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Cartas de Cuévano
Columna
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Remontar

El Real Madrid jugó bien y confirma que sabe remontar también en la acepción de navegar aguas arriba cualquier corriente

Agradezco de corazón los tres goles que marcó ayer Cristiano Ronaldo en el Monumental Estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Considerando que mucha gente nos confunde en la calle, quizá porque me depilé el rostro (y muslos) no puedo menos que agradecer que gracias a su hat trick en Champions hoy me fiara el panadero, me cediera el paso la doña del cerrajero y me hicieran pasillo siete albañiles en descanso. Como niño, celebro la remontada, ese esfuerzo con el que el equipo merengue de mis amores superó el marcador adverso que llevábamos encima desde el partido de ida, en Wolsfburgo, Alemania. Pero, ¡ay de mí!, el necio afán por las definiciones me llevó a buscarle etimologías al tema y resulta que remontar es palabra que en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua tiene nada menos que 18 acepciones y la cosa me puso a pensar (mas no a dudar) en cosillas que no necesariamente se vieron en la cancha. Digamos, entrelíneas:

Remontar, según la RAE, significa:

1. Superar alguna dificultad u obstáculo. De acuerdo, el partido que enfrentó ayer el Real Madrid se volvió un obstáculo y representaba una dificultad, ¡¡pero era contra el Wolfsburg!!, un club que ocupa el octavo puesto en la liga alemana y si hemos de aspirar a la consecución gloriosa de la undécima Copa de Europa para la envidiable vitrina de los trofeos más nos valdría ponderar que merecemos como dificultad ganarle a los meros buenos y no necesariamente temblar ante el escudo de la Volkswagen.

2. Sobrepasar o subir una pendiente, es definición que apuntala lo dicho en el párrafo anterior. No merece la afición madridista que la engañosa directiva de constructores millonarios y la soberbia acomodaticia de algunos jugadores nos exhorten al apoyo incondicional cuando (amen de que ese apoyo jamás ha mermado) la pendiente a superar no se parece ni de lejos a la que acostumbra representar el Bayern, ya de Münich (con o sin Beckenbauer) o de Leverkussen (con ese veneno genial que le dicen Chicharito y se apellida Hernández, que dejó escapar Florentino).

3. El Real Madrid jugó bien y demostró que sabe jugar bien, quizá no tanto como lo hizo hace apenas unos días en el Camp Nou, pero nos confirma que sabe remontar también en la acepción de navegar aguas arriba cualquier corriente.

4. Elevar, encumbrar y sublimar es remontar en el sentido con el que campea hoy la leyenda de Cristiano y, de paso, mi fama en el barrio.

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5. Aquí entra el excuse me, pues remontar también significa ahuyentar o espantar la caza que se retira a lo oculto o montuoso al sentirse acosada y perseguida y eso es precisamente lo que parecía sentir el Real Madrid y no pocos aficionados al volver de Alemania con el marcador adverso y durante algunos minutos de taquicardia en el Bernabeu, pero también es de justicia asentar que el equipo alemán terminó en el Bernabéu como el pobre venadito que habita en la seranía.

6. Remonta –según la RAE—quien provee de nuevos caballos a la tropa o a la caballeriza de algún personaje y uno se pregunta si no hay algo de remontar en el ajedrez que juega Zidane con James, al dejarlo bailar contra el Eibar, mas dejarlo en la banca de la Champions.

7. Rehenchir o recomponer una silla de montar, sería la ideal definición de remontar si los socios, abonados, madridistas en general logramos algún día resucitar a la cantera en su debida trascendencia y sacar de la presidencia al engreído multimillonario inmobiliario que, en realidad, nada sabe o gusta del futbol.

8. Echar nuevos pies o suelas al calzado. Lo dicho.

9. Elevar en el aire una cometa, se entiende en la artimaña no poco engañosa de rogarle a la afición su apoyo incondicional (que repito: jamás ha faltado) y ponernos como cometa entre nubes una remontada que más bien debió considerarse como mínima obligación por parte de una plantilla de superestrellas que son lo mejor del mundo, aunque semana a semana insistan en la pantomima histriónica de fingir golpes feroces en la cara, roturas de tibia o ataque mortales e corazón (como si no estuvieran siendo filmados por ocho mil cámaras en alta definición que revelan que la cachetada pasó a medio metro de sus caras, la patada pegó en pasto antes que pierna, etc.)

