una valla de 175 kilómetros en su frontera meridional con Serbia y ha desplegado a unos 900 policías y 4.300 militares en la región. El pasado lunes, la policía magiar retuvo a 9.380 migrantes que cruzaron al país desde Serbia, la cifra más alta en un solo día en lo que va de año, según han confirmado las fuerzas del orden locales. A última hora de ayer, la policía llegó incluso a bloquear el principal paso fronterizo en Röszke utilizado por los migrantes, mayoritariamente sirios, en su intento por avanzar hacia el norte de Europa.

En lo que va de año las autoridades húngaras han registrado a más de 180.000 refugiados que entraron en el país de forma ilegal, aunque la inmensa mayoría siguió camino hacia Alemania, Holanda o las naciones escandinavas. El trato recibido por los refugiados ha sido duramente criticado por organizaciones como Human Rights Watch, que han asegurado que las condiciones en los centros de acogida son "inhumanas".

La respuesta de Serbia

Serbia ha advertido de que no aceptará a los refugiados que Hungría intente devolverle "a la fuerza". "No pararemos a nadie a la fuerza en nuestro territorio y por eso tampoco permitiremos a ningún país que devuelva a nadie a la fuerza a nuestro territorio", ha afirmado el ministro de Trabajo serbio, Aleksandar Vulin.

"Ellos [los refugiados] están en Hungría y esperamos del Estado húngaro que los trate como es debido", ha añadido Vulin. El ministro ha señalado que los refugiados que fracasen en su intento de entrar en Hungría podrán permanecer en Serbia y regresar a los centros de acogida.

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