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Bielorrusia quiere ser aliado y no subordinado de Moscú

El presidente Lukashenko rechaza la idea de alojar una base de aviación rusa en su territorio

Pilar Bonet
El presidente Lukashenko vota acompañado de su hijo menor, Nikolai, el domingo en Minsk.
El presidente Lukashenko vota acompañado de su hijo menor, Nikolai, el domingo en Minsk.TATYANA ZENKOVICH (EFE)

Bielorrusia es un país amigo, hermano y aliado de Rusia, pero no un subordinado de Moscú. Minsk quiere mantener su soberanía nacional, no injerir en los asuntos de los vecinos como Ucrania y establecer buenas relaciones con Occidente. Este fue el mensaje que el presidente Alexandr Lukashenko trasmitió ayer a la comunidad internacional al responder a las preguntas de periodistas cuando el líder, en el poder desde 1994, fue a votar, acompañado de su hijo menor Nikolái, a un colegio del centro de Minsk. Además, el líder bielorruso rechazó la idea de alojar una base de aviación rusa en su territorio, invocando la división de responsabilidades y funciones entre los aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que sella su alianza militar y política con Rusia. Lukashenko prometió abordar el tema de la base con su colega ruso, Vladímir Putin.

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El pasado septiembre, Putin dio orden de preparar para la firma un acuerdo para establecer una base aérea militar rusa en Bielorrusia. Antes, en un gesto sin precedentes, el proyecto de acuerdo, aún no consensuado, fue publicado en la página de web del gobierno. A tenor de este proyecto, Moscú podría emplazar 24 aviones de combate, de un tipo capaz de portar armas nucleares, en el suelo bieloruso (en Bobruisk, una antigua base soviética en el sudeste del país), en un espacio que estaría fuera del control de Minsk. Rusia tiene actualmente una estación de radar militar y otra de seguimientos de submarinos de la Flota del Norte en Bielorrusia.

La iniciativa rusa no fue del agrado de los bielorrusos y tanto la oposición como los tecnólogos políticos del presidente captaron ese estado de ánimo, según Alexandr Alesin, un economista especializado en industria de defensa. Colocado en una delicada posición, Lukashenko desmintió en público el trato que Moscú trata de arrancarle por lo menos desde abril de 2013, cuando el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, reveló los planes para establecer una base de aviación rusa con cazas y un regimiento aéreo. “Rusia insistió porque no quiere que Lukashenko mejore sus relaciones con Occidente y porque comprende que la base vincula aún más estrechamente a Bielorrusia con Rusia”, señaló Alesin, según el cual Lukashenko se ha resistido a la firma del acuerdo porque “por una parte, quería recibir alguna compensación económica de Rusia y por la otra deseaba que eso perjudicara lo mínimo a sus relaciones con Occidente”.

“No necesitamos ninguna base”, afirmó Lukashenko el domingo. Y tratando de disipar las sospechas de que coquetea con Occidente, manifestó: “Yo no me congracio con nadie. Nosotros y Rusia estamos en la OTSC, que es una alianza militar y política. Tenemos divididas las zonas de responsabilidad. Nosotros estamos en el occidente en la frontera con la OTAN y debemos mantener la pólvora seca. En el marco de la OTSC y del Estado Unificado (el proyecto de unión supranacional ruso-bielorruso de 1996) firmamos muchos acuerdos y formamos una agrupación en la zona occidental junto con Rusia. Si en Occidente surge un conflicto, el ejército bielorruso resolverá el problema y Rusia nos apoyará”, dijo.

Quinta reelección con el 83%

Alexandr Lukashenko obtuvo casi el 83% de los votos en las elecciones presidenciales del domingo, según las primeras encuestas a pie de urna divulgadas al cerrarse los colegios electorales a las 20 horas de Minsk (una hora menos en España). En segundo lugar, los electores bielorrusos habrían votado “contra todos”, una opción que ha sido reintroducida en los boletines electorales y que obtuvo el 5,9%, según las mismas encuestas.

En tercer lugar habría quedado Serguéi Gaidukevich, un asiduo en comicios presidenciales anteriores, con un 4,8% , seguido de Tatiana Korotkevich, la psicóloga y pedagoga que obtuvo un 4,3%, y por último Nikolai Ulajovich, que se presentaba como un cosaco bielorruso y que recibió el 2,1%.