10. Dicho de un equipo o de un deportista: superar un resultado adverso o ganar posiciones en una clasificación. Aquí sólo queda celebrar que los académicos incluyan entre sus definiciones las acepciones que se conjugan entre aficionados.

11. Pero para subir o ir hacia arriba, de veras es preferible que nos pongan nerviosos los equipos de veras grandes (aunque de veras consideremos que cada equipo tienen su importancia e incluso, peligro).

12. Creo que ya no debería aparecer en el Diccionario de la RAE, aunque merece aparecer siempre en diccionarios de referencia histórica, la definición donde consta que se llamaba remontar cuando los esclavos e indígenas de América se refugiaban en los montes. En todo caso, para estas alturas del siglo XXI, el remontado fue James o Isco que no vieron acción en la cancha, mas no el equipo que lidió la batalla ni mucho menos mi clon Ronaldo que clavó los tres golazos.

13. Ascender por el aire, dícese remontar el vuelo, y valga como ilusionado pronóstico que con lo de ayer –remontadas todas—se pone interesante no sólo la siguiente fase de la Champions, sino cardíaca adrenalina de la recta final de la Liga…

14. Que conste que la definición de remontar como enojarse o irritarse no cabe en este soliloquio, pues consta a vecinos (y a dos policías municipales que me impidieron bañarme en la Cibeles de madrugada) la sincera alegría que me provocó el triunfo.

15. Remontar es también retroceder hasta una época pasada y así como celebro con asombro cada nueva hazaña de este futbol moderno con jugadores supersónicos y balones ultraligeros, no puedo menos que contrastar sus glorias cibernéticas con las plantillas que han fincado la legendaria grandeza del club. Hablo de jugadores que no se arrastraban en el césped con lesiones fingidas y no cobraban sueldos inconcebibles, hablo de Juanito y la vera remontada, de Hugo y la cabriola en medio de las nubes, del aroma perfumado que dejaba sobre las gradas el paso invisible de Butragueño, las medias caídas de Gordillo, el gol de Marsal, los biogtes de Breitner o Schuster, los vuelos de Santillana, la personalidad de Amancio… y la saeta sin adjetivos

16. De acuerdo, remontar significa también pertenecer a una época lejana y de ese sabor están pintados los juegos como el de ayer: la dulce pátina en sepia o blanco y negro (por algo jugamos de blanco) en la que aficionados y jugadores juntos sabemos que el equipo está muy por encima de las fechorías aún no reveladas de la directiva, los enjuagues o menjurjes de los contratos y compromisos, las falas leyendas con las que nos denostan los simpatizantes de otros clubes… es de una época lejana el instante de hoy mismo en el que un jugador corre como galgo, dribla a la población entera de Alcobendas, caracolea por las viejas calles del Madrid de los Austrias y termina su travesía galáctica reventando una estrella fugaz en el fondo de la red terrenal de todos nuestros anhelos.

17. Según el diccionario de la RAE, remontar significa también ascender a la cifra que se indica una cantidad de dinero y es inevitable pensar que –sin queja ni reclamo—todo madridista tiene derecho al pañuelo blanco y ponderar debidamente que todo hat trick tiene mérito de gloria, pero no es lo mismo clavarle tres al Móstoles o al Wolfsburg, que al Barcelona.

18. Por último, dicho del vino, remontar es alterar la calidad de un vino por la oxidación, a causa de mantenerlo mucho tiempo embotellado. Por piedad, no oxiden más o por lo menos, no oxiden innecesariamente la fidelidad inobjetable del madridista incondicional al embotellarnos con cometas fatuos de remontadas innecesarias. Por piedad, no se oxiden ustedes mismos –jugadores de élite—en pantomimas y letargos que nada tienen que ver con el rendimiento –ya conocido—del que son capaces y por piedad, no tomen a mal que me puse a buscarle explicaciones a mi enredado fervor agradecido por todo lo que hacen cuando lo hacen bien. Así que ¡Hala Madrid! … y nada más.

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