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Israel detiene a judíos sospechosos de quemar viva a una familia palestina

A consecuencia del ataque incendiario murieron un bebé y sus padres en Cisjordania

Juan Carlos Sanz
Familiares del padre y el bebé fallecido en el funeral en Duma, el pasado julio.
Familiares del padre y el bebé fallecido en el funeral en Duma, el pasado julio.EFE

Cuatro meses después de un atentado que conmocionó al mundo, la policía y el Shin Bet (Seguridad Interior) israelíes confirmó este jueves la detención de varios jóvenes radicales judíos acusados quemar viva a una familia palestina mientras dormía en su casa del norte de Cisjordania el pasado 31 de julio. Un bebé de 18 meses murió carbonizado  en el acto y sus padres fallecieron a las pocas semanas a consecuencia de las graves quemaduras que sufrieron. Otro hijo de cuatro años sigue aún hospitalizado. El ataque con bombas incendiarias llevado a cabo en la aldea de Duma, cerca de Nablus, es visto como uno de los detonantes de la ola de violencia que desde hace dos meses golpea a Israel y Palestina.

“En días recientes, las fuerzas de seguridad han detenido para ser interrogados a jóvenes pertenecientes a una organización terrorista judía sospechosos de haber ejecutado ataques terroristas”, precisaba un comunicado oficial tras el levantamiento parcial del secreto del sumario impuesto por los tribunales. “Como parte de la investigación se examinan sospechas concretas que rodean el ataque ocurrido en el pueblo de Duma”, añade la nota policial, que no facilita ni el número de arrestados ni su identidad. La policía mantiene desde hace varios días un estricto apagón informativo sobre el caso porque teme que los abogados de los detenidos puedan maniobrar para invalidar pruebas.

El atentado de Duma, cometido en plena noche de verano cuando la familia Dawabasha dormía con las ventanas abiertas, desató la inmediata reacción de Gobierno de Benjamín Netanyahu, que lo calificó de “acto terrorista”. Varios testigos del ataque afirmaron que vieron huir del lugar a al menos dos hombres enmascarados en dirección de un asentamiento israelí de colonos cercano. Los agresores dejaron dibujada en las paredes de la casa incendiada por una estrella de David y escribieron en hebreo la expresión “el precio a pagar”, equivalente a una venganza bíblica, y “¡Viva el Mesías!”.

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El Gobierno israelí autorizó la aplicación de medidas de excepción para combatir los atentados judíos, como la aplicación de la llamada detención administrativa, que permite mantener arrestados sin intervención judicial a los sospechosos de terrorismo por periodos de seis meses renovables indefinidamente. Tres extremistas judíos –entre ellos Meir Ettinger, líder de una organización que pretende derrocar al Gobierno para instaurar un régimen religioso en Israel— permanecen desde entonces bajo detención administrativa.

El coordinador especial de Naciones Unidas para el proceso de paz de Oriente Medio, Nickolay Mladenov, había pedido el miércoles a las autoridades israelíes que agilizaran la investigación del atentado incendiario de Duma. “El incidente, ampliamente condenado por los líderes de ambos lados, lamentablemente aún no ha sido resuelto”, aseguro el enviado de la ONU, quien expresó su preocupación “por el lento progreso” de las pesquisas.

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El ministro de Defensa, Moshe Yaalon, dio a entender en septiembre que los servicios de inteligencia tenían identificados a los autores del atentado de Duma, aunque no podían actuar por el momento para no destapar a los agentes de seguridad infiltrados en las redes radicales judías. La ausencia de resultados en la investigación del ataque y la tensión desencadenada en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, lugar sagrado del islam, por el aumento de las visitas de grupos de israelíes, desencadenó a comienzos de octubre una ola de violencia que se ha cobrado la vida un centenar de palestinos –la mitad de ellos acusados de ser agresores, abatidos a tiros por las fuerzas de seguridad— y una veintena de israelíes.

En los últimos episodios de violencia, registrados este jueves, un atacante palestino causó heridas con un arma de fuego a un soldado y a un civil en un puesto de control cercano a Jerusalén, y otro hirió con un cuchillo a un policía cerca de las murallas de la Ciudad Vieja. En ambos casos los agresores fueron reducidos a tiros.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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