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Xóchitl Gálvez: “En la Ciudad de México temen más a Periscope que a la policía”

La delegada de Miguel Hidalgo defiende exhibir en redes sociales a quienes violen la ley

Luis Pablo Beauregard
Xóchitl Gálvez, entrevistada en agosto pasado.
Xóchitl Gálvez, entrevistada en agosto pasado.Saúl Ruiz

México tiene sus muy particulares estrellas de YouTube: jóvenes que humillan a policías en los controles de alcoholemia, empresarios que golpean empleados en berrinches endemoniados y legisladores que tratan de usar su influencia para subir a aviones que ya han cerrado. Los llaman ladies, gentleman y lores porque sus comportamientos retratan la impunidad y prepotencia de algunos sectores de la sociedad. Las conductas quedan exhibidas en la Red en un país que tiene graves problemas de impunidad.

La cacería de los gandallas, como los llaman en México (la palabra viene de tunante), ha sido adoptada por las autoridades de la delegación Miguel Hidalgo, uno de los municipios de la Ciudad de México. Desde hace algunos meses, los funcionarios de esta localidad decidieron usar las redes sociales para exhibir a aquellos que violan la ley. “Los elementos de seguridad pública son quienes deberían vigilar el orden en las calles, pero están rebasados”, dice Xóchitl Gálvez, la delegada, del PAN, en una entrevista con EL PAÍS. “En esta ciudad temen más a Periscope que a la policía”.

Arne aus den Ruthen, city manager de Miguel Hidalgo, utiliza la aplicación para documentar las faltas que observa en las calles. Sus transmisiones en directo son un testimonio del complejo diálogo que muchos mexicanos tienen con la legalidad. Y también una muestra del riesgo que se corre al tratar de meter a los ciudadanos en cintura. Hace unos días, el escolta de Raúl Libien, un empresario cercano al PRI, le propinó un puñetazo en la cara cuando pidió a la policía llevarse sus camionetas, aparcadas en la banqueta.

El escarnio de los pícaros en Periscope ha llamado la atención de la Comisión de Derechos Humanos de la capital (CDHDF), que ha anunciado medidas precautorias en favor de quienes han sido pillados cometiendo faltas en flagrancia. El organismo ha considerado que exhibirlos podría vulnerar el derecho a la privacidad. La comisión pidió en un comunicado a las autoridades de Miguel Hidalgo ceñirse a la “normatividad vigente” y respetar los “derechos humanos de las personas”.

Gálvez, que siempre ha tenido gestos de rebeldía en su carrera política, dijo que la CDHDF ha querido censurarla. “Nosotros no los exhibimos, los gandallas se exhiben solos”, dice. La funcionaria cree que el tema ha abierto un debate sobre la “horizontalidad” de los derechos, y que estos no solo pueden ser vulnerados por las autoridades, sino por los ciudadanos. “Yo solo defiendo el derecho a un ambiente saludable de mis vecinos, que todos los miércoles denuncian a otros que tiran basura, bloquean las entradas a sus casas, suben los coches a las banquetas y apartan lugares sobre la calle”.

No es la primera vez que una autoridad recurre a la humillación pública en la Ciudad de México para tratar de hacer que la ley se respete. Si Arne y Xóchitl cazan gandallas, en Coyoacán se exhibía a los cochinos. Durante cinco meses de 2011, las autoridades de esta localidad al sur de la ciudad publicaron mantas con fotografías de los vecinos que tiraban su basura en la calle sin esperar al camión recolector. Una página de internet pagada por la delegación mostraba el rostro de más de 70 vecinos descuidados, hasta que la Comisión de Derechos Humanos abrió una investigación.

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La delegada asegura que no está haciendo lo mismo. “No tenemos ninguna recomendación formal, solo se emitió un comunicado”, dijo. Tres personas han puesto quejas ante la Comisión. “Uno de ellos me dio la autorización para transmitir y solo lo tomé de espaldas”, se defendió. Esta mañana, Gálvez habló con Perla Gómez Gallardo, presidenta de la CDHDF. "Ella coincide que hay lagunas jurídicas y propone un debate para regular el uso de la herramienta".

Las denuncias contra los prepotentes en Internet aumentan en un país que tiene más de 60 millones de teléfonos móviles inteligentes. Esta mañana se hizo viral la imagen de una anciana que conducía en sentido contrario por una avenida. Los vídeos de los Supercívicos, un grupo de ciudadanos que se han propuesto ridiculizar a los gandallas, tienen millones de reproducciones. Es la sed de justicia en la época de las redes sociales. Por lo pronto, los funcionarios de la Miguel Hidalgo seguirán usando Periscope. “Si no lo hago, los mirreyes y los influyentes terminarán mandando en la delegación”, dice Xóchitl Gálvez.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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