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Acusados tres exdirectivos de Fukushima por el accidente nuclear

La fiscalía japonesa considera que tres altos cargos de TEPCO no tomaron las medidas necesarias para prevenir el desastre

Tanques de agua contaminada son almacenados en la central de Fukushima Daiichi (Japón). EFE/Archivo
Tanques de agua contaminada son almacenados en la central de Fukushima Daiichi (Japón). EFE/ArchivoEFE

Cinco años después de que un terremoto y un posterior tsunami arrasaran la central nuclear de Fukushima, tres de los entonces responsables de la empresa que gestionaba la planta han sido formalmente acusados. La fiscalía japonesa presentó este lunes de forma oficial cargos contra tres exdirectivos de TEPCO, que serán juzgados por "negligencia profesional" al no haber tomado las medidas de seguridad necesarias para prevenir el accidente nuclear del 11 de marzo de 2011.

El anterior consejero delegado de la eléctrica, Tsunehisa Katsumata, y dos vicepresidentes, Ichiro Takekuro y Sakae Muto se sentarán en el banquillo para que la Justicia nipona determine si son los responsables criminales del accidente nuclear, que provocó la evacuación de más de 160.000 residentes de la zona. Fuentes próximas al proceso aseguraron a la agencia japonesa Kyodo que es poco probable que el juicio empiece este año debido al tiempo que llevará recopilar las pruebas necesarias.

La acusación asegura que los tres altos cargos de la compañía "fallaron en su cometido de tomar medidas que reforzaran la seguridad de la planta de Fukushima a pesar de prever el peligro de una crisis nuclear por un tsunami". También les responsabiliza de las heridas que sufrieron 13 personas durante el accidente -a causa de las explosiones de hidrógeno- y la muerte de 44 pacientes de un hospital cercano que tuvieron que ser trasladados de inmediato. Los tres directivos de TEPCO, que no han sido detenidos, se declararán con toda probabilidad inocentes de estos cargos.

La decisión de la fiscalía responde a un fallo de un comité ciudadano en Tokio de julio del año pasado que finalmente obligaba a la Justicia nipona a investigar el caso. Este órgano judicial, formado por ciudadanos anónimos, aceptó la denuncia de varios residentes locales y consideró que debía abrirse una causa, después que desde 2012 y en reiteradas ocasiones se hubieran desestimado las demandas de los afectados contra un total de 42 altos cargos de la empresa y responsables políticos. Entre ellos estaba el entonces primer ministro japonés, Naoto Kan.

Un tsunami provocado por un potente terremoto cuyo epicentro se situó a 130 kilómetros al este de la costa japonesa inundó la planta nuclear de Fukushima y dejó inservibles sus sistemas de refrigeración. Al calentarse las barras de combustible, tres de sus reactores sufrieron una fusión de núcleo, mientras que las explosiones de hidrógeno dañaron los edificios que los cubrían, lo que liberó la radiación al exterior. La planta nuclear de Onagawa, más cercana al epicentro del seísmo, registró pocos daños debido en parte al muro de más de 14 metros que resistió al tsunami. La central de Fukushima carecía de esta pared a pesar de que sus responsables recibieron un informe en 2009 que advertía de los peligros de que fuera asolada por una ola gigante.

Cinco años después del accidente y con aún 120.000 personas que no han regresado a sus casas, el gobierno japonés trata de reabrir algunas de las siete localidades que quedaron afectadas por la radiación una vez han sido descontaminadas. Pero pocos habitantes deciden volver por el temor a las consecuencias de las fugas radioactivas de Fukushima sobre su salud. La central sigue con su proceso de desmantelamiento, que podría durar 40 años.

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