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Teodoro Obiang gana las elecciones en Guinea con casi el 100% de los votos

El principal partido de la oposición no ha participado en los comicios

José Naranjo
Obiang votando este domingo. Fotografía facilitada por la Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial.
Obiang votando este domingo. Fotografía facilitada por la Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial.EFE
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Sólo falta saber el porcentaje exacto, pero Teodoro Obiang Nguema, que lleva 37 años en el poder y es el jefe de Estado más longevo de África, ha arrasado en las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Guinea Ecuatorial en un contexto de falta de libertades y represión de otros partidos, según ha denunciado la oposición, con lo que podrá seguir ocupando el sillón presidencial hasta 2023. Según los primeros datos aportados por Clemente Engonga, presidente de la Junta Electoral Nacional y alto cargo del partido en el poder, con un escrutinio de en torno al 10%, Obiang se habría llevado el 99,2% de los votos. Nada nuevo bajo el sol de este pequeño país que cuenta con aproximadamente un millón de habitantes y que vive en buena medida del petróleo.

Hace casi cuatro décadas que Obiang no tiene rival, pero en estas elecciones aún menos. El principal partido de oposición, Convergencia para la Democracia Social (CPDS), decidió no presentar candidato alegando falta de limpieza democrática mientras que el líder de Ciudadanos por la Innovación (CI), el ex teniente coronel Gabriel Nsé, quedó excluido porque la norma prohíbe concurrir a los comicios si no se ha residido en el país los últimos cinco años. Así las cosas tan solo Avelino Mocache de la Unión de Centro Democrático parecía capaz de arañar algunos votos en el descontento ecuatoguineano. Pero el empeño parecía abocado al fracaso.

Además, la convocatoria electoral se hizo pública sólo 43 días antes de la cita con las urnas, cogiendo por sorpresa a la oposición. Sin embargo, el principal problema no ha sido éste sino el clima de constate intimidación que ha acompañado a todo el proceso y que alcanzó su punto máximo el pasado 21 de abril cuando un grupo de militares rodeaba la sede de Ciudadanos por la Innovación en la que se encontraban decenas de militantes. Según fuentes de dicho partido, el encierro continúa. Asimismo, el jefe de campaña de la UCD fue detenido y torturado.

En este marco otro resultado que no fuera una victoria aplastante de Obiang Nguema resultaba del todo imposible. El panorama que dibuja el CPDS y con el que coincide buena parte de la oposición es desolador: “El censo electoral es un listado indecente (…) que no ha sido publicado ni impugnado, la administración electoral es totalmente dependiente de Obiang (…), la libertad de expresión y circulación están totalmente conculcadas, los medios de comunicación nacionales solo existen para Obiang…”. Por todo ello, este partido ha solicitado a la comunidad internacional que rechace los resultados y no reconozcan la reelección.

Frente a la denuncia de numerosas irregularidades protagonizadas por miembros del partido el poder, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), como quema de votos o rellenado de urnas, desde la página web institucional del Gobierno ecuatoguineano se asegura que “como todos los observadores internacionales han podido comprobar, los comicios se han desarrollado en un clima de paz y tranquilidad, cumpliendo con todos los requisitos legales establecidos”.

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Desde España, PSOE y Ciudadanos han cuestionado la credibilidad de los comicios. La secretaria de Relaciones Institucionales, Carme Chacón, ha hecho público un comunicado en el que asegura que “estas elecciones no cumplen las más mínimas garantías democráticas y sus resultados no van a legitimar el régimen de Obiang frente a la comunidad internacional, sino más bien todo lo contrario”. En una línea similar, el portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados, Fernando Maura, registró la pasada semana una proposición no de ley en la que insta al Gobierno español a comprometerse con unas elecciones justas y democráticas en el país africano frente a un proceso que ha estado “plagado de irregularidades”.

Desde su llegada al poder, Teodoro Obiang Nguema ha gobernado Guinea Ecuatorial con mano de hierro y, según ha denunciado la oposición, podría estar preparando ya su sucesión en la figura de su hijo, conocido como Teodorín, al que ha nombrado vicepresidente segundo responsable de Defensa y Seguridad, pese a las causas judiciales en curso contra él en Francia acusado de presunta corrupción, blanqueo de capitales y saqueo de las arcas públicas de su país. En octubre de 2014, Teodorín llegó a un acuerdo con la Justicia estadounidense para evitar seguir siendo investigado por fraude y blanqueo.

Sin embargo, otros nubarrones se ciernen sobre Guinea Ecuatorial y tienen que ver con la crisis económica. Según Wenceslao Mansogo, responsable de Relaciones Internacionales del CPDS, “el país está bastante revuelto y muy descontento”. La caída de los precios del petróleo en el mercado internacional ha provocado un enfriamiento de la economía y que muchos ecuatoguineanos se estén quedando sin empleo.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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