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Turquía e Israel normalizan sus relaciones tras la flotilla de Gaza

La explotación de los yacimientos de gas del Mediterráneo favorece el acercamiento diplomático. El Gobierno israelí acepta pagar compensaciones para las víctimas

Juan Carlos Sanz
Una lancha rápida escolta al buque 'Mavi Mármara', tomado por las tropas israelíes tras atacar el buque y matar a 10 pasajeros.
Una lancha rápida escolta al buque 'Mavi Mármara', tomado por las tropas israelíes tras atacar el buque y matar a 10 pasajeros.

Israel y Turquía han llegado a un principio de acuerdo para normalizar sus lazos diplomáticos. Las relaciones bilaterales cayeron a cotas mínimas tras la muerte de 10 turcos en el asalto por comandos del Ejército israelí a una flotilla que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza en 2010. El Gobierno de Benjamín Netanyahu acepta pagar 20 millones de dólares en compensaciones a las familias de las víctimas. A cambio, Ankara limitara las actividades de Hamás y expulsará a Saleh al Anuri, dirigente islamista palestino exiliado en Estambul y acusado por Israel de teledirigir acciones terroristas en Cisjordania. El entendimiento entre los dos aliados estratégicos de Estados Unidos se produce en un clima favorable a la cooperación para la explotación de grandes reservas de gas en el Mediterráneo oriental.

El principio de acuerdo, que supondrá el regreso de los respectivos embajadores tras más de cinco años de ausencia, se alcanzó en una reunión secreta celebrada en Zúrich el miércoles entre Joseph Ciechanover, enviado del primer ministro Netanyahu para los contactos con Turquía y el exasesor de Seguridad Nacional y nuevo jefe del Mosad (espionaje exterior), Yosi Cohen, por parte israelí, y el subsecretario de Exteriores, Feridum Sinirlioglu, por parte turca, según anticipó el diario Haaretz y confirmaron fuentes oficiales israelíes.

En unas inesperadas declaraciones, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan había adelantado esta semana su convencimiento de que una normalización de relaciones favorecería a ambos países, así como a “Palestina y a toda la región”. El presidente de EE UU, Barack Obama, ya había logrado tras una visita a Israel en marzo de 2013 que Netanyahu telefonease a Erdogan, entonces primer ministro, para pedirle perdón por el asalto de comandos israelíes en aguas internacionales al barco Mavi Marmara, donde viajaban los ciudadanos turcos que perdieron la vida cuando intentaban romper el bloqueo a Gaza.

Desde entonces los contactos entre ambos países se han sucedido con repetidos tira y afloja, y varios episodios de tirantez. Turquía se ha comprometido ahora a retirar todas las demandas que había presentado contra Israel por el asalto a la flotilla de Gaza, tanto en sus tribunales nacionales como en los internacionales.

El acuerdo se ha conocido precisamente cuando el Gobierno de Netanyahu acaba de cerrar un pacto  para la explotación de las reservas naturales de gas en el yacimiento Leviatán, situado en aguas de la zona económica israelí, en el límite con la zona de influencia de Chipre. Israel había previsto exportar los excedentes de su producción a Egipto a través de gasoductos ya existentes, pero el descubrimiento de un gran campo de gas en aguas territoriales egipcias dio al traste con este proyecto. Netanyahu ha mantenido contactos con los Gobiernos de Nicosia y de Atenas para la exportación de gas y ahora va a intentar hacerlo también con el de Ankara.

El reciente derribo de un avión ruso por cazas turcos en la frontera de Siria ha perturbado las relaciones con Moscú, que ha dejado en suspenso el proyecto de construcción de un gasoducto con Europa a través de Anatolia. Rusia suministra cerca de la mitad del gas consumido en Turquía. Para Israel, una conducción del gas de los yacimientos de Leviatán hasta la costa turca a través de Chipre le abriría la puerta a las exportaciones de combustible en el mercado europeo.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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