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Clinton propone nuevas reglas para la venta de medicamentos

La aspirante presidencial demócrata busca que las farmacéuticas destinen buena parte de sus ingresos a investigación y contener así el alza de precios

Hillary Clinton, en un acto de campaña celebrado este lunes
Hillary Clinton, en un acto de campaña celebrado este lunesGareth Patterson (AP)

Wall Street trata de mantenerse al margen de las batallas políticas siempre que puede. Pero la semana arrancó con tumulto entre las empresas del sector biotecnológico, a raíz de una iniciativa de Hillary Clinton para poner coto al incremento del coste de los medicamentos con receta en Estados Unidos. Esta industria, sumida en un intenso proceso de consolidación, rinde mucho mejor que el resto del mercado por la demanda creciente hacia sus tratamientos.

La propuesta de la aspirante demócrata a las presidenciales de 2016, que desarrolló durante un acto de electoral en Des Moines (Iowa), busca que las grandes farmacéuticas reserven una porción considerable de sus ingresos a la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos. Se trata de evitar, al mismo tiempo, que sigan gastando tanto en campañas de promoción con las que bombardean al consumidor a través de anuncios en televisión.

El ataque de la exprimera dama comenzó este lunes en Twitter, denunciando en la bitácora electrónica el incremento de precio del tratamiento conocido como Daraprim. La popular red social le sirvió así de plataforma para anticipar que su plan busca prevenir la manipulación de precios por parte de las farmacéuticas. “Es un escándalo”, valoró, señalando que el precio de ese tratamiento pasó “de la noche a la mañana” de 13,5 a 750 dólares la tableta.

El tratamiento citado fue adquirido hace unas semanas por Turing Pharmaceuticals, una compañía emergente en la industria que está dirigida por Martin Shkreil. El antiguo gestor de fondos defendió el incremento de precios diciendo que es necesario para seguir en el negocio. Además, explicó que se establecieron varios programas para poder financiar el coste del medicamento.

Hillary Clinton está dedicando la semana para presentar en varios eventos de campaña las diferentes partes de las que constará su política sanitaria y avanzar sobre la legislación ya en vigor. Además de establecer un porcentaje de los ingresos que va a I+D quiere establecer un tope de 250 dólares mensuales al dinero que tiene que poner le consumidor para costearse medicamentos para enfermedades crónicas o muy serias.

Medicamentos importados

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Otra de las propuestas para contener los precios es permitir la importación de medicamentos, cuando estos cumplan los requisitos de la agencia regula su venta y consumo en EE UU. Son ideas que expuso en la campaña de 2008, como que el Gobierno negocie directamente precios, y con las que se esperan ahorros multimillonarios para los programas públicos Medicaid (asistencia a personas con bajos ingresos) y Medicare (a jubilados).

"Debemos proteger a la clase trabajora de los costes excesivos", indicó en el acto. Clinton es una firme defensora de la reforma del sistema de seguro médico emprendida por el presidente Barack Obama, contestada en bloque por los republicanos y, también, por su rival demócrata a las presidenciales, Bernie Sanders. El senador liberal considera que Obamacare se quedó corto en sus objetivos y defiende que se amplíe la cobertura sanitaria pública.

La reforma tampoco impidió, como pone en evidencia Clinton con su iniciativa, cortapisas para evitar la aplicación de la norma. Y en la práctica, son los consumidores los que deben afanarse por encontrar el tratamiento que mejor se ajuste a su bolsillo. "Estos medicamentos a menudo cuestan un fortuna", insitió. La alternativa más práctica es acudir a tratamientos genéricos.

Aunque Clinton defiende que haya más genéricos en el mercado, acabando por ejemplo con los subsidios que la "Big Phara" recibe para actividades de márketing, no es un sustituto tan evidente. Para que sean efectivos y seguros. estos medicamentos deben ser una copia equivalente al tratamiento que venden las grandes farmacéuticas. Eso, al final, puede acabar comiéndose todo el ahorro que se pensaba con esta opción.

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