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“Si alguien se sale del pacto del clima le castigarán ferozmente en las urnas”

"Por supuesto que habrá acuerdo", dice el responsable de la OCDE sobre las negociaciones de cambio climático

Manuel Planelles
Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.
Ángel Gurría, secretario general de la OCDE. Christophe Morin (Bloomberg)

Ángel Gurría (Tampico, México, 1950), secretario general de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), habla de convicciones. "La gente tiene la convicción de que el agua y la tierra deben ser mejores y el aire más respirable". "Por supuesto que habrá acuerdo", dice sobre la Cumbre del Clima en París, donde este jueves no había aún pacto.

Y avisa: "Si alguien se sale del acuerdo porque no cree en el cambio climático le van a tachar de loco y le van a castigar ferozmente en las urnas en cualquier país del mundo". Cuando pronuncia estas palabras, Gurría tiene en mente a los republicanos de Estados Unidos, un reducto de negacionistas y escépticos del calentamiento global. "Todavía quedan dos o tres, ya irán desapareciendo del mapa", vaticina. "Se van a enfrentar a un coro tan formidable, tan poderoso, que va a tener un coste político tremendo", asegura.

Pero Gurría no quiere solo focalizar el problema en EE UU. Reconoce que se lleva "demasiados años" discutiendo. La primera cumbre del clima fue hace dos décadas. "Se hablaba de si había o no calentamiento. Algún muy distinguido líder español encabezaba algunos esfuerzos junto algún líder político checo para decir que el calentamiento no era tal", recuerda.

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Ante los problemas de la Administración de Obama, no se espera que el pacto de París incluya objetivos de reducción de emisiones nacionales legalmente vinculantes. "Si no va a ser legalmente vinculante, porque no habrá sanciones por incumplir las emisiones, tiene que haber un mecanismo de medición que permita señalar dónde se va bien y dónde no". Y de nuevo habla de la presión social como el mejor mecanismo de control.

La OCDE fue una de las primeras organizaciones internacionales en poner el foco sobre los subsidios que unos 40 países dan a los combustibles fósiles. "Nosotros los ciframos en 500.000 millones de dólares. La primera vez que lo pusimos sobre la mesa se formó un escándalo, porque era más grande de lo que los europeos se gastaban en subsidiar la política agrícola común". Cuenta que ha conocido países pobres en los que "el presupuesto de subsidios para combustibles fósiles era mayor que el de educación".

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"Y el beneficio es sobre todo para aquellos que más consumen el producto subsidiado, los más ricos". "Terrible para el medio ambiente y para el presupuesto, además socialmente regresivo". Y, ¿por qué se mantienen? "Porque los que se benefician son poderosos, porque tienen una voz importante, porque están mejor organizados que los millones que no tienen una misma voz. La mayoría silenciosa no se organiza, no habla, no paga páginas en los periódicos. En cambio, la industria que se siente amenazada alerta de que va a perder competitividad y tendrá que cerrar".

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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