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La oposición se retira de las elecciones en Nicaragua

Daniel Ortega se convierte en el único candidato importante en los comicios que la oposición ha catalogado como “farsa electoral”

Carlos S. Maldonado
El presidente de Nicaragua Daniel Ortega.
El presidente de Nicaragua Daniel Ortega.MARIO LOPEZ (EFE)

El proceso electoral de Nicaragua perdió por completo legitimidad este miércoles, cuando la oposición aglutinada en la Coalición Nacional por la Democracia decidió no participar en los comicios previstos para noviembre, al ser anulada la candidatura del opositor Luis Callejas y despojados de una casilla electoral por un controvertido fallo de la Corte Suprema.

De esta manera el presidente Daniel Ortega se convierte en el único candidato importante en los comicios que la oposición ha catalogado como “farsa electoral”. Mientras tanto, la Conferencia Episcopal nicaragüense emitió un duro pronunciamiento con el que los obispos deploran lo que consideran un intento por crear condiciones para la "implantación de un régimen de partido único" en el país.

“Hoy Daniel Ortega está cerrando las puertas de la vía electoral en Nicaragua. Hoy le ha robado al pueblo de Nicaragua su derecho a votar libremente, así como antes le robó su voto mediante los fraudes electorales”, dijo el excandidato presidencial Eduardo Montealegre, hasta ahora presidente del Partido Liberal Independiente (PLI), principal agrupación política de la Coalición opositora.

Montealegre fue despojado de la representación legal del PLI por un fallo de la Corte, cuyos magistrados son acusados de obedecer directamente a órdenes del presidente Ortega, quien controla, además del Parlamento, todos los poderes del Estado.

Ortega -dijo Montealegre- “ha demostrado un profundo desprecio al pueblo, creyendo que impidiéndole ir a votar por la única opción política opositora podrá ahogar el clamor popular y lograr que toda la Nación se resigne a vivir en dictadura. El pueblo nicaragüense no se ha resignado nunca a los dictadores”. El opositor convocó a lo que llamó “lucha cívica” para defender la democracia en este país centroamericano.

La decisión del presidente Ortega de prohibir observadores independientes que verifiquen la transparencia de las elecciones y de despojar de su candidatura a Callejas generó la reacción del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien expresó la semana pasada su preocupación por la situación política de Nicaragua. A través de su cuenta oficial de Twitter, Almagro dijo que la “transparencia y participación de todos” son clave en los comicios nicaragüenses. Este martes el representante de Nicaragua ante la OEA, el embajador Denis Moncada, exigió la renuncia de Almagro en la 46 Asamblea General de la OEA, realizada en República Dominicana. Colindres acusó al secretario general de “abusar de su cargo, actuando de forma injerencista y contribuyendo a la inestabilidad de gobiernos legítimos y al fortalecimiento institucional que están ligados a la paz y el desarrollo”.

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La Iglesia de Nicaragua también se expresó sobre la situación política del país y en un pronunciamiento firmado por todos los obispos de la Conferencia Episcopal dijo que “todo intento por crear condiciones para la implementación de un régimen de partido único en donde desaparezca la pluralidad ideológica y de partidos políticos es nocivo para el país”. Los obispos abogaron por un sistema en el que “brille sin ningún tipo de duda la voluntad popular” y “abierto a observadores nacionales e internacionales”.

Las elecciones en Nicaragua están convocadas para inicios de noviembre. Esta es la séptima candidatura del presidente Ortega, que aspira, a los 70 años, a su tercer mandato consecutivo. Tras la decisión de retirarse de los comicios, la oposición ahora debe demostrar su pulso en las calles y convencer a los nicaragüenses, en un país donde el 45% de la población es pobre y muchos dependen de las políticas populistas del llamado “Comandante Ortega”. El sentimiento general sobre el papel de la oposición en este país de seis millones de habitantes lo resumió Carlos Jarquín, un técnico en refrigeración de 35 años, quien dijo: “La oposición no se ha podido unir, solidificarse, y eso nos ha estado llevando a estar en esta dictadura”.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.

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