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Quito - Pedernales: el camino a la destrucción

La ruta que va de Quito hacia Pedernales, una de las zonas afectadas por el terremoto, es la viva imagen de la desesperación

Un habitante de Pedernales camina por la zona afectada.Foto: atlas | Vídeo: José Jácome EFE / ATLAS

Henri Alava no detiene su paso por la carretera Panamericana que va a Ecuador. Le faltan cerca de 300 kilómetros para llegar a Manta (provincia de Manabí) y lo único que sabe es que su casa en el barrio Tarqui, muy cerca de la playa, colapsó. “Me dicen que está hecha pedazos”, lamenta.

Alava se ha bajado de la ranchera que lo iba a llevar a su destino porque se han encontrado con un nuevo derrumbe. “La montaña se ha caído”, dice mientras camina decidido a trepar los 20 metros de tierra que bloquean la carretera. Como él, decenas de personas hacen lo mismo en este punto, conocido como La Crespa, porque la última noticia que tienen es que despejar la vía tomará días.

En todo el país hay 17 carreteras cerradas por los deslizamientos de tierra tras el terremoto de la noche del sábado, incluyendo las dos principales arterias que conectan Quito con la costa del país. La comunicación terrestre en la provincia de Manabí es la más deteriorada e impide que la ayuda humanitaria llegue. Hay ocho vías en esta provincia cortadas. No solo los vecinos no pueden llegar a sus hogares, también están detenidos camiones de víveres que llevan frutas, verduras y productos comestibles desde la sierra.

Hasta La Crespa ha llegado el convoy del Cuerpo de Bomberos de Quito, que lleva una treintena de personas y 16 vehículos para el rescate de personas en Manta, la población más grande afectada por el sismo. Ante la imposibilidad de pasar, deciden cambiar de destino. “Vamos a apoyar el rescate en Pedernales”, explica el teniente Pablo Correa, a cargo del equipo de tierra, y ordena que los vehículos giren. Uno de ellos es un bus que colaborará en la evacuación y dos son camiones que llevan todo el equipo necesario para su intervención: motosierras de concreto, martillos de impacto, carpas y raciones de comida.

El convoy de los bomberos llega hasta un poblado de carretera llamado El Carmen, donde hace una parada de avituallamiento antes de ir a Pedernales. Los lugareños informan que la calzada tiene grietas, pero que se puede pasar. Mientras tanto, en este poblado,una decena de casas que están junto a la carreta han colapsado. Se habla de que puede haber hasta 50 viviendas con daños. Las casas derrumbadas son de concreto, las de tabla o caña que son habituales en la costa rural están intactas.

Hay mucha confusión por todos lados. Una de las preguntas habituales a los bomberos es si habrá tsunami. Ellos repiten que el fenómeno está descartado. En el camino a Pedernales se une al convoy de los bomberos una ambulancia del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, que también ha ordenado que todas sus unidades se desplacen a las zonas del epicentro del sismo. La caravana sortea dos derrumbes y avanza hacia Pedernales, cuyas autoridades ya han deslizado que puede haber entre 300 y 400 personas muertas.

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Hay mucha gente en la vía que conecta El Carmen con Pedernales. En algunas casas los muebles y los electrodomésticos están fuera y hay albergues improvisados al pie de la carretera, con sábanas como toldos. Ya en Pedernales, el panorama es desolador. Todas las casas de la vía principal están destrozadas. Como si hubiese caído una bomba.

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