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Los musulmanes apelan a su fundamento pacífico ante Trump

El imán de la principal mezquita de Washington enfatiza el mensaje de tolerancia

El Centro Islámico de Washington, el viernes
El Centro Islámico de Washington, el viernesJ.FAUS

El flujo constante de personas que entran al Centro Islámico de Washington altera la tranquilidad de este tramo señorial, repleto de embajadas, de la avenida Massachusetts. Es viernes al mediodía, el día más importante de rezo en la fe musulmana. Los asistentes dicen que la rutina es la misma que la de cualquier viernes en la principal mezquita de la capital de Estados Unidos.

Pero este no es un día cualquiera. La propuesta de Donald Trump, candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2016, de prohibir la entrada al país a todos los musulmanes ha resucitado fantasmas xenófobos.

Los atentados de París de mediados de noviembre organizados por el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) llevaron a una veintena de Estados, la mayoría gobernados por el Partido Republicano, a anunciar que denegarían la entrada a refugiados sirios. Algunos candidatos republicanos, como Jeb Bush, propusieron aceptar solo a refugiados cristianos.

La retórica se encendió aún más tras el tiroteo la semana pasada en California en que dos simpatizantes yihadistas mataron a 14 personas. Al día después de que el presidente Barack Obama pidiera no estigmatizar a la comunidad musulmana, Trump, que encabeza las encuestas republicanas, pidió el lunes cerrar de EE UU las puertas a los musulmanes.

Mia Qaiser Amin, pakistaní de 68 años que lleva 43 en EE UU, está tranquilo. “Esto es temporal. Él [Trump] está usando el eslogan de la islamofobia. Los medios de comunicación lo están empujando, pero luego desaparecerá”, dice tras la plegaria. Amin no cree que esa propuesta ni los ataques yihadistas dañen la imagen de la comunidad musulmana porque, alega, el “Islam es una religión de paz” y la mayoría de estadounidenses cree que los fanáticos son una minoría que existe en cualquier religión.

El imán Abdullah Khouj
El imán Abdullah KhoujJ.F.
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Esa frase casi calcada —“Islam es paz”— la pronunció en el mismo lugar el 17 de septiembre de 2001 el entonces presidente estadounidense George W. Bush. El mandatario republicano visitó el Centro Islámico de Washington seis días después de los atentados de Al Qaeda. Dijo que intimidar a los musulmanes iba en contra de los valores estadounidenses y representaba “lo peor de la humanidad”. Hubo ecos de esas palabras en las del domingo pasado del demócrata Obama en su discurso a la nación desde el Despacho Oval.

EE UU ha cambiado en estos 14 años, pero el miedo al terrorismo regresa. El saudí Abdullah Khouj es desde hace 32 años el imán del Centro Islámico, inaugurado en 1957 con contribuciones de todos los países musulmanes y de la comunidad islámica de EE UU. Khouj subraya que, como en 2001, se siente respaldado por la Casa Blanca ante el riesgo de estigmatización.

“Todo recae en cómo lo percibes y cómo reaccionas”, dice, tras el rezo, Khouj sobre la soflama del republicano. El imán explica que destacar el pacifismo del Corán es su respuesta a Trump y a la petición de Obama de que la comunidad musulmana haga más para revertir la atracción yihadista.

Hasnin Hismad Abubakar, uno de los asistentes al rezo
Hasnin Hismad Abubakar, uno de los asistentes al rezoJ.F.

En sus 40 minutos de sermón, en que alterna inglés con árabe, Khouj enfatiza que Alá pide “entender y ayudar al otro”, practicar la “tolerancia como modo de respeto” y que eso impide adoptar posiciones extremas. Le escuchan unos 300 hombres que llenan la colorida sala de oración. Hay diferencias de edad, raza, clase social y vestimenta. Todos rezan al unísono.

El imán dice que suele hablar de tolerancia en sus sermones, pero esta semana sus palabras parecen más apropiadas que nunca. A la salida de la mezquita, junto a un hombre que reparte ofertas de viaje a la Meca en Arabia Saudí, un musulmán anciano llamado Mou pide dinero. “No puedes definir a la gente por su religión, sino por su carácter”, dice sobre la propuesta de Trump.

A pocos metros, Hasnin Hismad Abubakar, un indonesio de 25 años que lleva cinco en EE UU, lamenta que las palabras del candidato republicano ofrezcan una “mala imagen” de la comunidad musulmana. “Simplemente queremos vivir en América, vivir una vida americana con paz y libertad. No queremos matarnos el uno al otro como en nuestros países”, reclama.

Denuncias crecientes

- Se estima que los musulmanes suponen menos del 1% de la población adulta estadounidense, según datos citados por la cadena televisiva CNN. Un 63% de toda la población musulmana es inmigrante. Ese es el blanco del plan de Donald Trump. Su origen es lejano: se estima que hasta un tercio de los esclavos africanos que llegaron a Estados Unidos eran musulmanes.

- Tras los judíos, los musulmanes son el grupo religioso con mayor nivel educativo del país. Sus hábitos religiosos son similares a los cristianos: alrededor de la mitad dice atender una vez a la semana un servicio religioso.

- El Consejo de Relaciones Islámico-Americanas, el grupo civil musulmán más grande de EE UU, ha denunciado que los 10 días posteriores a los atentados de París fueron, desde el 11-S en 2001, el periodo de tiempo de esa misma duración en que más denuncias recibió de discriminación, intimidación, amenazas y violencia contra musulmanes.

- Un sondeo de noviembre, antes de los atentados de París, de Brookings Institution, un laboratorio de ideas en Washington, indica que la percepción de los estadounidenses hacia el Islam apenas ha variado en cuatro años: un 61% tiene una opinión desfavorable (a las tres semanas del 11-S era un 39%). El porcentaje es mayor entre votantes republicanos (73%) que demócratas (49%). En conjunto, la opinión sobre la población musulmana es positiva (53%).

- Según New America, una organización de investigación en Washington, desde el 11-S ha habido en EE UU más muertos (48) por actos de terror motivados por la extrema derecha que por el yihadismo (45).

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