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La OTAN acuerda mantener su misión en Afganistán durante 2016

La Alianza planea ofrecer hasta 4.600 millones de dólares hasta 2020 para asistir al país

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.OLIVIER HOSLET (EFE)

La OTAN (Alianza Atlántica del Atlántico Norte) ha acordado este martes prolongar su misión en Afganistán durante, al menos, todo 2016. Tras la reunión de los ministros de Exteriores de los países aliados, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, ha anunciado su compromiso de asistir y apoyar al Ejército de Kabul durante el próximo año, manteniendo la presencia tanto en la capital como en algunas regiones del país. En la sesión estuvo presente el ministro afgano de Asuntos Exteriores, Salahuddin Rabbani, que calificó la situación en su país de "mucho mejor de lo esperado".

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Fuentes de la Alianza aseguran que la organización pretende que los países (no sólo de la OTAN) presentes en Afganistán aporten hasta 4.600 millones de dólares (4.327 millones de euros) durante el período 2018-2020 para fortalecer la capacidad de las fuerzas de seguridad del país. De ese dinero EE UU aportaría 3.600 millones y el resto de los socios, los otros 1.000 millones. Además, el Gobierno de Kabul pretende aportar 500 millones para la extensión de la misión. La decisión final y detallada sobre la financiación se tomará en la cumbre bienal de la Alianza que se celebrará el próximo julio en Varsovia. 

"Tenemos presencia en Afganistán porque va en nuestro propio interés a la hora de luchar contra el terrorismo extremista", ha declarado Stoltenberg. Los aliados quieren hacer del país asiático un lugar "estable" y para ello financiarán los programas de entrenamiento entre 2018 y 2020, especialmente sus fuerzas aéreas, según ha remarcado el líder de la Alianza. "No sólo apoyamos a los afganos, sino a nosotros mismos", ha señalado Stoltenberg en una rueda de prensa posterior a la decisión sobre la permanencia de tropas de la OTAN en Afganistán. Se trata de evitar que proliferen el "extremismo y el terrorismo", cuando la situación en el norte sigue siendo preocupante. En septiembre las fuerzas afganas (con apoyo aéreo de EE UU) tuvieron que emplearse a fondo para expulsar a los talibanes de Kunduz, una ciudad que habían reconquistado tras más una década sin tomar ningún enclave importante.

La OTAN ya tiene en el país desplegados a unos 12.000 efectivos —tan solo 20 españoles con presencia en Kabul, frente a los 7.000 estadounidenses—, y de lo que se trata a partir de ahora es de renovar su permanencia y seguir entrenando a las fuerzas del país durante, al menos, el año que viene. "Promoveremos la paz, el desarrollo, los derechos humanos y el Estado de derecho en Afganistán", ha remarcado Stoltenberg justo antes de la reunión a puerta cerrada.

Además, los aliados han acordado estrechar la cooperación en asuntos civiles con Afganistán acordada en 2010 en Lisboa, que se extenderá más allá de la misión de apoyo militar. El Gobierno de Kabul se ha comprometido a alcanzar, para la cumbre de Varsovia, mejoras en asuntos de seguridad pero también en materia de reforma electoral, promoción de la igualdad de género y los derechos humanos, incluida la protección de los derechos de los niños.

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El embajador permanente de Reino Unido en la OTAN, Adam Thomson, definió —en un encuentro con periodistas previo a la reunión de ministros de los países miembros— ese oscuro ambiente como un entorno de seguridad "cambiante e impredecible" que precisa un alto nivel de adaptabilidad de la Alianza a los diferentes retos con un "enfoque totalmente nuevo". Thomson abogó por una Alianza Atlántica cuyo diseño se base precisamente en esa adaptabilidad a los desafíos de las amenazas estatales y no estatales, como por ejemplo el Daesh (acrónimo árabe para referirse al Estado Islámico) cuya definición como "Ejército terrorista" va ganando adeptos.

Refuerzo en el Sur y en el Este

Stoltenberg espera que hoy se tomen "decisiones importantes" respecto a los desafíos en el ámbito de la seguridad internacional. La Alta Representante de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, estará presente también durante la reunión que versará sobre los desafíos terroristas en el sur. Es decir, en el norte de África, según fuentes de la OTAN. "Se trata de reforzar las capacidades en África como manera de prevención de riesgos", señalaron ayer las mismas fuentes. La Alianza enviará cinco drones de vigilancia a la isla italiana de Sicilia para contribuir a la Inteligencia de la organización —que se nutre de la información de los países miembros— a partir de 2017. En este capítulo, la OTAN quiere incluir también la situación en Oriente Próximo y la amenaza que representa el autodenominado Estado Islámico (ISIS, por su acrónimo inglés), para la seguridad de los Estados miembros de la Alianza y de los países vecinos al conflicto como Irak, Jordania y Túnez. Stoltenberg ha anunciado, por tanto, que ayudará a estos tres países en el desarrollo de sus fuerzas de seguridad. "Hay que aumentar la capacidad de las fuerzas locales de defenderse", explicó Stoltenberg.

Entrada la noche, los ministros analizarán la tensión entre Rusia y Turquía (miembro de la Alianza) derivada del derribo la semana pasada de un caza ruso por las fuerzas de Ankara. Es un hecho que derivó en represalias económicas por parte del presidente Vladímir Putin hacia productos turcos, pero "podría haber explotado por cualquier sitio", explicaba el viernes una alta fuente europea que resaltaba la "seriedad" del incidente en un clima de inestabilidad en la región. "Tendremos que trabajar para garantizar la seguridad de Turquía", ha declarado Stoltenberg. El día anterior el secretario general de la Alianza había explicado en un encuentro con periodistas que se trata de recuperar canales que garanticen la "predictibilidad y transparencia" en los movimientos que realicen tanto la OTAN como Rusia. Es decir, recuperar los canales de comunicación a nivel militar que quedaron cancelados tras la anexión de Crimea por Rusia en la primavera de 2014. 

El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, ha descartado a su llegada un incremento de la tensión entre Ankara y Moscú. Sobre la batería de misiles Patriot que España tiene desplegados en Turquía al menos hasta enero de 2016, Margallo ha asegurado que sería improbable que se viesen envueltos en un eventual incidente con un avión ruso porque se trata de misiles contra misiles y no misiles antiaéreos. Fuentes de la OTAN, en cambio, dan por hecho que España mantendrá esa batería de misiles el año que viene.

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