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Obama y Netanyahu tratan de reparar su relación tras el choque sobre Irán

Estados Unidos e Israel, su mayor aliado en Oriente Próximo, preparan la era post-Obama

Foto: reuters_live | Vídeo: Kevin Lamarque (reuters) / reuters-live
Marc Bassets

Estados Unidos e Israel preparan la era pos-Obama, marcada por los desencuentros entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. En su primera reunión en la Casa Blanca en más de un año, Obama y Netanyahu abordaron ayer la renegociación del acuerdo de ayuda militar, que expira en 2017. Descartadas unas nuevas conversaciones de paz entre israelíes y palestinos en los 14 meses que le quedan a Obama en el cargo, la prioridad es reparar los daños en la relación entre ambos aliados tras el acuerdo nuclear con Irán.

“No es ningún secreto que el primer ministro y yo hemos tenido un gran desacuerdo en este tema concreto”, dijo Obama junto a Netanyahu, en una breve declaración sin preguntas antes de comenzar la reunión.

Se refería al acuerdo, alcanzado este verano por las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU, para limitar el programa nuclear iraní a cambio de levantar las sanciones internacionales sobre Irán. Obama defiende el acuerdo como la mejor manera de impedir que los iraníes se hagan con la bomba atómica. Netanyahu cree que el acuerdo deja demasiados resquicios para que el régimen iraní se arme.

La negociación dejó heridas. Netanyahu y el lobby proisraelí en EE UU se movilizaron para torpedearla, sin éxito. En marzo, el primer ministro israelí pronunció un discurso en el Congreso de EE UU contra el acuerdo, un desaire diplomático al que el presidente respondió evitando reunirse con él entonces.

Rusia sella la venta a Teherán de misiles antiaéreos

EL PAÍS

Irán y Rusia han sellado el contrato de venta a Teherán de sistemas de misiles tierra-aire rusos S-300, según anunció ayer Serguéi Chemezov, el director ejecutivo de Rostec, conglomerado estatal del sector de defensa. “Creo que empezaremos las entregas para finales de 2016”, dijo Chemezov.

Rusia acordó la venta de los S-300 —sistemas de defensa antiaérea parecidos en sus capacidades a los estadounidenses Patriots— en 2007. Moscú congeló la venta debido a las sanciones de la ONU a Irán por su programa nuclear.

El contrato ha sido objeto de grandes fricciones internacionales en los últimos años. Israel y las potencias suníes ven con sumo recelo la entrega a Teherán de armas que afectarán seriamente su capacidad de acción aérea en los cielos de la región.

En la Casa Blanca, Netanyahu no mencionó el acuerdo, que ha dividido a los judíos de EE UU. Ha aprovechado la visita de tres días a Washington para lanzar guiños a los demócratas, el partido mayoritario entre la comunidad judía, como el discurso, hoy, en el laboratorio de ideas progresista Center for American Progress.

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Tanto Obama como Netanyahu señalaron la voluntad de pasar página. Ambos dedicaron buena parte de la comparecencia, en el Depacho Oval, a ensalzar la solidez de una alianza que ha sobrevivido a otros desencuentros.

“Quiero darle las gracias por esta oportunidad de reforzar nuestra amistad, que es fuerte, y de reforzar nuestra alianza, que es fuerte”, dijo Netanyahu. Con la retórica propia de estas reuniones, el primer ministro elogió los valores e intereses conjuntos de EE UU e Israel, apuntalados, dijo, por el “destino compartido” entre ambos países.

Desconfianza

La Casa Blanca desconfía de la defensa que Netanyahu de una solución con dos estados en el conflicto entre isralíes y palestinos, y no cree que de ahora a enero de 2017, cuando termine el último mandato de Obama, las negociaciones de paz vuelvan a empezar.

Los asuntos en discusión —desde la paz con los palestinos hasta la guerra en Siria, pasando por la aplicación del acuerdo con Irán y el acuerdo militar entre EE UU e Israel— se resolverán cuando Obama ya no sea presidente.

El actual acuerdo militar, aprobado en 2007, contempla una ayuda anual de 3.000 millones de dólares durante una década para Israel. Netanyahu desea que esta ayuda aumente hasta los 5.000 millones anuales.

Un presidente republicano, ideológicamente afín a Netanyahu, mejorará la relación. Pero también la favorita demócrata, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, ha marcado distancia con las políticas de Obama. En septiembre dijo que criticar en público al Gobierno israelí “abre la puerta para que todo el mundo deslegitime a Israel”.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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