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Hospitales, objetivos de guerra

Más de 40 personas han muerto solo en 2016 en instalaciones apoyadas por Médicos Sin Fronteras en Siria

Una niña es rescatada bajo los escombros después del bombardeoFoto: atlas
Ó. GUTIÉRREZ

Dicen las normas no escritas de la guerra que cuantos más heridos tenga que cuidar el enemigo, mejor que mejor para diezmar sus capacidades. La contienda en Siria no respeta ni esas normas. La muerte en la tarde de este miércoles de al menos 27 personas, entre pacientes, personal médico y vecinos, por un ataque en un hospital de Alepo, eleva a más de 40 las víctimas mortales causadas solo en lo que va de 2016 por ataques aéreos contra instalaciones sanitarias apoyadas por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF). "Este tiene que haber sido premeditado", señala el representante de la ONG en Turquía, Aitor Zabalgogeazkoa, "es imposible que no se sepa que es un hospital". MSF no tiene permiso para operar en zona controlada por el régimen sirio, por lo que las estructuras a las que da apoyo (150) como aquellas que gestiona (6) están en áreas con presencia de fuerzas opuestas al Gobierno de Bachar el Asad.

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El último bombardeo contra una instalación médica, el hospital Al Quds, se perpetró durante la tarde del miércoles, en el barrio de Sukkari, en el suroeste de Alepo. Según ha podido recoger Zabalgogeazkoa, el edificio, muy delgado, de unos seis pisos, prácticamente se vino abajo tras el ataque. Entre los empleados muertos en el bombardeo estaba el director médico del centro y el pediatra Mohammed Wasim Moaz, uno de los pocos de esta especialidad que quedaban en zonas rebeldes. Entre los pacientes y vecinos del edificio víctimas del ataque hay varios niños y mujeres.

Al ser un centro apoyado por MSF —también por el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, en sus siglas en inglés)—, y no gestionado, la organización no tiene la potestad para comunicar las coordenadas de la localización de las instalaciones a los actores involucrados en la guerra, una práctica habitual en zonas de conflicto. No obstante, según señala Zabalgogeazkoa, tras cinco años funcionando, el hospital, antes clínica privada, era conocido por todos los bandos. Este centro, como otros, atiende indistintamente a civiles y armados. "Cuando llega un hombre armado herido", apunta el portavoz de MSF, "se le obliga a dejar las armas, al igual que a sus acompañantes". El derecho internacional humanitario prohíbe en cualquier caso atacar instalaciones médicas militares o civiles.  

A falta de conocer la cifra final de víctimas entre los que perecieron dentro y fuera del edificio, el ataque en Sukkari es el más mortífero contra estructuras médicas apoyadas por MSF en 2016. El pasado 15 de febrero, dos bombardeos en un corto intervalo de tiempo contra un hospital de Marat al Numan, en la provincia de Idlib, mataron a 25 personas, nueve de ellas miembros del personal facultativo. Según los datos facilitados por la organización, a lo largo de 2015, las instalaciones bajo su apoyo, repartidas entre el centro, norte y noroeste de Siria, en zonas con frentes abiertos, recibieron 94 ataques. Solo en personal médico murieron 23 personas.

Ataques de "doble golpe"

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El análisis del bombardeo en Marat al Numan permite constatar que los centros médicos son objetivo premeditado de guerra. La ofensiva siguió el patrón de lo que se conoce como ataques de "doble golpe": un primer misil alcanza la zona y causa la muerte o heridas a varios de los pacientes y facultativos. Cuando el resto del personal o vecinos de la zona acuden a labores de emergencia y rescate, un segundo misil golpea de nuevo. MSF calcula que los segundos ataques en las instalaciones que apoya tienen lugar de 20 a 60 minutos después del primero.

¿Qué se consigue al alcanzar un hospital? "La gente que ahí acudía ya no sabe a dónde ir", dice Zabalgogeazkoa. "Además muere gente que garantizaba el tratamiento muy difícil de reemplazar y se pierde mucho material". Se desconoce quién está detrás de este u otros ataque a instalaciones médicas en Siria. Tanto Marat al Numan, localidad alcanzada en febrero, como Alepo, son objetivo de la coalición gubernamental, en la que solo el régimen de El Asad y su aliado ruso cuentan con aviación militar bombardeando.

El ICRC, que apoya instalaciones tanto en zona rebelde como en áreas controladas por el régimen, manifestó este miércoles que Alepo "está al borde del desastre humanitario". “El reciente ataque contra el hospital de Al Quds", dijo Marianne Gasser, jefa de la misión en Siria, "es inaceptable y, lamentablemente, no es la primera vez que se ataca un servicio médico donde se salvan vidas”. "No ataquen hospitales, no usen armas que causan daños generalizados", continuó la portavoz del ICRC.

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Sobre la firma

Ó. GUTIÉRREZ
Periodista de la sección Internacional desde 2011. Está especializado en temas relacionados con terrorismo yihadista y conflicto. Coordina la información sobre el continente africano y tiene siempre un ojo en Oriente Próximo. Es licenciado en Periodismo y máster en Relaciones Internacionales

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