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Fernando Limongi | Politólogo

“Brasil vive un terremoto y no sabemos cuándo parará”

El profesor de la Universidad de São Paulo, se sorprende de la velocidad “apabullante” que la crisis política ha adquirido en el país

Carla Jiménez
Fernando Limongi, durante la entrevista.
Fernando Limongi, durante la entrevista.FERNANDO CAVALCANTI

Fernando Limongi (São Paulo, 1958), politólogo y profesor de la Universidad de São Paulo, se sorprende de la velocidad “apabullante” que la crisis política ha adquirido en Brasil. “El Gobierno se muestra incapaz de reaccionar, abúlico”, comenta.

Pregunta. Hay tres caminos para que Rousseff se vaya. Mediante un proceso en el Tribunal Superior Electoral (TSE), la destitución, o la renuncia, algo que dijo que no hará. ¿Qué opina?

Respuesta. Las personas que protestan tienen que contar con ese plazo de la salida legal. Las calles cantando no van a resolver lo que existe. Será un proceso largo. La crisis no se resuelve de la noche a la mañana. No hay ninguna solución que no sea institucional. No hay golpe. Más decisivo es qué va a hacer el Partido del Movimiento por la Democracia Brasileña (PMDB), del vicepresidente Michel Temer, que ya empieza a desembarcar del Gobierno. La calle muestra que el PMDB puede apoyar el proceso de destitución sin miedo, pues no perderá votos por eso. El círculo vicioso continúa. Si el Gobierno no sale de la crisis política, no sale de la económica. Si no sale de la económica, no sale de la política. Y eso se extenderá pues Moro [Sérgio, el juez de la Operación Lava Jato] no va a llegar a Dilma.

P. ¿Incluso con nuevas denuncias de corrupción en la campaña de 2014?

R. Eso tardará. Pero que está más cerca es un hecho. Depende de lo que digan, si serán selectivos en sus declaraciones o no. Si afectan a esa campaña, ahí se va por la vía electoral y el vicepresidente Temer va con ella. Al PMDB las investigaciones lo alcanzarán incluso más que al Partido de los Trabajadores (PT). El escenario es trágico.

P. ¿El PT ha dejado que las cosas llegasen a este punto?

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R. El PT ha sellado su culpa. Montó un mundo alrededor de Petrobras, y perdió los límites de manera innecesaria. Ahora está pagando la factura. Para el país, la cuestión es que el PT, un partido que nació para defender la ética, que tuvo la historia que tuvo, cayó en esta trampa. Si el PT puede ser atrapado por estas empresas, ¿qué nos garantiza que la oposición no caerá también? El Gobierno de Rousseff está muy debilitado y sin iniciativa. Quien está tomando la iniciativa es el juez Moro, que marca la agenda.

P. ¿Las investigaciones pueden llegar a la oposición a partir de ahora?

R. No se sabe hasta ahora si Moro es anticorrupción o antiPT. Creo que va hasta el final. Ya ha aparecido dinero para Sérgio Guerra en el caso Petrobras. Así que está todo el mundo. Queda que nos digan cómo van a proceder de aquí en adelante en caso de que aprueben el proceso de destitución de Dilma. Las donaciones al PSDB muestran que estas empresas no tienen ideología o afiliación partidista. Financiaron la campaña de Rousseff y la de Aécio Neves. ¿Qué se hará para evitar que esta red se monte de nuevo, sobre otras bases? No hay propuestas sobre la mesa.

P. Los opositores Aécio Neves y Geraldo Alckmin también fueron abucheados en las protestas del domingo pasado en São Paulo.

R. Los políticos de la oposición tienen miedo, no de ser abucheados, sino de que algo les delate.

P. ¿Las delaciones tienen potencial para cambiar la historia de Brasil?

R. Ya ha cambiado la historia, políticamente hablando. El PT llegará muy débil a las elecciones municipales de octubre de este año, a menos que cambie increíblemente. Qué va a pasar, desde el punto de vista electoral, no lo sabemos. En un proceso como el actual se cierra un círculo. Quien se queda dentro, se queda. Quien no, se protege. Fue así en la destitución de Collorde Melo, en la Comisión de Investigación del Presupuesto, que incluso desmontó todo el sistema de financiación de la época (1992-1993). Y facilitó que emergiesen Fernando Henrique Cardoso y las reformas necesarias. Por lo tanto, puede ser que viendo las cosas con optimismo, esta limpieza nos lleve a algo mejor. Para crear nuevos líderes. Pero también puede ser como en Italia...

P. Pero, ¿de quién estamos más cerca en el Brasil de hoy, de un Cardoso o de un Berlusconi?

R. Puede no estar ahora a la vista. Cardoso ya no quería ni presentarse más. Hoy en día Marina Silva no está a la vista, ni Ciro Gomes. Son líderes. Están también Neves o Alckmin, o José Serra. Depende de quién consiga construir una candidatura o proyecto. Alguien de fuera no tiene ninguna posibilidad. Es difícil hacer una previsión en medio del huracán. Lo que vive ahora Brasil es un terremoto y no sabemos cuándo va a parar.

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Sobre la firma

Carla Jiménez
Directora de EL PAÍS en Brasil desde 2018. Trabajó en O Estado de S. Paulo, Agência Estado, revista Época e IstoéDinheiro. Nació en Chile, creció en Brasil. Es formada en Periodismo por la Universidad Cásper Líbero, con especialización en Economía en la Fipe/USP. Forma parte de EL PAÍS desde 2013.

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