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BAN KI-MOON | Secretario general de la ONU

“Cataluña no está entre los territorios con derecho a la autodeterminación”

El secretario general de la ONU llama a los líderes catalanes a comprometerse al diálogo

Andrea Rizzi
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, antes de la entrevista.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, antes de la entrevista.Claudio (EL PAÍS)

Ban Ki-moon (Corea del Sur, 1944) lidera el concierto de las naciones en un mundo marcado por cifras récord de refugiados y desplazados internos por conflictos y desastres —60 millones de personas—. Este diplomático que ostenta el cargo de secretario general de las Naciones Unidas desde 2007 conoció en su propia piel el significado de ese drama. Todavía niño de corta edad, fue desplazado a causa de la guerra coreana. De la crisis de refugiados, del diálogo sobre el conflicto sirio y de la cuestión catalana habló ayer en Madrid en una entrevista concedida de forma conjunta a cuatro diarios españoles. En ella, alentó a las potencias que debaten del futuro de Siria a “superar su visión nacional”; llamó “a los líderes y al pueblo catalán a comprometerse con el diálogo para buscar una solución consensuada”; y constató que “Cataluña no está en la categoría de territorios no autónomos”, en la que se agrupan los territorios sin autogobierno pleno en el marco del proceso de descolonización, y por tanto jurídicamente mejor situados para reivindicar el derecho a la autodeterminación.

“Un aspecto positivo de España es que hay respeto a la diversidad: la cultura, los idiomas, las tradiciones. La cuestión catalana es un asunto muy delicado y, en tanto que secretario general de la ONU, no estoy en posición de comentar al respecto, ya que se trata de un asunto puramente interno. De todas formas, espero que haya una solución consensuada. Basada sobre el diálogo y en línea con la tradición democrática. Pido a los líderes y al pueblo catalán que se comprometan en el diálogo”, dice Ban, que afronta la entrevista con una hoja de notas sobre Cataluña en la mesa.

Preguntado por este diario sobre si el derecho internacional podría amparar una eventual invocación del derecho a la autodeterminación en el caso catalán, pese a que no existan extremos de colonización, discriminación o violencia, contestó:

—España es un Estado independiente y soberano que incluye la región catalana, y así fue admitido en las Naciones Unidas y actúa en la comunidad internacional. Ahora, cuando se habla de autodeterminación, hay algunas áreas que han sido reconocidas por las Naciones Unidas como territorios no autónomos. Pero Cataluña no está en esa categoría.

Entre los territorios no autónomos -non self-governing territories- figuran actualmente 17 áreas afectadas en el pasado por procesos coloniales, entre ellas el Sáhara Occidental, Gibraltar, la Polinesia francesa o las Malvinas. La Asamblea General se comprometió en 1960 a velar por la transferencia de todos los poderes a los pueblos de esos territorios colonizados, si estos así lo desean. En su prudente lenguaje, Ban constata que Cataluña no se halla en esa categoría de territorios, tras mencionar el concepto de autodeterminación; yuxtapone esa constatación a la soberanía de España; pero elude pronunciarse abiertamente sobre la legalidad y oportunidad de las iniciativas independentistas catalanas.

La entrevista se desarrolla mientras en Viena los principales actores internacionales involucrados en la crisis siria empiezan una nueva fase del diálogo. “Llamo a los participantes en el diálogo de Viena (Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía y Arabia Saudí) a mostrar solidaridad global y flexibilidad, a ir más allá de sus perspectivas nacionales”, dice.

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Ban es célebre por su extraordinaria prudencia y contención —criticada por algunos como falta de valentía; alabada por otros como instrumento indispensable para llevar a puerto negociaciones internacionales—. Pero la magnitud de la tragedia siria y la desoladora parálisis internacional ante ella elevan de un punto la intensidad de su tono.

Preguntado por el futuro de Bachar el Asad, principal escollo en la negociación, el diplomático observa: “El futuro del presidente Asad debería decidirlo el pueblo sirio. Ahora bien, no quiero interferir en el proceso de Viena, pero creo que es totalmente injusto e irracional que el destino de una persona pueda paralizar toda esta negociación política. Esto no es aceptable. No es justo. El Gobierno sirio insiste en que El Asad debe ser parte de la transición. Muchos países occidentales se oponen. Mientras tanto, hemos perdido años. Han muerto 250.000 personas; hay 13 millones de refugiados o desplazados internos. Más del 50% de hospitales, escuelas e infraestructuras de Siria ha quedado destruida. No se puede perder más tiempo. Esta crisis ya va más allá de Siria, más allá de la región. Afecta al continente europeo. Es una crisis global”.

Ante ello, el secretario general llama a los dirigentes europeos a “ejercer un liderazgo compasivo, solidario; a responder de forma colectiva”. Invita a los europeos a no olvidar el pasado de emigración de este continente. Y se declara “conmovido” por el cartel de bienvenida a los refugiados que adorna la fachada del ayuntamiento de Madrid, “en tiempos en que más que bienvenidas se ven vallas y muros”. A primera vista podría parecer un comentario cortés hacia las autoridades anfitrionas. Pensando en el niño desplazado por la guerra coreana, el comentario cobra mucha autenticidad.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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