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Una cruzada para activar el revocatorio contra Maduro

La oposición denuncia sabotajes en la validación de las firmas

Un grupo de venezolanos hace fila para validar el 1% de las firmas requeridas para solicitar un referendo revocatorio contra el presidente, Nicolás Maduro.
Un grupo de venezolanos hace fila para validar el 1% de las firmas requeridas para solicitar un referendo revocatorio contra el presidente, Nicolás Maduro.MIGUEL GUTIERREZ (EFE)

Como en un torneo deportivo, la arquitecta Libis Perdigón dice que se ha alistado a una “lucha más” que active un referendo contra el mandato del presidente venezolano, Nicolás Maduro. Es miércoles por la mañana y, por segundo día consecutivo, aborda un autobús repleto de opositores con destino a Higuerote (Miranda) —a unos 114 kilómetros de su casa en la urbanización capitalina Colinas de Bello Monte—, sólo para confirmar que ha firmado a favor del revocatorio. “No he trabajado casi esta semana. El lunes esperé durante cuatro horas para validar la firma, pero cerraron el centro de votación y no pude hacerlo. Hoy solo fue posible tras viajar lejos y estar seis horas en una fila”, afirma.

La validación de, al menos, 200.000 firmas (el 1% del padrón electoral) en cada uno de los 24 Estados de Venezuela es la etapa decisiva para la activación de un revocatorio contra el sucesor de Hugo Chávez al frente del Ejecutivo venezolano. El proceso se inició el lunes con reclamaciones. La oposición ha denunciado que el Consejo Nacional Electoral (CNE) —dirigido por oficialistas— ha distribuido más de 300 máquinas detectoras de huellas dactilares, en este caso empleadas para confirmar la identidad de los opositores que, a finales de abril, solicitaron por primera vez un referendo.

La oposición ha acusado al Gobierno de apelar a rebuscadas operaciones para restar firmas

En el municipio de Baruta (perteneciente al Estado de Miranda, pero enmarcado dentro de los límites de la capital venezolana, Caracas), donde está domiciliada Perdigón, solo fue destinado uno de estos aparatos para 26.000 votantes. Y a Chacao, bastión de la oposición, no se envió ninguno.

Para Henrique Capriles, gobernador del Estado de Miranda y dos veces candidato presidencial, es una artimaña del Gobierno para restar votos a un revocatorio que, según encuestas, perdería Maduro.

La oposición ha acusado al Gobierno de apelar a rebuscadas operaciones para restar firmas: la obstaculización de carreteras con troncos para impedir el traslado de electores, el ataque de los colectivos oficialistas contra los votantes en los centros de validación de las firmas y otras maniobras. El diputado Juan Miguel Matheus asegura que los cortes de electricidad en el Estado de Carabobo han reducido la jornada de autenticación: “Hay una injusticia, pues en cualquier otra elección esto no hubiese ocurrido. Pero se trata de la oposición y nos discriminan”.

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 El avance del revocatorio

La autenticación de las firmas es solo una de las exigencias del Consejo Electoral para un proceso revocatorio que ha acentuado la beligerancia entre la oposición y el Gobierno. Para llegar a esta etapa de activación del referendo, los adversarios de Maduro han presionado a la institución comicial con protestas para que entregaran unas planillas que sirvieron para recaudar más de 1,8 millones de firmas a finales de abril, cifra que supera nueve veces lo requerido. Sin embargo, sobre ese total, el CNE ha invalidado más de 605.000 por inconsistencias entre los datos. Entre otras, las firmas del propio Capriles y del vicepresidente del Parlamento, Enrique Márquez, han sido excluidas.

El revocatorio es un largo trecho para destronar a Maduro. Si se activara ahora, la oposición tendría que recaudar un 20% de las firmas del padrón electoral (casi cuatro millones) para convocar a sufragios, donde debe obtener más votos de los conseguidos por el mandatario venezolano en las elecciones de 2013 (algo más de 7,5 millones de papeletas). Toda una carrera meteórica que tiene como enemigo al reloj porque, de producirse el referendo después de enero, el poder lo podría asumir hasta 2019 otro dirigente del chavismo: el hoy vicepresidente Aristóbulo Istúriz.

Pese a los impedimentos, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) insiste en su propósito de activar este año una consulta popular que deponga a Maduro. Capriles ha llamado Operación Remate a los dos últimos días —jueves y viernes— de autenticación de firmas. La oposición ponía ayer sus fuerzas en sacar el mayor número de validaciones de firmas, en especial en los únicos cuatro Estados que no habían alcanzado el porcentaje mínimo para echar a andar el revocatorio. “¡Ya van validadas 231.596 [rúbricas]! Pero ahora es que hay trabajo que hacer, Operación Remate. ¡Derrotemos a los corruptos y sus obstáculos!”, insistía Caprile

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