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La policía belga desoyó alertas sobre la amenaza de los hermanos Abdeslam

Un informe oficial concluye que no se investigó más a Brahim y Salah por falta de recursos

Lucía Abellán
La policía francesa escolta, el pasado 27 de abril, un vehículo que lleva a Salah Abdeslam a la prisión de Fleury-Merogis.
La policía francesa escolta, el pasado 27 de abril, un vehículo que lleva a Salah Abdeslam a la prisión de Fleury-Merogis.DOMINIQUE FAGET (AFP)

Las acusaciones de haber minimizado la amenaza terrorista persiguen de nuevo a las autoridades belgas. Un informe oficial asegura que la policía ya tenía indicios, a mediados de 2014, de que los hermanos Abdeslam —Brahim, que se suicidó en los atentados de París, y Salah, que huyó de Francia y fue capturado cuatro días antes de los ataques de Bruselas— planeaban “un acto irreversible”. La información, relevada por el diario estadounidense Politico, apunta a una dejación en este dosier motivada por la falta de recursos de la policía.

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El documento ha sido redactado por el llamado Comité P., un órgano independiente que controla la labor de la Policía y que rinde cuentas ante el Parlamento federal belga. Sus conclusiones fueron presentadas el pasado martes a un número restringido de diputados, que comprobaron cómo las fuerzas de seguridad no asignaron el personal necesario para seguir adelante con este caso.

“No se hizo nada con el dosier después de redactar un borrador de la transcripción [con información de los dos hermanos]”, recoge el informe, que atribuye la falta de reacción a “problemas de capacidad” en las fuerzas de seguridad.

Una fuente conocedora del informe admite a EL PAÍS que, leyéndolo, "es fácil concluir que la policía no hizo lo que debía y que el atentado de París se podía haber evitado". Pero también insiste en que las fuerzas de seguridad tienen cientos de casos sospechosos y se centran en los que consideran más relevantes.

Tras las primeras sospechas en 2014, un inspector de la zona oeste de Bruselas tuvo conocimiento en enero de 2015 de que los hermanos Abdeslam pretendían viajar a Siria. Al menos Brahim lo logró. Y ambos fueron interrogados a la vuelta de Brahim a Bélgica, pero no se les imputó ningún delito, según informó el martes el diario Le Soir basándose en el mismo informe que desgrana Politico. A partir de ese episodio, la fiscalía pidió a la unidad antiterrorista de la policía federal que pinchara los teléfonos de los dos hermanos y revisara sus correos electrónicos. No ocurrió por falta de recursos, según el diario belga. Un portavoz de la fiscalía precisó que los indicios sobre los Abdeslam no apuntaban a ningún atentado en fase de preparación.

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La falta de diligencia no acaba ahí. Porque el expediente fue clasificado de manera que requería un examen diario, pero aterrizó en el llamado montón de dosieres rojos: urgentes, pero imposibles de atender por falta de medios. Hay muchos más casos. Ese tipo de informes desatendidos representan un 12,5% sobre el total, según informa Le Soir citando estadísticas de la fiscalía relativas a 2015.

Finalmente, el caso de los Abdeslam fue abandonado el 21 de abril de 2015, apenas siete meses antes de los atentados de París que costaron la vida a 130 personas. Politico añade que la policía tenía en su poder ordenadores, llaves USB y datos telefónicos de los hermanos Abdeslam desde febrero de 2015, pocos días después de los primeros atentados de París (contra la revista satírica Charlie Hebdo y un supermercado judío). Pero esa información no se usó “ni siquiera después de París, ni recientemente”.

Por otra parte, el nexo británico de la investigación de los atentados de Bruselas avanza. Reino Unido ha inculpado este viernes a dos jóvenes por haber entregado presuntamente el verano pasado 3.800 euros a Mohamed Abrini, el hombre del sombrero que huyó del aeropuerto de Zaventem sin hacer estallar su carga explosiva. El británico Mohamed Ali Ahmed y el belga Zakaria Boufassil, ambos de 26 años y residentes en Birmingham, han comparecido esta mañana ante la justicia. Llevaban detenidos –junto a una hermana de Boufassil, Soumaya- desde mediados de mes. Se sospecha que el dinero que entregaron a Abrini fue utilizado para propósitos terroristas.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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