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Alemania celebra como un éxito los 25 años de reunificación

El presidente Gauck alerta de que el reto de integrar a los refugiados será aún mayor que la unidad del país hace un cuarto de siglo

Luis Doncel

La élite política alemana ha festejado el sábado en Fráncfort los 25 años de la reunificación de los dos países que llevaron el nombre de Alemania desde el final de la II Guerra Mundial hasta 1990. Un cuarto de siglo más tarde puede decirse que la absorción de la RDA por la RFA -algo que a finales de los ochenta estaba fuera del debate político y que cuando se llevó a cabo se enfrentó a numerosas dudas y resistencias- ha sido un éxito. Pero ahora el país tiene ante sí un reto casi mayor: integrar a los centenares de miles de refugiados que recibe el país.

"Como en 1989, tenemos una tarea que nos va a ocupar durante generaciones. Pero a diferencia de entonces, ahora tenemos que lograr que crezca junto lo que antes no había estado unido", dijo el presidente federal, Joachim Gauck, haciendo referencia a una famosa frase pronunciada por el excanciller Willy Brandt el 10 de noviembre de 1989, tan solo un día después de la caída del Muro de Berlín. Entonces, Brandt dijo que debía crecer unido lo que proviene del mismo origen.

La integración será difícil. Y el jefe del Estado alertó de la importancia de que los que lleguen a Alemania respeten los valores del país. Gauck, que la semana pasada alertó de que la capacidad de  acoger a refugiados tiene límites, ha insistido en la misma idea. "Nuestro corazón es grande. Pero nuestras posibilidades son finitas", dijo.

Gauck habló tras la proyección de un emocionante vídeo en el que se repasaban momentos de la historia reciente alemana con un coro que repetía “Wir sind das Volk (Nosotros somos el pueblo)”, la frase que coreaban los manifestantes durante la revolución pacífica de 1989. El presidente del país, un pastor protestante procedente de la antigua RDA, respondió a aquellos que ponen en duda que Alemania tenga hoy algo que celebrar. "La revolución pacífica mostró que nosotros los alemanes podemos disfrutar de la libertad", dijo ante los políticos más destacados del país, incluida la canciller Angela Merkel.

Los 12.5 millones de habitantes de la antigua RDA se han acostumbrado a vivir en democracia. Y pese a que la equiparación total con sus hermanos del este muy lejos de conseguirse –los ingresos medios por habitante en el este son aún casi un 20% inferiores a los del oeste-, el nivel de vida de los ciudadanos orientales ha mejorado considerablemente. La tasa de paro se ha reducido a la mitad. Además, según comentaba esta semana a un grupo de periodistas extranjeros el historiador Heinrich August Winkler, la reunificación logró resolver de forma definitiva “la cuestión alemana” que durante tanto tiempo había ensangrentado Europa.

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“No soy una ingenua. Sé que no hemos logrado aún la equiparación de sueldos y jubilaciones. Y sin embargo, tenemos mucho que festejar mañana", dijo el viernes en un debate parlamentario Iris Gleicke, la encargada del Gobierno para los cinco Estados que, junto con Berlín oriental, formaron hasta 1990 la experiencia alemana del socialismo.

El gran punto negro de la disolución de la RDA fue el costo que tuvo para muchos de sus ciudadanos, que perdieron el trabajo como consecuencia de la desindustrialización que sufrió la región. Desde 1991 hasta 2013, las zonas de la antigua Alemania socialista perdieron casi un 14% de su población. En los últimos tiempos este proceso se ha detenido. En la ciudad de Leipzig, por ejemplo, el año pasado hubo por primera vez más nacimientos que fallecimientos.

Las celebraciones del sábado se dividen entre Berlín y Fráncfort. Esta ciudad, corazón financiero del país, acoge los actos oficiales este año, por un sistema de elección rotatorio, que coincide con el Estado al que le toca la presidencia del Bundesrat (Cámara Alta del Parlamento). La jornada comenzó con la llegada de Gauck, Merkel, y el resto de altas autoridades a la Paulskirche, iglesia que tiene un fuerte simbolismo porque en 1848 y 1849 acogió al primer Parlamento elegido democráticamente en el país.

Más tarde se celebró un servicio religioso en la catedral de San Bartolomé, al que siguió un acto en la Ópera Antigua en el que habló Gauck y asistieron políticos como el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pero no los principales responsables del hecho que se conmemora: el antiguo canciller Helmut Kohl, el exlíder soviético Mijaíl Gorbachov y el expresidente de EE UU, George Bush. Mientras, en Berlín se festejarán el cuarto de siglo de la Alemania unida con un maratón de conciertos de música clásica, pop y folclórica alemana que comenzó el viernes y que durará hasta el domingo.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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