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La ofensiva contra los homosexuales en Indonesia llega a los ‘emojis’

El Ejecutivo pide a aplicaciones como Line o Whatsapp que eliminen los pictogramas LGTB

María R. Sahuquillo
Un hombre revisa varios emoji de temática LGTB en Yakarta, el 12 de febrero.
Un hombre revisa varios emoji de temática LGTB en Yakarta, el 12 de febrero.ISMOYO (AFP)

El hostigamiento a los gais en Indonesia ha llegado también al mundo virtual. El Gobierno quiere prohibir los emoji que muestran algún significado homosexual, y ha pedido a compañías de mensajería como Line o WhatsApp y a redes sociales como Facebook que los retire de las opciones para los usuarios en ese país. El Ejecutivo considera que símbolos o pictogramas como la bandera arcoíris o dos hombres o dos mujeres de la mano no respetan "los principios culturales y normas religiosas" de Indonesia, con 250 millones de habitantes y un 89% de la población musulmana.

La aplicación de mensajería Line ha cedido a las presiones y ha dicho que retirará los símbolos o pictogramas de temática LGTBI de su tienda online para Indonesia. La aplicación de mensajería instantánea ha publicado un comunicado online en el que piden disculpas a quienes se hayan sentido ofendidos por los emojis que, dicen, "muchas personas consideran sensibles".

Emojis de la tienda de Line.
Emojis de la tienda de Line.

Este es sólo un capítulo más del acoso a la comunidad LGTBI (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales e intersexuales) que las autoridades y los líderes religiosos han intensificado en los últimos meses. En Indonesia, a diferencia de algunos de sus países vecinos, como Malasia, la ley no prohíbe la homosexualidad; sin embargo, las normas están lejos de reconocer o apoyar a los gais. La homofobia, denuncian las organizaciones de derechos humanos y quienes trabajan por los derechos sexuales, es cada vez mayor; sobre todo lejos de las grandes ciudades.

Hace unos meses, por ejemplo, la provincia de Aceh, la más conservadora del país, comenzó a aplicar una ley que castiga con 100 golpes de vara a quien tenga relaciones con alguien de su mismo sexo. Y aunque la pena no se ha aplicado aún, según los grupos de defensa de los derechos humanos, ya ha habido detenciones; como la de dos chicas (18 y 19 años) por abrazarse en público. En enero, el ministro de Educación, Tecnología e Investigación declaró que las universidades deberían expulsar a los gais o lesbianas que hiciesen algún tipo de demostración pública de afecto en los campus. Esos gestos, dijo, "dañan la moralidad del país".

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También el vicepresidente indonesio, Jusuf Kalla, ha repetido varias veces ese razonamiento. El lunes fue más allá y pidió al programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus siglas en inglés) que no financie programas de apoyo a la comunidad LGTB en Indonesia. Este miércoles, el Consejo Indonesio de Ulemas —junto a otras organizaciones islámicas— respaldó las acciones homófobas de las autoridades y reiteró que la homosexualidad, bisexualidad y transexualidad son harám [pecado], "un riesgo y pueden causar enfermedades infecciosas como el sida".

Algunos de los 'emoji' de la tienda de la aplicación Line.
Algunos de los 'emoji' de la tienda de la aplicación Line.

El director de la Asociación Internacional de Gais, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (ILGA), Renato Sabbadini, alerta sobre la agudización del discurso homófobo en el país; sobre todo por parte de las autoridades. "Por desgracia, esta avalancha de declaraciones ofensivas ha ido acompañada de acciones discriminatorias hacia la comunidad LGTB, como es el caso de la prohibición de los emojis", dice Sabbadini, que incide en que los ataques a los gais son una violación de los derechos humanos. "Cuanto más crece una población, mayor conocimiento tiene de la orientación sexual, identidad de género, expresión de género y cuestiones de diversidad corporales; también son más fuertes son los intentos de desalentar la visibilidad de la comunidad LGBT", añade el presidente de ILGA.

Y cuando las declaraciones homófobas de algunos miembros de su Gobierno se suceden, el presidente Joko Widodo, Jokowi, se ha mantenido de perfil durante la polémica. Jokowi, jefe de Gobierno desde 2014, y a quien se comparaba con el estadounidense Barack Obama no se ha pronunciado. La organización Human Rights Watch le ha recriminado su silencio y le ha enviado una carta en la que le exige que condene el discurso de odio de sus ministros y altos funcionarios. "El presidente ha defendido durante mucho tiempo el pluralismo y la diversidad. Esta es la oportunidad de demostrarlo", le ha pedido el responsable de LGTBI de la ONG, Graeme Reid.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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