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La venganza justiciera del político mexicano de moda

Arne aus den Ruthen deja su cargo para cumplir con una misión: "Limpiar de corruptos e infractores" las calles de toda la capital

Vídeo: Nina López / Edición: Oscar Sánchez.
Elena Reina

Arne aus den Ruthen apela al orden con todo el peso de su apellido, de origen alemán y suizo. El político local mexicano, más conocido por sus polémicos vídeos donde expone a cualquiera que cometa una infracción en la vía pública, ha dimitido para cumplir una venganza personal: "Limpiar todas las calles de corruptos y gandallas [delincuentes]". Y extender su criticado método a toda la capital. El exfuncionario lo tiene claro: en Ciudad de México ha nacido un peculiar justiciero. 

Antes de querer imponer su concepto de justicia en todos los barrios, creó una nueva figura política nunca vista antes en el país: la de city manager. Hasta este miércoles formaba parte del equipo de gobierno de la delegación Miguel Hidalgo, que comprende algunas de las zonas más adineradas. Su puesto consistía principalmente en gestionar todos los servicios públicos de la jurisdicción. Con su móvil colgado al pecho, grababa en directo —a través de Periscope— a quienes no recogían las heces de sus perros o colocaban balizas para resguardar su aparcamiento. Y exigía, casi siempre a gritos, que se respetaran las normas cívicas. En febrero de este año unos escoltas de un poderoso empresario le propinaron una paliza.

"No voy a discutir si es justa una sanción. Es la que marca la ley. Y la persona que comete la falta, debe recibirla. Le guste o no"

Su dimisión, reconoce, la ha precipitado una imputación por corrupción esta semana. Uno de los hombres más intransigentes con este tipo de prácticas, ha recibido una dosis de su propia medicina. En un acto de honradez, ha decidido desmarcarse de la política mientras se resuelva el juicio por un delito de violación al uso de suelo de la empresa farmacéutica de la familia. "Los funcionarios imputados por corrupción deben dejar siempre su cargo. Yo lo exijo siempre. No se lo puedo pedir a otros y no hacerlo en mi caso", explica en una entrevista a este diario.

Orgulloso de que él jamás ha vivido de la política y de que tiene suficiente dinero para mantenerse, quiere emplear sus esfuerzos en convertirse en el city manager de toda la capital. Esta vez como ciudadano y no como político. Que se preparen los que él llama "gandallas", que en México se refiere a los delincuentes de poca monta y él los define, principalmente, como los que no respetan el espacio público. "Ahora que he renunciado puedo cruzar las fronteras y exportar esa experiencia a toda la Ciudad de México. Voy a estar en todas las delegaciones", cuenta.

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Ha asumido que su trabajo no es hacer amigos. "Yo vengo a poner orden", remata. Ha recibido unas 30 denuncias por parte de particulares y de la Comisión de Derechos Humanos por exhibir públicamente a los que él considera delincuentes. "Pero ninguna ha prosperado porque no he faltado a la ley", señala. Las críticas sobre el uso de Periscope acaparon el debate político de la capital y la jefa de Gobierno de la delegación, y jefa del city manager, Xóchitl Gálvez, defendió públicamente la opción de mostrar en las redes a quienes violen la ley. "Se trata de un acto de transparencia del desempeño del funcionario público", añade Aus den Ruthen.

Mientras Gálvez daba la cara, Ruthen ponía el cuerpo. Ese era el trato al que llegaron para gobernar juntos la delegación bajo las siglas del partido conservador PAN. Según reconoce el exfuncionario, no tiene ninguna empatía con los supuestos infractores, tampoco para presuponer su inocencia. "No voy a discutir si a las personas les parece justa la sanción. Es la que marca la ley. Y la persona que comete la falta, debe recibirla. Le guste o no", resume.

El inflexible Ruthen quiere exponer ahora a todos los que se salten las normas, sin importar la zona de la capital. El nuevo y polémico justiciero de Ciudad de México le ha declarado la guerra a la picaresca mexicana. Y a la impunidad, uno de los graves problemas del país.

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Sobre la firma

Elena Reina
Es redactora de la sección de Madrid. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020

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