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Un tigre de Bengala desata el temor en un pueblo mexicano

Un felino se escapa de un centro ecoturístico mexicano y sigue suelto 13 días después

Elena Reina
Un tigre de bengala.
Un tigre de bengala.PATRIK STOLLARZ (AFP)

En el municipio de uno de los Estados más peligrosos de México anda suelto un enemigo singular. Un tigre de bengala amenaza con aparecerse por la noche para cazar a sus presas. El felino se fugó hace más de 10 días de un centro ecoturístico de una zona de manglares próxima a Acapulco y ninguna fuerza de Protección Civil ha logrado atraparlo. El alcalde de Coyuca de Benítez, de 70.000 habitantes, reconoce que disponen de escasos medios para capturarlo con vida y pide a la población que tome precauciones: "No caminen solos".

Las primeras víctimas han sido cuatro becerros y un perro. El dueño de un rancho cercano, Gregorio Galeana, puso una denuncia por la muerte de sus animales y espera una indemnización por los daños. Las autoridades encargadas del operativo en la zona están convencidas de que el tigre se esconde asustado en el área pantanosa, por donde no siempre es fácil acceder, aunque ha ido dejando grabadas sus huellas en el fango. Si consigue salir de ahí llegaría a una carretera principal y estaría más cerca de los núcleos urbanos.

La esperanza del equipo que va detrás del animal es que caiga cuanto antes en los cebos que han colocado en diferentes puntos del área. La carne cruda embutida con somníferos dentro de una jaula para un animal que puede pesar entre 100 y 360 kilos y medir alrededor de tres metros no ha sido suficiente. Este lunes colocaron por primera vez "cebos vivos", según cuenta el secretario estatal de Protección Civil, Melquíades Olmedo. Esto es, un chivo expuesto a saciar el hambre del felino.

Coyuca de Benítez es un municipio principalmente rural, con múltiples zonas de cultivo y de pastoreo donde viven familias aisladas que cuidan los terrenos, a los que diariamente acuden a trabajar los habitantes de los pueblos vecinos. Los caminos se mezclan con el paisaje selvático y hacen que sea más peligroso caminar por ahí en cuanto el sol comienza a esconderse.

El tigre tiene nombre. Se llama Ankor. Y de momento se sabe que su paradero se encuentra a más de 10 kilómetros del paraje donde residía enjaulado, El Paraíso de los Manglares. El lugar funciona también como restaurante y hotel y se encuentra ahora supervisado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) porque existe el riesgo de que se escape el resto de animales. El organismo tiene bajo custodia a tres: otro tigre, un león africano y un jaguar. El recinto también cuenta con monos araña, cocodrilos y lagartos en malas condiciones. Ningún animal poseía los permisos federales que les permitieran mantenerlos en cautiverio. 

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Sigue vivo y no anda lejos. Es lo único que pueden asegurar las autoridades locales. De momento, un felino nacido para caminar por las sabanas y bosques de la India o Nepal intenta sobrevivir en la tierra que ha dejado sembrada de cadáveres el narcotráfico mexicano.

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Sobre la firma

Elena Reina
Es redactora de la sección de Madrid. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020

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