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Putin: Siria puede ser un “modelo” de cooperación entre Rusia y Occidente

El presidente ruso esboza su plan para superar la crisis siria

Pilar Bonet
Putin, durante su intervención este jueves en Sochi.
Putin, durante su intervención este jueves en Sochi.Sasha Mordovets (GETTY)

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, esbozó este jueves un plan para superar la crisis en Siria, que en primer lugar prevé la “liberación del territorio de Siria e Irak de los terroristas e impedir que trasladen sus actividades a otras regiones”. Para lograr este objetivo hay que unir a todos los grupos “dispuestos a colaborar contra los terroristas”, dijo el líder en el club de debate internacional Valdái, en la localidad de Sochi.

El dirigente ruso mencionó como potenciales aliados a los ejércitos regulares de Irak y Siria, las milicias kurdas y otros grupos de oposición “dispuestos verdaderamente a colaborar para acabar con el terrorismo” e instó a la coordinación entre países de la región y fuera de ella sobre la base del derecho internacional. La victoria militar sobre los insurgentes “no resuelve todos los problemas, pero permite comenzar el proceso político de diálogo entre todas las fuerzas sirias”, advirtió Putin, según el cual hay que reforzar las instituciones estatales, porque su derrumbamiento “moviliza a los terroristas”.

El líder ruso abogó por una hoja de ruta para reconstruir la región con ayuda de donantes internacionales y opinó que sólo esa reconstrucción puede parar el flujo de fugitivos a países europeos y propiciar su retorno a sus lugares de origen.

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El dirigente reiteró sus múltiples críticas a la política de Washington, pero expresó interés por hacer causa común en Siria y dejó claro su anhelo de que EE UU reconozca a Rusia como una potencia en igualdad de condiciones. Según el dirigente ruso, “hay progreso” en los contactos y el intercambio de información. “Lo más importante es que nos tratemos como aliados en una misma guerra”, afirmó. Siria, dijo, es hoy un “modelo” para “una asociación en nombre de unos intereses comunes” y para “elaborar un sistema eficaz de gestión de los riesgos”. La crisis de Siria, opinó, supone la tercera oportunidad para lograr este fin, después de dos intentos fallidos, el primero tras el fin de la Guerra Fría y el segundo, a principios de la década, cuando “ambos países se toparon con la agresión terrorista”.

Exhortó Putin a “optar por la colaboración, el respeto mutuo, la confianza y la paz”, pero indicó que considera la guerra como un estado cotidiano en la historia y también un regulador de las relaciones internacionales. “La paz como estado de la política mundial nunca fue estable y no surgió por sí misma. Los periodos de paz—en la historia europea y del mundo—siempre se basaron en el fortalecimiento y mantenimiento del equilibrio de fuerzas existente”. El fin de la Guerra Fría puso fin a las rivalidades ideológicas, pero “la base de los conflictos y las contradicciones geopolíticas no desapareció”. “El desarrollo de la historia mundial siempre fue acompañado de la competencia entre las potencias y sus aliados, y, a mi juicio, esto es absolutamente natural”, señaló. Según Putin, existe una amenaza de que la competencia política, económica y militar se haga “incontrolable” y se refleje en “un incremento de los conflictos locales”, una desaparición de los regímenes de no proliferación y una nueva carrera de armamentos. Putin acusó a EE UU de engañar a Rusia por comenzar a instalar el escudo antimisiles en Europa, ahora que, según el mandatario, “el problema nuclear iraní ha sido resuelto”.

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La división de Siria es lo peor que puede ocurrir porque daría “carácter permanente” al conflicto, opinó el presidente, quien afirmó que su colega Bachar el Asad le dijo esta semana que estaba dispuesto al diálogo con la oposición. Afirmó Putin que el gobierno de Irak no se había dirigido a Rusia para pedirle ayuda y que Rusia no planea ninguna ampliación de sus operaciones con el uso de la aviación militar.

Respondiendo a una pregunta sobre la vulnerabilidad de algunos de los aviones rusos que descienden por debajo de los 5.000 metros para bombardear sus objetivos, Putin expresó su esperanza de que los americanos no hayan distribuido equipos de combate antiaéreo entre la oposición siria a la que apoyan y de la que Moscú desconfía. “Espero que no, porque la dirección norteamericana, aunque tenemos diferencias, es cabal y se da cuenta de que estas armas pueden ir a manos de quienes las apuntan contra los pilotos norteamericanos, y eso, por lo menos, debe frenarlos”. “Nuestros militares en Siria luchan contra el terrorismo” y “defienden en primer lugar los intereses de Rusia y el pueblo ruso y atacan a los que son una amenaza para nuestro país”, afirmó. “Son todos héroes y estoy orgulloso de ellos”, señaló. “Hace 50 años, las calles de Leningrado me enseñaron una regla: si la pelea es inevitable hay que golpear primero”, sentenció Putin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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