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Los casos de plagio alteran el escenario electoral en Perú

Tras el escándalo de César Acuña, el economista Julio Guzmán de Todos por el Perú ocupa ahora el segundo lugar de preferencias

El candidato a la presidencia de Perú Julio Guzmán.
El candidato a la presidencia de Perú Julio Guzmán.ERNESTO ARIAS (EFE)

Tras las revelaciones de cuatro casos de plagio por parte del candidato presidencial y empresario César Acuña, el segundo lugar en la intención de voto para las elecciones generales de Perú, el 10 de abril, lo ocupa ahora el economista Julio Guzmán, de la organización política Todos por el Perú. En las dos encuestas más recientes, mantiene el primer lugar de preferencias Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, el exjefe de Estado peruano (1990-2000) que cumple una sentencia de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y corrupción.

De acuerdo al sondeo de Datum Internacional, un 35% votaría a Fujimori y un 17% a Guzmán en los comicios del 10 de abril. En la encuesta de la consultora CPI, un 34,1% de los consultados opta por la líder de Fuerza Popular y un 14,1% apoya al candidato que ha desplazado de la segunda posición a los aspirantes Acuña y al exbanquero y exministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski.

Fujimori mantiene un porcentaje algo mayor al voto duro —el de sus militantes o simpatizantes independientemente del momento en que se realicen las encuestas— que tuvo en la campaña de 2011, cuando compitió contra Ollanta Humala. Sin embargo, según Datum Internacional, en un mes se incrementó en un 5% el universo que jamás votaría por ella: el rechazo pasó del 13% en enero a 18% en febrero; aunque también creció la sensación de ganador a su favor: en enero un 43% consideraba que vencerá en los comicios, y este mes, un 47%. Del total que dice que votará por ella, un 70% afirma que no cambiará de opinión.

En el mismo sondeo, Guzmán da un salto de un 37% que en enero decía conocer su trayectoria o su nombre a un 82% en febrero. A inicios de este mes fue entrevistado en varios programas de televisión a raíz de las críticas que provocaba en los medios sociales, debido a sus súbitos cambios de opinión sobre los impuestos o sobre la unión civil de personas del mismo sexo, o la consulta previa a los pueblos indígenas.

En ambas encuestas los electores peruanos castigan a los expresidentes Alan García (1985-1990 y 2006-2011) y Alejandro Toledo (2001-2006), que corren el riesgo de que sus partidos, Partido Aprista Peruano y Perú Posible, respectivamente, no superen la valla electoral y pierdan la inscripción en el registro para los comicios.

Para Datum Internacional, el líder aprista ocupa el quinto lugar de las preferencias con un 4% de intención de voto y tiene el mayor antivoto de los 19 políticos en carrera al Palacio de Gobierno: un 40% de peruanos no votaría nunca por él. En el caso del líder de Perú Posible, este mantiene la octava posición con solo un 2% de intención de voto. En el sondeo de CPI, García tiene un 6,2% de intención de voto, y Toledo un 2,2%.

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En una entrevista televisiva el domingo, García ensayó un pedido de perdón por haber indultado a 1.167 condenados por narcotráfico agravado, expedientes conocidos como los narcoindultos. “Les pido disculpas si no les gustó. No lo vuelvo a hacer”, dijo.

Julio Guzmán, un recién llegado a la política

El rostro menos conocido de los 19 candidatos a la presidencia es el de un economista de 45 años que ingresó en marzo de 2015 a Todos por el Perú, pequeña organización política creada en 2004 por empresarios que en 2001 acompañaron la fórmula presidencial de Lourdes Flores, del Partido Popular Cristiano.

Guzmán estudió en un colegio privado de clase media alta de Lima, aunque asegura que surgió de abajo, de padres provincianos. Estudió una maestría y un doctorado en políticas públicas en Georgetown y en Maryland, respectivamente, y fue funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo en EEUU de 2009 a 2011. Durante el Gobierno de Humala ocupó un par de viceministerios durante algunos meses. Después, como socio de la consultora Deloitte, en 2013 y 2014 consiguió contratos con entidades públicas gracias a los contactos de su paso por el Estado.

En noviembre su candidatura recibió las primeras críticas, porque el diseño y estilo de su web eran iguales a los de la formación española Podemos, y porque evitaba dar su posición acerca de la unión civil de personas del mismo sexo. “Tengo mi opinión privada y la voy a reservar. Soy líder y estoy construyendo una organización”, dijo.

En diciembre, a raíz de los reproches en los medios sociales por personajes de su partido cuestionados, fue invitado a programas de televisión, donde causó revuelo por sus posiciones cambiantes, como cuando dijo que si llegara al Gobierno no aplicaría la ley de consulta previa para pueblos indígenas: horas después rectificó porque es una obligación internacional del Estado. Por una falta en los procedimientos internos del partido, el Jurado Nacional de Elecciones podría invalidar su candidatura esta semana.

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