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Cañete está “aliviado” por el pacto del clima pese a que la UE pedía más

El comisario europeo destaca la labor de Estados Unidos y Brasil para llegar al acuerdo

El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.
El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.OLIVIER HOSLET (EFE)

Histórico. Sin precedentes. Universal. Del siglo. Estos son solo algunos de los calificativos que los políticos mundiales han expresado para definir el acuerdo para la lucha contra el Cambio Climático al que llegaron 195 países el pasado sábado en París (Francia). El comisario del ramo y representante de la posición comunitaria, el español Miguel Arias Cañete, ha reconocido este lunes que no se ha conseguido todo lo que la Unión Europea (UE) defendía como bloque, pero sí mucho de lo que se pedía. "Me siento satisfecho, feliz y aliviado", ha declarado.

Cañete, en un ejercicio de retrospectiva en el que ha contado a la prensa las dificultades afrontadas para alcanzar el tan deseado acuerdo, ha destacado a dos países de entre los responsables de este final feliz: Estados Unidos (EE UU) y Brasil. Gracias a la inclusión de ambos en lo que de manera informal se bautizó como la "coalición de grandes ambiciones" —países liderados por la UE proclives a la firma de un pacto potente— se pudo alcanzar un acuerdo vinculante para la reducción de emisiones que refleje que el aumento el aumento de la temperatura a final de siglo se quede por debajo de los dos grados respecto a los niveles preindustriales. "París es más que un acuerdo, es diplomacia e influencia política", señaló.

El pasado mayo, la UE impulsó ese grupo de "ambición" en Berlín al que los países más reticentes al acuerdo por el clima denominaron "los progresistas", ha explicado Cañete en rueda de prensa. Entre los integrantes de la mencionada coalición estaban representantes de Angola, Alemania, las islas Marshall, Perú, Gambia, Colombia, Reino Unido, México y Suiza, entre otros. De ahí, según él, han salido los verdaderos compromisos: el carácter largoplacista del pacto, las revisiones regulares de los compromisos de reducción de emisiones y una financiación sostenible.

Arias Cañete cree que el 6 de diciembre marcó un antes y un después en el camino hacia París: "EE UU llamó a nuestra puerta para unirse formalmente a la coalición de grandes ambiciones". China, la otra gran potencia contaminante en el mundo, se iba quedando cada vez más aislada en su posición conservadora junto a otros países emergentes como Sudáfrica, India y Brasil. A partir de ahí otros Estados, desde Canadá hasta Fiji, se fueron sumando a una coalición que era ya "imparable", según el comisario, y de repente, llegó Brasil. "Entonces supe que alcanzaríamos un buen acuerdo en París y esta fue la confirmación", ha declarado.

Las lecciones de Copenhague

El comisario para el Clima, Miguel Arias Cañete, ha querido también marcar un antes y un después, de la decepción de la cumbre de Copenhague en 2009 al "éxito" de la de París del pasado sábado.

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En la capital danesa no hubo acuerdo porque "el mundo no estaba listo, porque no había compromiso y porque los países más reticentes fomentaron la división entre países industrializados y países en vías de desarrollo y subdesarrollados", ha afirmado.

La de París ha marcado las pautas en los objetivos para el clima para todo el siglo, según ha repetido el comisario en rueda de prensa. El cambio respecto a Copenhague llegó cuando los bloques de países industrializados contra países en desarrollo y subdesarrollados —que fomentó Copenhague— se convirtieron en países con voluntad de alcanzar un acuerdo contra aquellos sin voluntad, opina Arias Cañete. Finalmente el primer grupo, gracias a la inclusión de Brasil y EE UU, ha ganado esta batalla.

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