En las elecciones presidenciales de 2010, a Lukashenko se le adjudicó el 79,65% de los votos. Así que, de confirmarse las encuestas, la popularidad del líder habría aumentado. Observadores locales desconfían del tratamiento de los votos de la enorme proporción de ciudadanos que emitieron sus votos por anticipado (cerca de un 30%). La crisis en Ucrania y los problemas de Rusia han revalorizado la imagen de Lukashenko, que en el pasado fue denominado el “último dictador de Europa” y hoy se presenta como un estadista responsable capaz de mantener el rumbo de su país en un entorno geopolítico complicado. En vísperas de las elecciones, Lukashenko liberó a los últimos presos políticos represaliados en las protestas que siguieron a los comicios presidenciales de 2010, cuando siete de los diez candidatos que se enfrentaron al jefe del Estado fueron encarcelados, además de varios centenares de personas.

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“Yo no quiero combatir”, añadió Lukashenko, “pero si es necesarios estaremos juntos con los rusos hasta la muerte”. “¿Qué resuelven en este caso los aviones? “24 aparatos, un regimiento,¿acaso hay una gran diferencia si están en Pskov o en Smolensk?”,preguntó refiriéndose a dos ciudades rusas situadas en el occidente de Rusia. Dando más importancia a la defensa antiaérea, exclamó: “Los aviones no enfriarán las cabezas de la OTAN, pero los misiles....”. Y finalmente concedió: “Si necesitamos estos aviones, estamos dispuestos a comprarlos o a alquilarlos. Para un “Su 29” no hay diferncia entre despegar de una base en Bobruisk, de Smolensk o incluso de Moscú.

Los argumentos aducidos por Lukashenko invitan a pensar que la desconfianza en ciertos sectores del Kremliln hacia el aliado bielorruso puede ser una de las razones para promover la idea de la base, que se sumaría a otras en vías de construcción en la periferia de Rusia. .

Refiriéndose a Ucrania Lukashenko dijo: “Si en alguna parte hay un problema entre dos hermanos, el tercero no debe echar leña al fuego. Debe hacer todo para que los hermanos no estén enfrentados. Nosotros tenemos esa posición”. Afirmó el presidente que “Bielorrusia nunca será una plataforma de ataque contra ningún Estado, incluida Ucrania. Pero no quiera Dios que a alguién se le ocurra blandir armas en nuestra frontera. Ya basta de inmiscuirse en los asuntos internos de otros Estados... pero guerrilleros con granadas y palos no nos los váis a lanzar ya más”, afirmó en una aparente alusión a las distintas fuerzas implicadas en el conflicto de Ucrania.

Lukashenko se mostró seguro de que estas elecciones ayudarán a mejorar las relaciones con Occidente. “Hicimos todo lo que Occidente quería ver en vísperas de las elecciones presidenciales en Bielorrusia. Si occidente tiene intenciones de establecer relaciones con nosotros,nadie ni nada puede impedírselo”, afirmó.

Lukashenko ha zigzagueado entre la Unión Europea y Rusia y aprovecha la ubicación fronteriza de su país para obtener ventajas en ambos lados, sin dejar de ser el aliado más próximo de Moscú. Rusia es el principal mercado de Bielorrusia, cuya economía ha sufrido por la devaluación del rublo ruso y la caída de los precios del crudo, que ha afectado también al importante negocio de las dos refinerías bielorrusas alimentadas con petróleo a precio de mercado interno ruso.

Bielorrusia no se sumó al veto de Rusia a las mercancías occidentales. Por eso, los grandes centros comerciales de Minsk ofrecen un amplio surtido de frutas, verduras, pescados, quesos y otros productos de la Unión Europea prohibidos en Rusia. En público, las autoridades negarán que la crisis de Ucrania haya beneficiado a Bielorrusia, pero en realidad es así, comenta Alesin. La industria bélica de Rusia ha transferido a Bielorrusia pedidos que antes ejecutaba Ucrania. “Rusia gasta mucho dinero en su rearme y Bielorrusia actúa como contratista y subcontratista. No podemos sustituir del todo a Ucrania, pero nuestras empresas venden su producción de alta tecnología, óptica, radio, cálculo y laser”, afirma Alesin. El volumen de ventas de tecnología y producción militar de Bielorrusia alcanzó los 1000 millones de dólares en 2014 y está en alza, señala el experto. El potencial de alta tecnología que Bielorrusia tuvo en época soviética ha resurgido. Algunos populares juegos de ordenador y aplicaciones de móvil son de origen bielorruso.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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