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La polémica por lo que Donald Trump no dijo sobre Barack Obama

El candidato republicano evita rectificar a un espectador que aseguró que es musulmán

Desde hace tres meses que anunció su campaña por la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha protagonizado varios escándalos con sus excesos verbales. De las declaraciones xenófobas contra los inmigrantes mexicanos a los ataques a las mujeres o los comentarios despectivos sobre Carly Fiorina, una de sus rivales en las primarias. La polémica, esta vez, llega por lo que Trump no dijo.

Ocurrió en su último evento en New Hampshire. En el turno de preguntas del público, un espectador se pone de pie y le dice que “tenemos un problema en este país, que son los musulmanes, incluso nuestro presidente es musulmán, usted lo sabe”. Trump no solo no le corrigió para indicar que Obama es católico, sino que respondió “esa es la pregunta, necesitamos esa pregunta”, para dejar que el hombre continuase.

El incidente ha merecido respuestas de los principales candidatos republicanos y de la Casa Blanca, mientras que la campaña de Trump asegura que el candidato “no oyó” la primera parte de la pregunta. A la segunda, en la que el espectador aseguró que “hay campos de entrenamiento donde [los musulmanes] quieren matarnos” y “cuándo podremos deshacernos de ellos”, Trump sí dijo que “vamos a estudiar muchas cosas, mucha gente está diciendo que están ocurriendo cosas terribles y esta es una de las que consideraremos”.

Puede que Trump quisiera seguir apelando a la base republicana que sigue defendiendo esta teoría sobre Obama, o que haya pretendido esconder los resultados del último debate electoral, en el que no salió precisamente ganador, pero de momento se ha ganado las críticas de sus principales rivales y compañeros de partido. El gobernador de Nueva Jersey Chris Christie ha afirmado que “Trump necesita decidir su nivel de seriedad como candidato”; el senador Lindsey Graham dijo que “desaprovechó la oportunidad para demostrar quién es” y Jeb Bush declaró durante un acto de campaña en Michigan que el problema de Obama “no es que haya nacido aquí o cuál es su religión”, añadiendo que “por cierto, es americano y cristiano”.

Para la candidata demócrata Hillary Clinton, la actuación de Trump fue “inaceptable” y el republicano “debería haber corregido desde el primer momento esa retórica, ese grado de odio”. No fue la única en rechazarlo. Desde la Casa Blanca, el portavoz Josh Earnest afirmó en rueda de prensa este viernes que “Trump no es el primer político republicano en entretener este tipo de ideas para ganar votos. De hecho, eso es lo que están haciendo precisamente todos los candidatos republicanos cuando evitan condenar la cínica estrategia de Trump”.

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El magnate neoyorquino fue el responsable de lanzar en 2010, aupado por la ola del Tea Party, el movimiento que alegaba que Obama era musulmán y que no había nacido en Estados Unidos. Los ‘birthers’, como se les apodó entonces, reivindicaban que la Casa Blanca publicara el certificado de nacimiento de Obama para demostrar que su presidencia era legal. Trump se apoyaba en realidad en teorías y conspiraciones menores, pero que ya habían suscitado un incidente similar al de esta semana en la campaña de 2008. Entonces un votante también se refirió a Obama como “musulmán”, ocasión que su rival, John McCain, aprovechó para corregirle y asegurar que es “un buen hombre de familia y católico con el que yo solo tengo diferencias políticas”. Esa respuesta era la que podía haber dado Trump, y no quiso.

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