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Polonia rechaza el plan de Cameron en su gira para evitar el ‘Brexit’

Varsovia no quiere que Londres limite beneficios sociales a los inmigrantes europeos

David Cameron y Beata Szydlo, en Varsovia.
David Cameron y Beata Szydlo, en Varsovia.K. PEMPEL (REUTERS)

Polonia se plantea como una de las grandes piedras en el zapato de David Cameron en su objetivo de pactar para el Reino Unido unas condiciones más ventajosas de permanencia en la Unión Europea. Este lunes el primer ministro británico y su homóloga polaca, Beata Szydlo, reconocieron que siguen sin llegar a un acuerdo sobre el plan de Londres para recortar los derechos sociales de los inmigrantes de la UE que residen en Reino Unido, entre ellos unos 850.000 polacos.

Tras pasar por Rumania y quejarse de que Reino Unido recibe 300.000 inmigrantes anuales que agotan sus recursos públicos, Cameron continuó hoy en Varsovia su ofensiva diplomática para sumar apoyos a los cuatro puntos del plan que ofrece a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE como antídoto contra el Brexit que él mismo ha puesto sobre la mesa. El objetivo Cameron es que se apruebe el plan para poder presentarse en casa como conquistador de unas mejores condiciones para sus ciudadanos dentro de la UE y, consecuentemente, pedir la permanencia en Europa en un referéndum previsto para 2017. El punto más controvertido del plan es el cuarto, el proyecto de bloquear a los inmigrantes durante los primeros cuatro años de estancia en Reino Unido el acceso a créditos fiscales, ayudas de alojamiento y vivienda social. La iniciativa británica, a la que se opone frontalmente Bruselas, también contempla la expulsión de Reino Unido de los ciudadanos de la Unión que lleven seis meses sin encontrar trabajo.

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Los conservadores británicos y el nuevo Gobierno polaco de Ley y Justicia (PiS) son en teoría fuerzas compatibles. El PiS, desde octubre en el poder, es una formación aficionada a apretarle las tuercas a la UE, rechaza el euro, exige mayor cuota de poder de los Estados ante Bruselas y desdeña una mayor convergencia continental. Sin embargo, el asunto del recorte de beneficios a los polacos en Reino Unido marca una divergencia importante con Londres. Sobre todo porque los inmigrantes polacos suponen el segundo colectivo extranjero en el Reino Unido, por detrás sólo de los indios. La primera ministra polaca admitió hoy que "hay cuestiones en las que no tenemos un acuerdo total", aunque señaló que Varsovia y Londres "trabajarán juntos".

Durante la rueda de prensa común, Szydlo apoyó la permanencia del Reino Unido en la UE: "Quiero que Gran Bretaña siga siendo parte de la UE, de una UE reformada". No por eso dejó de insistir en que la libertad de movimiento dentro de la UE es un "derecho fundamental" que no puede verse restringido.

Cameron prefirió ser diplomático y calificó de "excelente" el encuentro con Szydlo y el compromiso de diálogo alcanzado. Buscando un terreno común con el PiS, reacio a recibir emigrantes, Cameron insistió en "el reto" de gestión que supone "el gran movimiento de personas que se ha visto en toda Europa durante la última década y la presión que esto puede suponer para los servicios públicos". "Éste es el problema que tenemos que tratar y, después de ver el tipo de política que quiere hacer Polonia, creo que podemos encontrar una vía común", añadió.

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Cameron ha insistido varias veces en que en 2017 convocará un referéndum para que los británicos decidan si quieren seguir perteneciendo a la Unión Europea. Las cuatro principales demandas de Cameron para pedir el voto a favor de dicha permanencia y evitar el Brexit son:

Respecto al cuarto punto, para el que parece casi imposible encontrar un acuerdo por la violación de los principios de igualdad dentro de la UE que supondría, una de las opciones que se discuten estos días en Bruselas es ofrecer a Londres la posibilidad de contar con un "freno de emergencia" que le sirva para restringir la entrada de trabajadores europeos sólo en casos de emergencia, como colapso de la educación pública o la sanidad. Según la prensa británica, los conservadores no parecen dispuestos a conformarse con esta concesión. El país ha comenzado a debatir otras alternativas, como reducir la pretensión de bloqueo a un año o, incluso, reformar el sistema social para todos los ciudadanos del país. Los euroescépticos no ven estas opciones con buenos ojos.

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