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El Gobierno sirio aprueba el acceso de convoyes de ayuda a siete áreas sitiadas

El Kremlin niega las acusaciones de Turquía de estar detrás de los ataques de ayer en Siria

Vehículos destruidos, el lunes en Azaz (Siria).
Vehículos destruidos, el lunes en Azaz (Siria).Imágenes facilitadas por Azaz Media Center (AP)

El Gobierno ha aprobado este martes el acceso de ayuda humanitaria a siete áreas sitiadas, entre ellas, Madaya. Se espera que los convoyes puedan partir en unos días, ha asegurado el organismo internacional después de que el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, se reuniera en Damasco con el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualem.

De Mistura y Al Mualem discutieron acerca de un cese de hostilidades, la reanudación de las conversaciones de paz este mes y la necesidad del reparto "sin restricciones" de ayuda humanitaria en las zonas asediadas por todas las partes. Este martes, la agencia de noticias oficial siria Sana ha informado de que ayer fueron entregados unos 1.200 paquetes de comida entre los desplazados del campo de refugiados palestino de Yarmuk, que han huido a zonas vecinas asediadas en el sur de Damasco. Concretamente, la ayuda se repartió en los barrios de Yalda, Babila y Beit Sahm, al sur de la capital siria.

La visita del enviado especial de la ONU ha coincidido con los ataques con misiles contra centros médicos, escuelas y refugios en Siria, que ayer causaron decenas de muertos. La ONU ha recordado este martes que el ataque deliberado contra centros médicos constituye un crimen de guerra, de acuerdo al derecho humanitario internacional. 

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"El ataque intencional y directo contra instalaciones médicas o lugares ocupados por enfermos y heridos, así como contra unidades médicas con el emblema de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, es un crimen de guerra en un conflicto armado", ha señalado el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville. "Todavía no está claro que haya sido intencional, pero el enorme número de estos incidentes genera interrogantes sobre el fracaso de las partes del conflicto en Siria de respetar la protección especial que requieren los establecimientos médicos y su personal", ha agregado.

La ONU ha indicado que "ataques de la aviación rusa y del Gobierno sirio", así como operaciones de las fuerzas de El Asad y sus aliados, han causado la destrucción de infraestructuras civiles tales como centros sanitarios o panaderías, haciendo la vida aún más difícil para los ciudadanos en muchas localidades de la provincia de Alepo.

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Rusia niega las acusaciones de Turquía

El Kremlin ha rechazado de forma contundente las acusaciones de Turquía en contra de Rusia. Moscú asegura que sus aviones no bombardearon el lunes el hospital apoyado por Médicos Sin Fronteras al norte de Siria —uno de los centros sanitarios atacados— y ha insinuado que la responsable es, en realidad, la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

"Fíjense en lo que dice la fuente primaria, que para nosotros son las autoridades de Siria", ha declarado el martes Dmitri Peskov, secretario de prensa del presidente Vladímir Putin. Se refería a las palabras del embajador sirio en Moscú, Riad Hada, quien el lunes acusó directamente a Washington de haber perpetrado el bombardeo que destruyó el hospital apoyado por Médicos Sin Fronteras en Maarat al Nuaman. Sin embargo, tanto la ONG como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que se opone al régimen de Damasco, culparon a Rusia del ataque. 

Peskov ha insistido este martes en negar las acusaciones: "Nosotros rechazamos categóricamente estas afirmaciones, porque quienes las hacen son siempre incapaces de demostrar sus acusaciones".

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la aviación rusa —que opera en Siria para apoyar la ofensiva de Bachar el Asad— también fue responsable de los ataques contra otros hospitales en el país.

El Departamento de Estado de Estados Unidos también ha condenado los bombardeos contra los hospitales y ha expresado sus dudas acerca de la voluntad de Rusia de contribuir al cese de las hostilidades en Siria. El Kremlin ha asegurado desde el principio de su intervención que su objetivo principal es combatir al Estado Islámico que, según afirma el Gobierno ruso, representa un peligro no solo para los países de la región, sino también para la seguridad nacional rusa.

Turquía, por su parte, acusa a Moscú de cometer "crímenes de guerra" con ataques contra hospitales. Ankara ha continuado este martes con bombardeos contra Tel Rifat, localidad en disputa entre fuerzas kurdas y rebeldes árabes, ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Se trata del cuarto día de ataques turcos contra las milicias kurdas. Moscú ha denunciado en los últimos días estas acciones de Turquía, aunque, según el jefe de la Comisión de Defensa del Senado ruso, Víktor Ózerov, el Kremlin evitará enfrentamientos con terceros países en Siria. El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, también ha subrayado que desean evitar una confrontación.

Sin embargo, Rusia y Turquía están enfrentadas desde que Ankara derribó un bombardero ruso el pasado noviembre, y las relaciones entre ambos países no han hecho más que empeorar en los últimos meses. Peskov ha reconocido este martes que las relaciones entre Turquía y Rusia se encuentran en un estado de "crisis aguda" y, al tiempo que ha lamentado la situación, se ha abstenido de hacer pronósticos acerca de una posible mejoría.

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