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Venezuela acusa a Almagro de usar la OEA para deslegitimar a Maduro

Almagro “alimenta sectores extremistas interesados en desestabilizar” el país, afirma

Silvia Ayuso
Bernardo Alvarez y Luis Almagro en la OEA (imagen de archivo)
Bernardo Alvarez y Luis Almagro en la OEA (imagen de archivo)OEA

Imprudencia. Injerencia. Extralimitación en sus funciones. Interés político. Parcialidad y actuación tendenciosa a favor de elementos desestabilizadores. Las acusaciones con las que responde este jueves el embajador de Venezuela ante la OEA, Bernardo Álvarez, a la carta que envió el secretario general del organismo hemisférico, Luis Almagro, al presidente Nicolás Maduro ratifican el divorcio de Caracas con el jefe de la Organización de Estados Americanos.

Dos días ha tardado Caracas, a través de su misión en Washington, en responder a la dura carta que Almagro le envió al presidente venezolano el martes, en la que acusaba al Gobierno de Maduro de “erosionar” la democracia dándole un “golpe directo” a la voluntad popular expresada en las urnas el 6 de diciembre y ponía en duda la independencia del poder judicial en ese país.

Almagro “magnifica de manera tendenciosa y prejuzgada situaciones propias del devenir político y, de esta forma, alimenta sectores extremistas interesados en desestabilizar”, replica Álvarez, quien hasta su expulsión en 2010 fue el embajador venezolano en Washington.

En la no menos dura respuesta del embajador venezolano ante la OEA, este disputa la facultad de Almagro para dar, sin consultar a los Estados miembros, un paso como la carta pública a Maduro. Y le acusa de actuar por intereses propios y tendenciosos que sirven a la oposición venezolana, en una conducta “característica de situaciones de abuso de poder por extralimitación de funciones”.

“Ni la Carta Democrática Interamericana ni la Carta de la OEA facultan al secretario general para intervenir en los asuntos internos de los Estados miembros”, sostiene Álvarez, reiterando la tesis de la no injerencia que Venezuela lleva años esgrimiendo ante el organismo. Para el máximo representante venezolano ante la Organización, Almagro ha actuado “extralimitándose en su interpretación” de sus facultades como secretario general y lo ha hecho “sin diplomacia y con imprudencia”.

En su carta a Maduro, Almagro había usado prácticamente la misma expresión de “extralimitación en sus funciones” para describir la actuación del Tribunal Supremo venezolano. La alta instancia judicial, a la que se acaban de incorporar 13 jueces de filiación chavista, había declarado nulos los actos de la Asamblea Nacional en manos de la oposición mientras estuvieran en funciones tres diputados opositores suspendidos por el Supremo en tanto que se investigan presuntas irregularidades en su elección. El Parlamento venezolano acató la víspera los fallos del Supremo y desvinculó a los tres legisladores.

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Según responde ahora el embajador venezolano ante la OEA, Almagro utiliza la “plataforma” de la Secretaría General “para participar como actor político, a través de la opinión pública, en los asuntos internos de un país”. Y lo hace, insiste Álvarez, “con una posición política propia y específica que refleja la de sectores de derecha de la oposición venezolana y de la alianza internacional que se ha constituido para deslegitimar al Gobierno bolivariano”.

Las acciones de Almagro, sostiene Álvarez en nombre del Gobierno de Maduro, responden a que el excanciller uruguayo estaría más interesado en su “perfil mediático internacional que en su papel como secretario general de una organización” a la que no ha consultado ni “consensuado” pasos como la misiva a Maduro y otros mensajes previos a Caracas, le recuerda. Una forma reiterada de actuar que, según Venezuela, “cada vez más lo inhabilitan política y éticamente”.

En la carta a Almagro, el representante venezolano hace un “análisis jurídico” sobre los pasos dados por los diversos poderes del país sudamericano desde las elecciones del 6 de diciembre que acabaron con años de mayoría chavista en el Parlamento y defiende que la actuación del Estado venezolano ha estado “absolutamente apegada a Derecho con clara demostración de un ejemplar proceso electoral”.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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